Identidad

Testimonios de hombres que escaparon de una secta polígama

Aquí los hombres son obligados a elegir uno de dos caminos: permanecer célibes o casarse dos veces antes de tener hijos con su segunda esposa.
mujeres india
Foto: Getty Images

Al noroeste de la India y con las altas montañas desérticas en Rajasthan como telón de fondo se encuentra la pequeña ciudad de Derasar, una comunidad fronteriza donde la poligamia no solo se fomenta, sino que prácticamente se demanda como una norma social.

Esta comunidad, ubicada a 550 kilómetros de la capital del estado de Jaipur, le da a cualquiera que la visite la sensación de haber viajado en el tiempo al pasado. Aquí, los hombres se visten con angarkhas tradicionales de cuerpo entero (una especie de camisa con la que los hombres pueden envolverse), pañoletas opulentas y joyas muy elaboradas que rinden homenaje a su historia Rajputana.

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Pero esa no es la única tradición que mantienen viva.

Aquí, durante generaciones, los hombres también se han casado dos veces y vivido con ambas esposas a la vez, además de solo tener hijos con la esposa número dos.

La comunidad sigue las tradiciones de Rajput, una secta hindú que pertenece a la casta "guerrera" Kshatriya, que históricamente ha aceptado la poligamia. Por si fuera poco, hay otra antigua superstición que permite que esta controvertida práctica prospere incluso en nuestros días.

Se cree que los colonos originales de la región siempre fallaban en concebir en su primer matrimonio, por lo que entablaban una segunda relación con la esperanza de que llegara un hijo a la familia.

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“Esta práctica es un rito de iniciación. Aquí, a los hombres regularmente los disuaden de consumar su primer matrimonio y los hacen sentirse avergozados si no logran concebir un hijo con su segunda esposa”, le dijo a VICE Karan, de 25 años, quien nació en Barmer, uno de los distritos más grandes de Rajasthan, pero se mudó a Derasar en 2011.

“Pero esa visión hegemónica de la masculinidad, el control social y una vida basada en una leyenda infundada puede resultar lastimoso y, por ello, obligar a los hombres a abandonar Derasar y su constructo social”, agregó.

Karan, quien, al igual que los otros hombres entrevistados en este artículo, nos pidió que ocultáramos su apellido por privacidad, es uno de los pocos jóvenes en Derasar que ha logrado escapar de la ciudad y su práctica opresora.

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“Me comprometí con mi primera pareja en 2017 y decidí encontrar una fuente estable de ingresos para mantener a mi familia antes de buscar una segunda esposa”, explicó. Entonces ocurrió la pandemia.

“Durante el primer año de confinamiento, me enamoré de mi entonces prometida, ahora esposa, y por ello me negué a casarme de nuevo. Entonces, me acusaron de intentar faltarle el respeto a mi comunidad y me obligaron contra mi voluntad a casarme con una mujer que mis padres eligieron para mí. La presión social para concebir un hijo y hacer crecer la familia fue enorme, aún cuando la pandemia azotaba al mundo. Tres meses después y cumpliendo con las normas de nuestra comunidad, consumé el matrimonio con mi segunda esposa y ambos terminamos contagiados de COVID-19”.

Después de pasar menos de un año en Derasar ya casado con su segunda esposa, Karan se fue a la ciudad de Ahmedabad, en el vecino estado de Gujarat, con su primera esposa. Dado que su familia ignoró sus muchas solicitudes de aceptar su vida monógama, no planea reconciliarse con ellos, pero, afortunadamente, la segunda esposa de Karan sí lo entendió y apoyó su decisión de escapar.

Al llegar al final de la adolescencia, los hombres de Derasar se ven obligados a seguir los pasos de sus padres y antepasados ​​sin hacer cuestionamientos ni referencias al resto del mundo. Son disuadidos de tener citas y los obligan a elegir uno de dos caminos: permanecer célibes o casarse dos veces antes de tener hijos con su segunda esposa.

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Las mujeres que comparten marido viven en la misma casa y se ayudan entre sí durante los partos y las frecuentes sequías que enfrenta esta zona, lo que crea hogares donde todas las tareas se comparten. Otra razón por la que los hombres se casan con varias mujeres es que así obtienen trabajo doméstico gratuito para la ardua y lenta tarea de ir por agua a los apartados pozos o cuerpos de agua. En algunos casos, las mujeres aceptan convertirse en "paani bais" o esposas por agua, pues consideran que esto es necesario para la supervivencia de la familia.

