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Extinguir las especies que nos dan de comer es sólo un ejemplo más de la estupidez humana

Polinizadores como las abejas, colibríes, murciélagos y mariposas ayudan a producir el 75 por ciento de las cosechas. Sin embargo, la actividad humana está amenazando a muchas de estas especies, a las que ha dejado en peligro de extinción, según la ONU.
El colibrí es una de las muchas especies en peligro de extinción debido al cambio climático. (Imagen por Ulises Rodríguez/EPA)
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Desde las manzanas hasta las almendras, nuestra cadena alimenticia depende en gran parte la laboriosidad de los polinizadores y de sus zumbidos.

Pero la actividad humana podría eliminar de la faz de la tierra a muchísimos pájaros, abejas, murciélagos y mariposas, además de a los centenares de miles de millones en dólares en comida que su trabajo permite consumir cada año. Así lo atestigua un nuevo informe publicado por Naciones Unidas.

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Se trata de la primera tasación en la materia que se hace a nivel global y ha sido realizada por un grupo de científicos asociado a Naciones Unidas. Las conclusiones de su trabajo son inquietantes: los polinizadores se encuentran en imparable decadencia — claro que hay lugar para la esperanza: todavía no es demasiado tarde para cambiar las prácticas que les amenazan.

Cada año los polinizadores — especialmente las más de 20.000 variedades de especies de abeja — contribuyen a producir comida, verduras y otros productos por valor de 577 mil millones de dólares, según informa la Plataforma Intergubernamental de Política Científica en Biodiversidad y Servicios del Ecosistema (IPBES en sus siglas inglesas). El informe ha concluido que el 75 por ciento de las cosechas mundiales depende, al menos, en parte, de la actividad de los polinizadores, y advierte que el 16 por ciento de los polinizadores vertebrados, como los colibríes y los murciélagos están en peligro de extinción, mientras que, en determinadas regiones, casi un 40 por ciento de los insectos polinizadores podrían correr idéntica suerte.

"Cuando mencionas a las abejas, mucha gente se acuerda de sus picaduras, no de la miel ni de la polinización de las cosechas", comenta Peter Kevan, científico en agricultura que trabaja en la universidad de Guelph, y destacado autor del informe del IPBES. "El caso es que una exagerada cantidad de la comida que consumen depende de que el sistema de polinización sea funcional".

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Puede que este pesticida esté matando a las abejas. Leer más aquí.

El uso de un tipo de pesticidas a los que se conoce como neonicotinoides ha sido relacionado con el colapso de la población de abejas. Imagen por Patrick Pleul/EPA)

El uso de pesticidas y la deforestación se han convertido en una seria amenaza pare el hábitat de la mariposa monarca. (Imagen por Mario López/EPA)

Más de 80 científicos de todo el mundo han revisado los resultados de unos 3.000 estudios para obtener sus conclusiones. El informe ha sido elaborado durante más de dos años, y si bien los datos recolectados eran algo imprecisos en según qué sitios, una infinidad de estudios regionales elaborados tanto en Estados Unidos como en Europa revelan la existencia de varias amenazas. Entre estas se cuentan las especies invasivas y las enfermedades, además de algunos riesgos derivados del trabajo del hombre en la agricultura, del cambio climático y del fuerte uso de pesticidas.

La extendida e imparable preocupación sobre los pesticidas no ha parado de aumentar desde que Rachel Carson publicara en 1962 su legendario ensayo Silent Spring (La primavera silenciosa), que llevó al gobierno de Estados Unidos a prohibir el infame pesticida DDT en la agricultura. Pero el informe, advierte, en cualquier caso, que el problema no reside únicamente en el uso de pesticidas. De hecho, Kevan se refiere a ellos como una importante herramienta en la producción de comida. Según él, el problema se produce por el abuso de pesticidas — especialmente de los controvertidos neonicotinoides — que amenazan a las abejas y a otros polinizadores.

El informe aborda hasta qué punto el uso del neonicotinoide es dañino o no por los insectos. Y lo cierto es que no logra encontrar una respuesta, se declara como un problema "actualmente irresoluble". Claro que para Vera Lucia Imperatriz-Fonseca, vicepresidenta del estudio y profesora en la universidad de Sao Paulo la situación es clara "tenemos evidencias de sobras para actuar" y para moderar el uso de pesticidas.

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Gran Bretaña levanta la prohibición de un pesticida vinculado al declive de las abejas. Leer más aquí.

El efecto de los pesticidas también está relacionado de manera compleja y alambicada con el impacto de los monocultivos intensivos. Su existencia reduce la diversidad de plantas que sostienen a los insectos polinizadores. Según el informe del IPBES habría que invertir más tiempo en el la investigación de tales factores, en observar cómo interactúan, para sacar conclusiones más atinadas. Claro que, al mismo tiempo, propone planes de acción inmediata, como una agricultura más diversificada y reducir y localizar el uso de pesticidas.

Los legisladores están dando cada vez más importancia a las amenazas que cercan a los polinizadores, y a las consecuencias que tales aprietos tendrán en el suministro de comida. El año pasado, la administración Obama anunció una iniciativa cuyo propósito es proteger a las abejas y someter a un riguroso escrutinio el uso de pesticidas. Los gobiernos de los estados también han tomado cartas en el asunto, y el informe del IPBES ha sido apoyado por más de 100 países miembros.

Según el biólogo Jeremy Kerr, autor de un legendario estudio sobre cómo el aumento de las temperaturas es una amenaza para las abejas, la capacidad adaptación de los insectos polinizadores significa que si se les rebaja la presión en uno o dos de los varios frentes que tienen abiertos, podría obtener un espacio precioso de relajación, que les permitiría la adaptación a otros. Según cuenta el profesor de la universidad de Ottawa, proteger a los polinizadores exige una revisión de las políticas que están siendo aplicadas, aunque también podría consistir en llevar a cabo tareas tan sencillas como plantar flores en las cunetas de las carreteras, o en comprar productos locales. La clave, enfatiza, consistirá en actuar lo más deprisa posible.

El declive de los polinizadores es un problema real y está sucediendo ahora mismo", cuenta Kerr, "Los polinizadores son tan imprescindibles y tienen una importancia para el ser humano tan inadvertida como la que tiene el oxígeno. Gracias a ellos existen una variedad de bienes sin los cuales no podríamos vivir" concluye.

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