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El sonido de cabeza chafada de 'Midsommar' tiene una historia repugnante

“¡Uf, cuando termine voy a tener que lavarme!”
MA
traducido por Mario Abad
Midsommar
Captura de pantalla vía tráiler oficial

Midsommar ha sido, fácilmente, una de las mejores ⎯y más grimosas⎯ producciones de un verano muy anodino desde el punto de vista cinematográfico. Puede que su director, Ari Aster, no haya conseguido infundir el mismo impacto visceral que con su título anterior, Hereditary, pero todo lo que a Midsommar le falta de claustrofóbico queda compensado por su epatante apartado estético y visual y por unos cuantos chascarrillos bastante decentes. Siendo como es obra de Ari Aster, la cinta degenera inevitablemente en una bacanal grotesca de horror y violencia úrsida.

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Y ahora, gracias a una nueva entrevista para Vulture con el equipo encargado de los efectos de sonido de la película, podemos ver cómo se crearon todos los efectos estomagantes de la película ( spoiler: al parecer, la mayoría se hicieron con restos de animales).

¿Recuerdas la escena (otra vez, alerta de spoiler) en la que hay un tipo en el granero con los pulmones colgando por fuera del cuerpo? Según el artista de efectos de sala Jay Peck, el grotesco sonido de su respiración se simuló cortando una piel de animal humedecida. ¡Maravilloso!

Teníamos que imitar el sonido de los pulmones llenándose de aire porque seguía vivo. Los pulmones le colgaban por fuera, y crear el sonido de la respiración fue todo un reto. Me pasé mucho tiempo con aquello y usé una piel de animal enorme empapada en agua. La extendí sobre una superficie de cemento y la presioné sobre el suelo para provocar un efecto de succión. Luego la cogía por el centro y, al estirar, se oía un sssshiiiiiiu. Fue muy buena idea, la verdad.

Peck también explicó cómo él y su equipo crearon el sonido que se produjo cuando aplastaron una cabeza humana en ese ritual pagano demencial:

Para ese efecto poca cosa podíamos usar. Daba la casualidad de que por aquel entonces teníamos una cabeza de cerdo. Creo que usé un palo de madera para golpearla y el resultado fue bastante espeluznante. Y claro, al hacerlo me salpicaron partículas de la cabeza y fue como: “¡Uf, cuando termine voy a tener que lavarme!”.

El artículo está repleto de historias de cómo estos genios crearon todos los efectos, desde los bramidos de Godzilla a las pisadas de conejos creados por ordenador, aunque los más sorprendentes son los de Midsommar. Puedes leerlo íntegro aquí.