Pero con el aumento del desempleo y la exposición a diferentes visiones del mundo, cada vez más personas en Derasar están rechazando las ideas preconcebidas y las expectativas sociales de los hombres como sostén de la familia.

Se estima que 400 familias viven en Derasar. En 2011, solo residían ahí 97 familias, según los registros oficiales, pero según los propios residentes, a pesar de sus restrictivas normas sobre la vida familiar, el número solo ha aumentado desde entonces.

Mahinder, de 35 años, dijo que tuvo que casarse [por tercera vez] después de que su segunda esposa muriera debido a complicaciones durante el parto.

"No fue algo siniestro, pero no podía creer que el misticismo de esto precediera al valor de la vida humana", dijo. "Ni siquiera pude llorar a mi segunda esposa, quien era una pareja amorosa, y me sentí presionado para seguir una práctica sexista y cruel en la que las mujeres reciben un trato impropio".

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Después de la muerte de su segunda esposa, Mahinder se deprimió y pensó que orar más y pasar más tiempo con sus tres hijos lo ayudaría. Pero cuando perdió su trabajo debido a la pandemia a principios de 2020, comenzó a cuestionarse ser parte de esta secta.

“No pude cubrir los gastos de mis dos esposas y tuve que sacar a mis hijos de la escuela. Si me hubiera casado solo una vez y hubiera tenido hijos cuando tuviera los ingresos suficientes para darles un futuro mejor, mi futuro se vería diferente de como se ve ahora".

La vida de Mahinder se derrumbó a medida que la pandemia avanzó.

En enero de 2021, al verse endeudado hasta el cuello, tuvo que vender la mayor parte de su tierra para poder mantener a su familia. La pandemia golpeó fuertemente Rajastán, por lo que las empresas locales se negaron a contratar nuevos trabajadores. Entonces, cuando su primera esposa tuvo que buscar tratamiento por una lesión menor, Mahinder tuvo que hipotecar su casa.

“¿Qué tiene de malo adoptar a un niño necesitado o comprometerse con una sola persona por amor? ¿Qué hay de malo en priorizar la salud y la estabilidad económica de tu familia? Ojalá que más hombres y mujeres se dieran cuenta del alto precio que pagan para mantener viva esta práctica”, le dijo Mahinder a VICE.

Dakshit, un desarrollador de software de 29 años que dejó Derasar en 2019 junto con otra docena de hombres, dijo que la parte más difícil de escapar de esta secta fue reaprender las definiciones de familia y matrimonio, y también cómo construir una relación saludable.

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“Un hombre que elige una familia monógama tradicional es injuriado por darle la espalda a la comunidad, pero si elige casarse dos veces, es posible que se vea obligado a radicar en Derasar, donde la práctica es lo suficientemente común como para ser aceptada”, le dijo a VICE. “Eso puede alejar a una persona de sus sueños, de las relaciones románticas y satisfactorias, e incluso de vivir de verdad. Fui prisionero de una sociedad de normas de género restrictivas que desalentaba la monogamia y me condenaba al ostracismo por hablar de amor”.

Las prácticas de esta secta también plantean un riesgo legal. En India, la poligamia se considera ilegal, excepto para los musulmanes y los residentes de ciertas regiones protegidas. Esto significa que los matrimonios con segundas parejas, como en Derasar, son legalmente nulos.

VICE intentó hablar con varias mujeres de Derasar, pero rechazaron nuestra petición. Dakshit dice que su hermana menor, que aún vive en Derasar, suele hablarle de la falta de educación y oportunidades en la aldea, lo que obliga a muchos a seguir la tradición incluso si no están de acuerdo con ella.

Dakshit cree que Derasar puede convertirse en un lugar de reflexión donde los hombres y las mujeres de la aldea, al igual que él, pueden empezar de nuevo.

“La discusión sobre el matrimonio, el compromiso, las relaciones, la igualdad de género y la salud mental sufrió un cambio drástico en India”, dijo. “Los hombres están huyendo para encontrar su propia forma de vivir porque pueden. Las mujeres, por otro lado, todavía no pueden tener una vida individual en Derasar o Barmer, donde la poligamia sigue existiendo, pero casi nunca se discute”.

El verano pasado, Dakshit se casó con la que fuera su novia desde la preparatoria, Mani, quien no pertenece a esta comunidad polígama, y ​​desde entonces la pareja se fue de Derasar. Dakshit espera que, como él, su hermano y los demás miembros de su familia también lleguen a cambiar su forma de pensar.

“Derasar me enseñó sobre la vida en familia y en comunidad”, dijo. "Pero ahora me voy para aprender un poco más sobre mí mismo".