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¿Qué es lo peor que te ha pasado al ir a la peluquería?

"Al verme más de cerca en el espejo, noté que mi cabello había empezado a ponerse verde".
LC
traducido por Laura Castro
Una mujer llora frente al espejo.
Ilustración: Sarah Schmitt.

Artículo publicado originalmente por VICE Alemania.

Los peluqueros tienen demasiado poder. No importa quién seas, tan pronto como te sientas en su silla, independientemente de tus cuidadosas y detalladas instrucciones, o de cualquier ayuda visual que puedas haber llevado contigo, estás a su merced. Saldrás de ese salón de belleza viéndote como tu peluquero haya decidido que te debes verte, o como sus habilidades le permitan hacerte ver.

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Recientemente escuché la historia de una mujer en Munich que intentó, sin éxito, demandar a su peluquero por hacer que su cabello se viera "como una yema de huevo". Quería escuchar más historias de terror sobre los peluqueros, así que acudí a un grupo de personas que me contaron sobre cabellos teñidos accidentalmente de color verde, abusos verbales e incómodas similitudes con calabazas de Halloween.

"La aprendiz confundió los colores"

"Mi cabello es rubio oscuro, lo que nunca me ha gustado, pero mis padres me dijeron que podía contraer cáncer por pintarme el cabello, y yo lo creí durante mucho tiempo. Sin embargo, hace unos tres años, decidí teñirlo. Quería tener el cabello castaño y pensé que sería mejor hacerlo en la peluquería que en casa con un tinte barato. Cuando llegué al que había sido mi salón de belleza por diez años, la única persona que tenía tiempo para atenderme era una aprendiz, lo cual no era lo mejor, pero elegimos un color y seguimos con el plan.

Estaba bastante tranquila y emocionada cuando me senté. No obstante, la euforia desapareció rápidamente cuando, después de enjuagar el tinte, noté que mi cabello ahora era color naranja brillante. Lloré sin parar. La aprendiz me dejó llorar y desapareció tras meterse en una habitación del fondo. Ya me había terminado varias cajas de pañuelos desechables para cuando regresó a explicarme, completamente impasible, que "confundió los colores". Además me dijo que de cualquier forma me veía muy bien y que mi cabello lucía '¡completamente diferente y genial!'. Mi tristeza se convirtió en furia y quería que me volviera a teñir el cabello de inmediato, pero su turno se había terminado y ya se iba a casa, así que no podía hacerlo. Cansada, me di por vencida.

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Unos días después, me encontré con la dueña de la peluquería en una tienda local y gritó: 'Ay, Dios mío, ¿quién te hizo eso?'. Después de que le conté sobre la aprendiz, me obligó a volver al salón esa tarde para arreglarlo. La dueña logró teñir mi cabello de color castaño, pero al día siguiente, lo que tenía completamente rojo era la cara… Tuve una reacción alérgica al tinte".

- Julia, 19 años

"Parecía una calabaza de Halloween"

"Mi peluquera Gabi me traumatizó a la edad de diez años, una semana antes de comenzar el quinto grado de la primaria. Arruinó cualquier oportunidad que tuviera de cursar la escuela sin recibir burlas. Siempre quise ser una de las niñas populares y planeaba usar mi nuevo entorno como una oportunidad de reinventarme, y mis largos rizos oscuros eran lo único que no detestaba de mi apariencia.

Mi mamá me envió a la peluquería porque creía que necesitaba un despunte. Mientras conversaba con mi mamá, Gabi comenzó a cortar. Nadie me dijo ni una sola palabra mientras ella seguía cortando y cortando. Gabi no solo me había despuntado el cabello, me hizo un corte bob tan corto que parecía una calabaza de Halloween. De camino a casa no pude parar de llorar y durante años me negué a ir a la peluquería. Incluso hoy en día siento pánico cuando voy a que me corten el pelo, todo gracias a Gabi".

