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Marielle Franco, activista en contra de la brutalidad policial, fue asesinada en Río

La concejala brasileña, reconocida por su postura en contra de la brutalidad policial, violencia sexual, desigualdad racial, y por defender los derechos de las mujeres y la comunidad LGBT, fue asesinada el miércoles en Río de Janeiro.
Foto cortesía de PSOL.

Una versión de este artículo apareció originalmente en VICE Brasil.

Marielle Franco era madre; una mujer negra que se identificaba con la comunidad LGBT y vino del Complexo da Maré, una serie de favelas al norte de Río de Janeiro plagadas de crimen organizado y conflictos militares; una socióloga; y una política. En 2016, fue elegida para el concejo de la ciudad de Río para representar al Partido del Socialismo y Libertad (PSOL), obteniendo los votos suficientes para ganar el quinto lugar de los 51 candidatos que debían ser reelegidos ese año. A los 38 años, Franco era vista como un respiro de aire fresco que podría traer un cambio a la tóxica situación política de Brasil: Fue una abierta defensora en contra de la brutalidad policial en las favelas, el racismo institucionalizado, y la desigualdad de género.

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Franco fue asesinada por disparos en su auto, tras salir de un evento político en el centro de Río en la noche del miércoles, catorce de marzo. Esto ha impactado a Brasil y a la comunidad internacional.

Los dolientes se reunieron en Río de Janeiro el jueves, quince de marzo, el día después del asesinato de Marielle Franco. Foto por Matias Maxx.

En sus páginas oficiales, Franco se describía a sí misma como "Marielle Franco, candidata para el concejo de Río de Janeiro y madre de Luyara". Al ser madre a los diecinueve años, tenía presión en sus propósitos académicos, pero fue precisamente el nacimiento de Luyara (ahora con 17 años), lo que le dio a Franco una estructura para sus estudios, incluso cuando luchaba para mantener a su hija. La joven madre asistió a la preparatoria en la Escuela Comunitaria de Maré, se graduó con un título en Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-Río), y recibió su maestría en Administración Pública en la Universidad Federal de Fluminese (UFF). Además de haber trabajado como profesora de preescolar en Maré, Franco fue una respetada profesora e investigadora en el mundo académico. En su tesis para la maestría, titulada, "UPP: a redução da favela a três letras" (Upp: El decline de la favela en tres letras), examinó el papel de las UPP, Unidades de Policía Pacificadora, un programa de ejecución de leyes cuyo propósito era retomar el control de las favelas de la ciudad que estuvieran bajo el control de bandas de narcotráfico.

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El activismo político de Franco y su importante papel como activista por los derechos humanos comenzó en 2005, cuando un amigo cercano fue asesinado por una bala durante un tiroteo entre la policía y traficantes de droga en Maré. Su inicio en la política fue patrocinado por Marcelo Freixo, un representante estatal de PSOL que le pidió a Franco que trabajara con él como consultora en el congreso. Ella trabajó junto con Freixo por diez años y ayudó a coordinar el Comité por la Defensa de los Derechos Humanos y Ciudadanos en la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro (ALERJ) antes de decidir postularse para el concejo en 2016.

Los ciudadanos de Río de Janeiro congregados afuera de la cámara municipal de la ciudad para lamentar la muerte de Marielle Franco. Foto por Matias Maxx.

La carrera parlamentaria de Franco atrajo la atención del público. Luchó por causas como la extensión de horario de atención en los centros de cuidado infantiles para que las madres pudieran volver al trabajo, y recientemente había sido asignada para liderar el comité del concejo para supervisar la intervención militar en la ciudad. Solo unos días antes de su muerte, hizo una denuncia formal en contra de los oficiales del BPM 41 (Batallón de la Policía Militar) de Acari, un vecindario al norte de Río, después de que amenazaron a los residentes del área y fueron sospechosos de dispararle a dos jóvenes y luego tirar sus cuerpos en una alcantarilla abierta. Ese fue el comienzo del mandato de Franco como inspectora de la intervención federal militar en Río, contra la que activamente se opuso.

En la noche del miércoles catorce de marzo, Franco asistió a un evento llamado "Mujeres negras jóvenes moviendo estructuras" en la Rua dos Inválidos, una ocupada calle en el centro de la ciudad. La descripción del evento en las redes sociales animó a otros a que asistieran y se unieran a la concejala, junto con otras activistas mujeres, para discutir cómo empoderar a las jóvenes negras en Brasil. Las trágicas noticias llegaron dos horas después: Le dispararon a Franco cuatro veces en la cabeza en su auto después de salir del evento. El conductor, Anderson Pedro Gomes, también fue asesinado después de recibir tres impactos de bala en la espalda. El asesor de prensa de Franco recibió heridas de metralla, pero sobrevivió.

El ataúd de Marielle Franco y el de su conductor, Anderson Pedro Gomes, llegando a la cámara municipal en Río de Janeiro el jueves, quince de marzo. Foto por Matias Maxx.

Un vehículo pasó junto al auto de Franco y le disparó directamente a través de la ventana del asiento trasero en el que la concejala estaba sentada. A pesar de que la policía brasileña inicialmente comentó que pudo haber sido un robo, luego cambió su balance del crimen y dijo que fue un asesinato. Siguiendo la muerte de Franco, políticos, activistas, y organizaciones como la Amnistía Internacional y la ONU de Brasil han pedido una inmediata investigación policial sobre el asesinato.

En Brasil, la arraigada y profunda desigualdad racial continúa siendo un problema sistémico. A raíz de la muerte de Franco, se han planeado protestas en numerosas ciudades para luchar contra el genocidio negro y para celebrar la vida de la concejala.