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Las nuevas generaciones de la Camorra que están aterrorizando Nápoles

Los grupos de delincuentes juveniles están cada vez más organizados y utilizan la violencia indiscriminada.

El funeral de Genny Cesarano, cuyo nombre ha sido asociado a la guerra de la Camorra. Foto de la autora.

Hasta hace unos meses en la Piazza del Plebiscito en Nápoles, había grandes carteles y fotografías colgando del Palacio Real. En ellos se representaba a las víctimas inocentes de la Camorra en la Campania: las mujeres, los hombres y los niños que fueron golpeados por la violencia ya fuese por venganza, casualidad o por error. Todas esas caras, una detrás de la otra, ocuparon toda la fachada del edificio. En un momento dado, un turista que estaba de visita comenzó a preguntar: "¿Quiénes son esos?" y los guías turísticos, entre un monumento y otro, no tuvieron más remedio que explicárselo. En junio, las imágenes fueron retiradas de la fachada del edificio.

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La realidad sobre las víctimas inocentes de la Camorra es mucho más complicada ¿Quién es una víctima inocente? Si un chaval de 17 años pasa demasiado tiempo en Facebook y WhatsApp como todos los colegas de su edad, pero – a diferencia de ellos – también se junta con gente que vive con una pistola en el bolsillo, ¿como se decide si es inocente o no? ¿Puede salvarse de ese mundo o está condenado a recorrer el mismo camino y acabar en la cárcel o muerto en medio de la calle?

Esta es la pregunta de fondo que se hacen los napolitanos últimamente. Pero también es la pregunta básica para entender la dificultad a la hora de abordar el problema de los "camorristas baby" - o "baby gangs" o simplemente delincuentes juveniles, llámalos como quieras- en Nápoles. Hace exactamente treinta años, el 22 de septiembre de 1985, Giancarlo Siani, un periodista napolitano asesinado por la mafia, en su último artículo; un artículo que se centraba en ellos, decía esto: "Los llaman muschilli, son niños o adolescentes que se dedican a pequeños trapicheos en las calles, como intermediarios o en otros trabajos menores, son los que los traficantes utilizan para que corran con los riesgos". Los criminales utilizaban a estos niños porque eran difíciles de detectar y prescindibles.

Pero hoy en día estos muschilli ya no existen: por un lado ellos han evolucionado y por el otro la educación criminal se ha vuelto más eficiente. Cuando cumplen un periodo de servicio mínimo, han conseguido un imponente registro criminal o han demostrado tener el coraje para hacer "o piezzo" - la pieza, el asesinato – la Camorra decide cual será su nueva tarea como miembro de la organización, una tarea que se adaptará a sus habilidades específicas. Hoy en día, su situación es algo así como la de los trabajadores autónomos: trabajan por su cuenta pero están teóricamente al servicio de uno de los clanes de la Camorra, así el reclutamiento es más rápido y se adapta a las necesidades de estos clanes que cada día están más fragmentados y que llegan a entrar en guerra por el control de una sola calle. La falta de experiencia de estos jóvenes se compensa con su ferocidad y ganas de demostrar su valía; así es como estos pequeños grupos acaban por convertirse en clanes armados que son capaces de doblegar a las grandes familias del crimen napolitano.

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Si se ha vuelto a hablar de este fenómeno durante los últimos días ha sido por la muerte de Genny Cesarano, de 17 años, que murió tiroteado en el Distrito de la Salud de Nápoles. Su muerte ha sido asociada a las guerras de la Camorra en parte debido a sus antecedentes criminales. Esta asociación ha molestado a mucha gente de su barrio, incluyendo a sacerdotes y a otras personas influyentes en su comunidad que negaban su participación en el crimen organizado. "No ha sido una ejecución, lo digo como alguien que durante diez años ha estado trabajando activamente en este barrio", dijo uno de los profesores que tenía Genny en sus actividades extraescolares.

