Con una enorme bandera mexicana que sustituyó el verde y el rojo por negro, siluetas dibujadas en el piso de la calle López, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, que simulaban el contorno de cuerpos en una escena del crimen y la clausura simbólica de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la libertad de Expresión (FEADLE), con sellos y los rostros de los más de cien reporteros ultimados desde el año 2000 en México, informadores y activistas conmemoraron un mes del asesinato del periodista Javier Valdez.
Publicidad
No fue difícil reunirlos. En el Palacio Postal, a unas cuadras de la oficina de la Procuraduría General de la República (PGR) encargada de investigar y perseguir delitos contra la Libertad de Expresión, reporteros nacionales y extranjeros, así como ciudadanos en general, llevan a cabo mesas trabajo para construir una agenda con objetivos de corto y mediano plazos para proteger a periodistas.Tal vez el momento más triste e impactante de esta manifestación fue la lectura de nombres de los 105 periodistas asesinados hasta el momento. Tomó más de media hora mencionarlos a todos, sus medios y la fecha de su homicidio, desde Luis Roberto Cruz Martínez, asesinado el 1 de febrero del año 2000 hasta Samuel Adame Pardo, caído el 17 de mayo pasado.En medio de este acto recogimos el testimonio de algunos de los periodistas que demandan justicia y garantías para ejercer un oficio que es fundamental para la democracia.
Alejandro Almazán
Publicidad
Creo que del lado gubernamental sigue siendo el mismo fiasco. Lo que vimos hace 27 días cuando Peña Nieto salió y dijo "yo voy a ayudar", pues fue un acto simplemente para los diplomáticos que estaban ahí y que dijeran "oh, sí está haciendo algo por los mexicanos". No, es mentira, no está haciendo nada, siempre fue una broma el evento.Tenemos que actuar de nuevo como gremio, no desunirnos, que este sea el prologo, la primera línea, la primera frase de algo que tiene que venir mejor. Articularnos de alguna manera, no sé si en un sindicato, si en una asociación, no lo sé, pero sí tenemos que hacerlo. Ese, yo creo, es otro paso que tenemos que dar. Y seguir platicando entre nosotros, seguir cuidándonos entre nosotros. Y si matan a alguien más y no van a publicar en sus medios o no van a exigir justicia, bueno, pues tampoco saquen las investigaciones oficiales en donde terminan hiriendo a los colegas, desprestigiándolos, vinculándolos: "los mataron porque se drogaban, porque bebías, porque hacían deporte, porque usaban tenis, porque era un crimen pasional". Quizá esa sería mi reflexión con los medios al final: si no ayudan está bien, no se preocupen, los entendemos, sabemos que tienen sus propios intereses, como también de este lado los tenemos. Aquí nadie es puro. Creo que nos entendemos mutuamente. Sale, no hay bronca. Solo si matan a un colega y no van a llegar no estorben.Mira, la muerte da vida y Javier está dando vida a todos estos proyectos. Obvio, quisiéramos que él estuviera aquí, que él estuviera hablando, pero le está dando vida a un movimiento en el cual sí necesitamos a la gente, a la sociedad. Tenemos que actuar ahora para que la sociedad vuelva a confiar en nosotros, en todos los medios. La sociedad esta viendo quiénes no y ellos se exhibirán solos. Pero a nosotros nos toca hacer la chamba.
Publicidad
Viétnika Batres
Publicidad
Entonces ahí vamos a estar recordando. Como decían mis compañeros, finalmente estamos tratando de encontrar qué otras opciones hay para que no nos perdamos, para que dejemos de quejarnos. Quejarnos hace falta también porque nos lastima cada asesinato, pero además de eso hay muchas cosas que tenemos que hacer.Y en este evento ahora, aquí en frente de la FEADLE, vino mucha gente. Parece que no pero para que se reúnan tantos periodistas es un logro. Y también hay que tener en cuanta que muchos son de provincia y ahí, en el interior del país, es donde los periodistas están más vulnerables. Aunque ya han matado gente aquí, mataron a Rubén (Espinosa) y su asesinato y el de las mujeres que estaban con él sigue impune, a pesar de eso no tenemos tanta vulnerabilidad como tienen nuestros colegas en el interior de la república. Ahora aquí hay muchos porque vinieron a las mesas pero es importante y los estamos escuchando, les estamos poniendo atención y vamos a hacer todo lo posible por funcionar de un modo más organizado.Yo me quedo con esas mesas por ahora, que convirtamos la muerte de Javier en una serie de acciones para exigir justicia, no solo con su terrible crimen sino como el de tantos otros compañeros que han sido agredidos.Los asesinatos son la expresión superior de agresiones cotidianas a los periodistas, que van de la intimidación, de la amenaza, del encarcelamiento, del desprestigio, de la tortura, una serie de abusos que se cuentan todos los días. Yo creo que estas mesas nos va ayudar a hacer frente a lo que prácticamente es una guerra contra el periodismo. Y sobre todo espero que de aliento.
