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Sobre cómo la guerra civil de Yemen está favoreciendo el avance del terrorismo de Al-Qaeda

El lunes, la franquicia de Al-Qaeda en Yemen, consiguió hacerse con el control de la ciudad de Azzan, un fundamental y estratégico núcleo comercial en el que viven más de 70.000 personas.
Foto via EPA
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Los miembros de la organización yihadista Al-Qaeda se acaban de hacer con el control de la ciudad yemení de Azzan. La conquista escenifica un nuevo capítulo en la inasequible campaña de la organización terrorista por sacar el máximo provecho del caos que reina desde hace casi un año en la abigarrada y sanguinaria guerra civil que azota el país de Oriente Medio.

Azzan es hogar de una población de más 70.000 personas, y es uno de los mayores núcleos comerciales de la provincia de Shabwa. La pequeña ciudad ya había estado subyugada por el régimen yihadista entre 2011 y 2012, hasta que las fuerzas del gobierno expulsaron a los terroristas después de una memorable ofensiva. Ayer lunes, sin embargo, los oficiales de seguridad y los vecinos de Azzan informaron que las milicias locales que defendían la ciudad habían emprendido la retirada ante el inexorable avance de las fuerzas de Al-Qaeda. Hacia el mediodía de ayer, los combatientes de Al Qaeda en la Península Árabe (AQAP en sus siglas inglesas) habían desplegado varios puestos de control alrededor del centro y la bandera negra de la organización ondeaba en las astas de los edificios gubernamentales.

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"Decenas de pistoleros de Al-Qaeda han irrumpido a primera hora de esta mañana y han establecido puestos de control en las entradas y en distintos puntos de las calles de la ciudad", ha informado un residente que ha preferido no revelar su identidad, ante los micrófonos de la agencia de noticias Reuters. "Han plantado su bandera negra en los edificios del gobierno".

"La conquista se ha desarrollado sin resistencia ni enfrentamientos", explica el vecino, quien también ha comentado que las milicias yemeníes han abandonado la zona mientras ésta les era arrebatada".

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Durante la primavera de 2015, los huzíes — un movimiento chií del Norte que lleva décadas luchando por ampliar su independencia — unieron sus fuerzas con las del ex presidente del Yemen, Abudllah Saleh, y derrocaron al presidente entonces en funciones, Abd Mansour Hadi. Hadi huyó y encontró refugio más allá de la frontera con Arabia Saudí.

Los saudíes y sus aliados en el Golfo llevan los últimos 11 meses involucrados en una ofensiva sin precedentes contra Yemen. Los persistentes bombardeos están siendo desplegados con el apoyo logístico y de inteligencia de Estados Unidos, y tienen como objetivo fundamental devolver a Hadi al trono que le fue arrebatado. Los combatientes saudíes y sus aliados han aducido que los houtíes actúan bajo directrices iraníes.

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La dantesca situación ha permitido que las huellas yihadistas de Al-Qaeda se estén expandiendo por todo Yemen. Un mes después de que Arabia desplegara sus primeros bombardeos, los efectivos de la organización yihadista AQAP se hicieron con el control de la ciudad portuaria de Mukalla. Desde entonces, el imparable avance de los terroristas marcha a lo largo de la costa sur del país.

Thomas Joscelyn, experto en AQAP y editor del periódico Long War Journal tiene muy claro que los yihadistas están siendo los grandes beneficiarios del vacío de seguridad en el país que ha provocado la encarnizada guerra civil. "Antes de la guerra existía un esfuerzo coordinado sobre el terreno para abatir a AQAP en Yemen", explica Joscelyn. "Ahora ya no tenemos esa opción sobre la mesa — los múltiples bandos que combaten en la guerra civil tienen tantos intereses cruzados, que nadie parece darse cuenta de que sus diferencias están permitiendo el imparable avance de AQAP".

Igualmente, las atrocidades cometidas desde ambos bandos también han provocado la polarización de la sociedad yemení, lo que ha posibilitado que tanto AQAP como sus aliados hayan avanzado de manera escalofriante. Según Naciones Unidas, los bombardeos saudíes en Yemen han dinamitado una grotesca cantidad de objetivos civiles. Se estima que en el último año ya son más de 1.600 los ciudadanos yemeníes asesinados. Los huzíes, a su vez, también han sido acusados de sistemáticas violaciones de derechos humanos, entre ellas la que les acusa de haber utilizado a los civiles como a escudos humanos.

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El peaje que la guerra se está cobrando con los civiles es espantoso, afirma Kyung-Wha Kang, asistente del secretario general de Naciones Unidas en asuntos humanitarios. Wha Kang compareció ante el Consejo de Seguridad el pasado mes de diciembre y proclamó que alrededor de 7,6 millones de personas — casi un tercio de la población— necesita urgentemente recibir comida si quiere sobrevivir. "Hay, como mínimo, unos dos millones de personas desnutridas, entre las que se cuentan 320.000 niños, cuya malnutrición es severa", comentó Kang. "Además, otras 14 millones de personas necesitan prestaciones médicas básicas. La sanidad del país se derrumba por momentos".

Al mismo tiempo, AQAP está intentando seducir a los líderes de las tribus locales y a las organizaciones religiosas de la zona para que se sumen a su causa. "Los terroristas de AQAP se dedican a contarle a la gente que son la única organización que respeta los intereses locales", explica Joscelyn. En Mukalla, la sede de AQAP en Yemen, la organización ha conseguido tender lazos con las tribus locales y con las instituciones religiosas, con las que gobierna la ciudad conjuntamente. De hecho, hasta algunos de sus aliados ya han conseguido sentarse a conversar con el gobierno saudí para negociar el destino de la ciudad.

Mientras tanto, Estados Unidos sigue bombardeando implacablemente las posiciones de AQAP con ayuda de drones. Los ataques se han cobrado las vidas de múltiples miembros de la cúpula directiva de la organización yihadista — en junio, sin ir más lejos, un dron mató a Nasir Al Wuhayshi, el líder del grupo terrorista. Sin embargo, AQAP ha demostrado tener unos recursos insospechados. "Los bombardeos con drones apenas han despeinado a los yihadistas", relata Joascelyn. "Enseguida se sacan nuevos líderes de la manga públicamente".

Es muy probable que, al final, lo único que estén consiguiendo los drones sea provocar que los vecinos de la zona acudan despavoridos a buscar refugio en los brazos de Al-Qaeda. De hecho, un informe redactado por Naciones Unidas en septiembre concluía que los drones estadounidenses se están cobrando más vidas inocentes de las que está matando la organización terrorista.

Mientras tanto, Arabia Saudí está eludiendo atacar las posiciones de Al-Qaeda durante sus bombardeos. Y si bien los combatientes yihadistas y los houtíes han padecido enfrentamientos puntuales, lo cierto es que la organización terrorista está fundamentalmente concentrada en hacer retroceder a los saudíes y a sus aliados.

Igualmente, no cabe duda que AQAP sigue siendo un objetivo primordial para las agencias de inteligencia de Europa y de Estados Unidos. La organización yihadista reivindicó en enero de 2015 la autoría de los atentados contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo, y se considera que las zonas controladas por los guerrilleros yihadistas en Yemen serán un escenario donde se desplegarán futuros ataques internacionales. Sin embargo, la guerra civil en curso que azota el país, podría dificultar seriamente la ofensiva. "Nos encontramos ante una guerra de múltiples bandos y representantes", explica Joscelyn. "Estados Unidos no va a entrar a luchar directamente, de manera que vamos a vernos obligados a seguir confiando en una estrategia militar basada en el avance de nuestras franquicias en el frente".

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