- Lisa, 29 años

"Mi cabello empezó a ponerse verde"

"Fui rubia durante años y quería tener el cabello marrón, quería volver a mi color natural. Mi peluquero me aseguró que eso no sería un problema. Desafortunadamente, lo que hizo fue dejarme el cabello de color gris oscuro y con manchones, haciéndome lucir como 30 años mayor. No dije nada, sonreí y pagué. En casa lloré durante horas y luego fui a otra peluquería. Ahí decidieron volver a decolorarme el pelo, pero la peluquera estaba muy ocupada y olvidó enjuagar mi cabello para eliminar los productos químicos que me había puesto. Me dejó el producto hasta que el cuero cabelludo comenzó a arderme y tuve que decirle. Actuó como si nada hubiera sucedido y simplemente me enjuagó la cabeza.

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Mas tarde, cuando me cepillé el pelo, me di cuenta de que mis cabellos se estiraban como un chicle y que las puntas se trozaban y caían sobre mis hombros. Después, al verme más de cerca en el espejo, noté que mi cabello había empezado a ponerse verde. Al principio, pensé que era solo la luz, pero parecía que mi cabeza estaba empezando a enmohecerse. De inmediato, empecé a llora pero a nadie le importó. '¿Qué esperabas si te decoloras el cabello varias veces en una semana?', me preguntó mi peluquero después. Me quedé atónita y consideré seguir el ejemplo de Britney Spears y afeitarme la cabeza con absoluta desesperación. No llegué tan lejos, pero sí corté gran parte de mi nuevo cabello verde".

- Sophie, 24 años

"Con este cabello, nunca encontrarás un hombre"

"Tengo el cabello muy rebelde y mi autoestima es baja. He acudido con muchos peluqueros diferentes, pero los odio a todos. Debido a que me alacio mucho el pelo, siempre me dicen que es mi culpa que mi cabello esté tan trozado". Hace tres meses, un peluquero miró mi cabello con disgusto y me preguntó si estaba tratando de permanecer soltera para siempre. 'Con este cabello, nunca encontrarás un hombre'. El resto de las personas en el salón se rieron. Me puse completamente roja y deseé desaparecer bajo la bata.

Me peinó con un peine que era demasiado pequeño y me arrancó mucho cabello. Si quieres ser bella, dijo, tienes que sufrir. Continuó preguntándome sobre mi vida amorosa y por qué era tan insegura. Yo no quería hablar con él, así que apenas respondía y recé para que finalmente notara lo incómoda que me sentía. Luego, tomó la maquina afeitadora y dijo que debería quitar todo mi cabello y dejar que volviera a crecer de cero, que me vería 'suficientemente bonita' sin pelo. Finalmente, encontré el valor para irme de ahí. No lloré, pero sí perdí la esperanza de poder ir a la peluquería y, al salir, sentirme mejor de cuando entré".

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- Roxana, 27 años

"Tenía una especie de tallos en forma de palmeras de un centímetro de largo brotando de mi cuero cabelludo"

"Soy una mujer que orgullosamente usa el cabello corto. Pero decidí que le daría una oportunidad al cabello largo antes de cumplir los 30. Así que lo dejé crecer, lo que requiere mucha paciencia y confianza en ti misma para lograr superar la parte en que se vuelve un desastre. Luego, llegó la fiesta de cumpleaños número 60 de mi madre, lo cual sabía que implicaría inevitablemente muchas fotos. Mi cabello estaba creciendo, pero lamentablemente mi confianza estaba decreciendo.

Me di por vencida un día antes de la fiesta y fui con los únicos peluqueros de nuestro pueblo que abrían en sábado. Debí haber sido más desconfiada, en verdad, pero en ese punto, en la parte superior de mi cabeza tenía algo que solo podía describirse como una madeja de hilo café. La peluquera que me tocó, decidió que en lugar de lavarme el pelo simplemente lo rociaría con un poco de agua. A partir de ahí, comenzó a tomar hebras de pelo aleatoriamente y a rizarlas. Traté de intervenir mostrándole una vieja foto mía con el pelo corto y explicándole que así era como lo quería, a lo que ella simplemente respondió: 'Entonces, así quedará exactamente'.

No quedó exactamente como debía. Cuando terminó, tenía una especie de tallos en forma de palmeras de un centímetro de largo brotando de mi cuero cabelludo. No podía trenzarlos ni esconderlos, así que lloré durante unos minutos. Luego, me puse lápiz labial y me fui a la fiesta".

Magdalena, 28 años