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VICE World News

China acusa a los uigures de haberse unido a la organización Estado Islámico

Zhang Chunxian, secretario del Partido Comunista en Xinjiang, anunció el 10 de marzo que los uigures radicalizados habían regresado recientemente de Siria y habían sido detenidos porque habrían fomentado atentar en Xinjiang.
Photo via Reuters

Los hombres que dicen ser los reclutadores de la organización Estado Islámico (EI) habrían distribuido panfletos a los trabajadores domésticos indonesios de Hong Kong. En estos panfletos se pueden leer alabanzas a Alá, una petición para que las criadas vistan más modestamente, pero también un llamamiento a voluntarios para llevar a cabo "misiones", cuya naturaleza no se ha especificado en la provincia china de Xinjiang

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El reclutamiento de musulmanes asiáticos por Estado Islámico no es algo nuevo. De acuerdo con un informe del Instituto de Defensa y Estudios Estratégicos de la Universidad Tecnológica de Nanyang en Singapur, por lo menos mil asiáticos musulmanes, en su mayoría procedentes de Indonesia y Malasia estarían combatiendo en Irak y Siria. La novedad es la focalización de la provincia de Xinjiang, en el noreste de China, en la frontera de Afganistán, Pakistán, Tayikistán y otros países donde hay grandes comunidades musulmanas.

En julio de 2014, Abu Bakr al-Baghdadi, líder de Estado islámico denunció la opresión de China sobre la minoría musulmana de los uigures en Xinjiang. "sus hermanos en el mundo están esperando vuestro rescate, y están preparando sus brigadas", dijo Al-Baghdadi, en un discurso grabado en video.

Estas palabras pasaron bastante desapercibidas en aquél momento — este tipo de vídeo introduce elementos retóricos que podían dirigirse a casi todo el mundo — pero los recientes acontecimientos en Hong Kong y en otros lugares de la región sugieren que al-Baghdadi pudo haber sopesado muy bien sus palabras.

La crisis entre los Uigures y los Hans, la etnia mayoritaria en China, es vigente al menos desde 1997. Recientemente ha habido un aumento de la violencia. Un grupo de ocho uigures, mujeres y hombres, atrajo la atención de los medios internacionales en marzo del año pasado, cuando causaron, con sus cuchillos, una masacre en una estación de ferrocarril en Kunming, dejando 31 víctimas. Cuatro de los atacantes murieron. 39 personas murieron dos meses después en un ataque con bomba en la ciudad de Urumqi. 59 personas murieron en julio, cuando una multitud atacó estación de policía. Las autoridades chinas también mataron a seis militantes uigures en enero.

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Zhang Chunxian, secretario del Partido Comunista en Xinjiang, anunció el 10 de marzo que los uigures radicalizados habían regresado recientemente de Siria y habían sido detenidos porque habrían fomentado un atentado en Xinjiang. Zhang se negó a dar detalles sobre la naturaleza de los ataques frustrados, o incluso el número de personas capturadas. Sin embargo, dijo que los presos habían recibido entrenamiento de combate en Siria con Estado Islámico.

De repente, tenemos a China anunciando un vínculo entre los uigures y Estado Islámico, Al-Baghdadi apelando a lo mismo, entonces, ¿las regiones de Xinjiang son nuevos potenciales territorios potenciales para el Califato?

No tan rápido.

Los líderes uigures exiliados en los Estados Unidos y en el extranjero denuncian que estos vínculos entre la organización Estado islámico y su tierra natal es algo exagerado. Insisten en que China da muy mala imagen de su pueblo. El país, de acuerdo con estos líderes uigures, utiliza Estado islámico como una excusa para la brutal represión. También explican que hay muy poca evidencia para confirmar la idea de que muchos uigures están luchando en Siria e Irak.

Lo que es seguro es que los mensajes de al-Baghdadi y las referencias a los folletos de reclutamiento en Hong Kong no ayudan a la causa de los uigures.

De hecho, las zonas de reclutamiento en Asia se encuentran lejos, en el sudeste del continente. Cuando el yihadista de Malasia Mat Soh fue asesinado en Siria en agosto pasado, las fotos de sus restos y el video de su funeral fueron ampliamente compartidos en las redes yihadistas en Internet. Cientos de malayos, indonesios y filipinos estarían luchando en Siria e Irak.

Sigue a Jonathan Gad en Twitter: @jng2058