Hace exactamente un año, en septiembre de 2014, hubo un caso igual de confuso: el de Davide Bifolco, de 16 años, asesinado en el Distrito Trajano por el disparo de un policía. Las investigaciones iniciales de la policía afirmaron que el joven había sido detenido en un puesto de control llevando con él a un sospechoso buscado por la policía. Esto último se acabó desmintiendo pero el caso sigue sin resolverse y la versión policial sigue presentando demasiados puntos negros. De hecho, el juicio por su muerte todavía está en curso y la próxima audiencia está programada para el 1 de octubre

Sin embargo, en la misma zona que, hace tan sólo doce meses fue el epicentro de una investigación y de manifestaciones de indignados – que demandaban al gobierno que "hiciese más" - la situación se ha vuelto aún peor y el barrio se ha convertido en el principal escenario de tiro al blanco en Nápoles. Hoy Trajano es el barrio de las "stese" - la incursiones armadas a bordo de scooters en las que se dispara salvajemente contra todo- el método que bandas criminales utilizan para marcar su territorio en contra de las pandillas rivales. Estos ataques se dan todos los días a todas horas, tanto de la mañana como de la noche, y se usan todo tipo de armas, desde pistolas hasta fusiles AK-47: a pesar de las incautaciones de armas y las detenciones de la policía, siguen apareciendo cada vez más pandillas juveniles, una señal de que hay dinero para comprar esas armas y que – por lo tanto – los negocios criminales van bien.

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Lo que está sucediendo, sin embargo, no es nuevo ni sorprendente. Este era el escenario presentado en el informe semestral de la Investigación Antimafia hecho a finales de 2014: "existen múltiples grupos que se han infiltrado en el territorio, que llevan acabo una actividad criminal generalizada muy arraigada y difusa que hace uso de una violencia que no es proporcional a lo que pretenden sus objetivos", "la situación es de gran peligro para el orden público y se ve agravada por el tipo protagonistas de estos escenarios, a menudo delincuentes muy jóvenes de las nuevas generaciones criminales"; "las nuevas generaciones se organizan en los llamados baby-gangs. Entre ellos encontramos a los descendientes de históricas familias locales que hasta hace poco sin embargo parecían desorganizadas (por las detenciones y los arrepentimientos de sus miembros)".

En el informe presentado en enero de este año, la Dirección Nacional Anti-Mafia ha definido un marco geográfico más detallado en el que operan estas nuevas generaciones y hablan de las guerras en curso "tanto en las zonas suburbanas como en el corazón de la ciudad, en el norte y al este de Nápoles, en el barrio de la Salud, en el barrio español y en Forcella".

Como prueba de este cambio generacional, en junio pasado, fueron detenidos unos 60 jóvenes afiliados a las familias Giuliano, Sibillo, Brunetti y Almirante, que dominaban un área que se extiende desde el barrio de Forcella al barrio de Maddalena. Los investigadores encontraron que precisamente que este cartel de la Camorra había llegado "al monopolio de las actividades ilegales en el centro de Nápoles," y que precisamente se había formado "por grupos de gente muy joven surgidos de las familias históricas del crimen".

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Por encima de todos ellos destaca Sibillo Pasquale, nacido en 1991, quien presuntamente dirige uno de los clanes. Hermano de un jefe mafioso muerto, los secuaces de su

paranza

lo conocen como el Gladiador. La última vez que lo intentaron matar saltó de su coche para salvarse. Sibillo es el prototipo de la baby-Camorra, el tipo de criminal que cuando habla por teléfono de su pistola habla de su "enamorada" para que la policía no lo entienda.

Pero no es sólo una cuestión de armas, fugitivos, drogas y asesinatos. "Las nuevas estructuras", dice el expediente de los servicios de inteligencia anti-mafia de la policía italiana, "buscan contrarrestar aspectos que son muy difíciles de prever porqué se mueven por canales que no podemos encuadrar en esquemas ni estrategias racionales".

Mientras tanto el lunes, el día en el que la policía, los fiscales y las asociaciones anti-camorra iban a llevar sus propuestas ante la comisión parlamentaria Anti-Mafia, la líder de esta, Rosy Bindi, cometió una terrible metedura de pata afirmando que "la Camorra es uno de los elementos constitutivos de la ciudad", lo que desató la ira de los que trabajan a diario contra el crimen organizado en los bajos fondos: "Si para los políticos Nápoles esta constituida por la Camorra, ¿para qué estamos haciendo esto?"

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