Diego Enrique Osorno
Publicidad
Necesitamos que no solo el acto de hoy y las mesas de hoy nos den esperanza; necesitamos aterrizar esa esperanza en el día a día haciendo una serie de medidas para proteger al periodismo.Yo creo que es tristísimo, pero este intento de reaccionar de una manera un poco más articulada y con más sentido tiene que ver con la muerte de Javier. Es triste que lo que nos haya movido finalmente sea el asesinato, pero creo que vale mucho la pena.No sé a dónde vaya a llegar pero el hecho que estemos aquí, que nos estemos reuniendo, no a quejarnos ni a decir que una vez más mataron a uno de nosotros, sino que nos estemos reuniendo en las mesas a reflexionar, a proponer, a imaginar cómo se puede actuar para cambiar la situación, creo que es un paso cualitativo muy importante. Ya no es nada más de "chin, nos mataron otro", "ya secuestraron a otro", sino reunirnos gente que a lo mejor no somos afines en posiciones periodísticas o personales, pero que entendemos que es un momento clave y que es una circunstancia que debería realmente hacer que dejemos a un ladito esas cosas y poner al frente elementos en común. Los periodistas somos los únicos que vamos a hacer algo por los periodistas.Esa es la circunstancia más triste. Javier tenía mucha razón, él y mucha otra gente que hemos dicho: "tenemos una sociedad indolente, timorata, titubeante, que no se da cuenta". Lo que nosotros sí sabemos, no importa que una parte de la sociedad no cobije y no proteja al periodista, es que somos muy importantes, que de nosotros depende que esa sociedad en algún momento hipotético del futuro pueda reaccionar y asumir una actitud completamente distinta.
Ignacio Rodríguez Reyna
Publicidad
Yo creo que todo esto funciona y todo esto sirve. No sé hacia dónde va a llevar esto, pero a mí me parece que el mero hecho de habernos sentado a discutir a reflexionar a proponer y no a quejarnos solamente ni a lamentarnos que hayan matado a uno más, por supuesto que lo lamentamos y hay tristeza y dolor, es relevante. Esto nos ha servido como un pequeño catalizador para tratar de estructurar algo, que solo ver pasivamente cuál es el siguiente.Todos los asesinatos son muy sensibles y muy dolorosos, pero algunos no han tenido eco. Y el de Javier Valdez, yo creo que por ser un periodista de referencia, un referente para muchos periodistas de la nueva generación por la cantidad de libros que escribió, por la calidad de sus reportajes y de sus crónicas, también un referente internacional, marca un hito, golpea de manera particularmente dura y sí llama la atención de la opinión pública como no lo había llamado ningún otro caso.Después de un mes yo estoy verdaderamente sorprendida. Ni aún así, ni siquiera por eso vemos una actitud diferente por parte de la Fiscalía de Sinaloa o de la PGR que nos permita decir es posible que esta vez sí, es algo tan grave, tan fuerte, tan duro, esta vez a lo mejor sí va a pasar algo y van a hacer justicia, a encontrar a los asesinos, a sentenciarlos. No. Hemos visto por parte del fiscal de Sinaloa las declaraciones más cínicas. Están preocupados por la percepción, no por el fondo de las cosas. Y por parte de la PGR, este anuncio de que van a pagar recompensa de un millón y medio a quien aporte algún dato, es una desvergüenza absoluta, es reconocer que no ven posible y no van a hacer el esfuerzo por esclarecer este crimen.Yo creo que lo que pasó hoy (la manta que despegó el periodista de Proceso, Álvaro Delgado, en un evento del presidente Enrique Peña Nieto) y lo que está pasando, el encuentro de periodistas, sí nos permite esperar que esto represente algún tipo de presión hacia las autoridades. Yo creo que lo que se tiene que hacer es eso. Y como han dicho los compañeros, también protestar escribiendo.