Edición #8: Odio

J de JUSTICIA

"La justicia es un logro maravilloso de la humanidad. Sana almas y pueblos heridos por las dictaduras".
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Odio y otras palabras que pesan

El 8 de octubre de 1981, en la colonia La Florida, Ciudad de Guatemala (Guatemala), Marco Antonio Molina Theissen, de 14 años, fue secuestrado en su hogar por dos hombres vestidos de civil. El día anterior, su hermana mayor, Emma Molina Theissen, escapó de la base militar de Quetzaltenango, a unas tres horas y media de la capital, donde fue víctima de torturas y violaciones. Emma, de 21 años, era militante en el Partido Guatemalteco del Trabajo. 

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La desaparición forzada fue una práctica que marcó a Guatemala durante décadas. De 1962 a 1996, el conflicto armado dejó más de 200 mil personas muertas y desaparecidas en manos del Estado, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para el Esclarecimiento Histórico. En ese periodo, gobiernos de derecha se alternaron con otros gobiernos de derecha, ejerciendo una represión constante a grupos opositores. La policía, el ejército y las organizaciones estatales de inteligencia trabajaron conjuntamente en un esfuerzo sistemático por callar y desmantelar a la izquierda del país. 

El secuestro de Marco Antonio fue una represalia por el escape de Emma. 

Durante 40 años la familia Molina Theissen ha buscado a su niño, pero aún desconocen su paradero. En 2016, después de un juicio en la Corte Interamericana de Derechos Humanos y de 10 años de recolección de evidencias y peritajes, la policía de Guatemala detuvo a cuatro exmilitares por el secuestro de Marco Antonio: el general Manuel Callejas, director de Inteligencia del Estado Mayor General del Ejército; el coronel Luis Gordillo Martínez, comandante del cuartel militar de Quetzaltenango; Edilberto Letona Linares, subcomandante de ese cuartel; y Hugo Ramiro Saldaña, oficial de Inteligencia de la base de Quetzaltenango. Luego se arrestó a Manuel Benedicto Lucas García, hermano del presidente de la República durante la época del secuestro, a quien se culpó de ser el responsable intelectual de la práctica de desaparición forzada. 

En el 2018, se realizó el juicio contra los exmilitares. Cuatro de los acusados fueron encontrados culpables. Se trató de la primera sentencia contra militares de alto rango por crímenes contra la humanidad en el país.  

Contenido realizado en alianza con Dromómanos

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