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Cultură

Consejos sexuales de gente mayor para los jóvenes

Pedimos a varias personas de alrededor de 60 años que compartieran con nosotros sus conocimientos sexuales, sus mejores consejos y nos contaran cómo ha ido cambiando el sexo a lo largo de sus vidas.

Foto vía usuaria de Flickr Angrylambie1

A la gente mayor le encanta el sexo. Ello se debe principalmente a que, al igual que los jóvenes, son seres humanos, y a los seres humanos les suele gustar el sexo con otros seres humanos.

Es divertido, da placer y es bueno para los huesos, el corazón y el alma. Por eso no nos sorprenden los resultados de un estudio reciente, que revelaron que el 26 por ciento de las personas mayores de 60 años del Reino Unido no son felices porque no practican sexo con la frecuencia suficiente.

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De hecho, parece que la falta de sexo es una de las principales causas de angustia entre las personas de la tercera edad, por encima del confinamiento, la precariedad económica o la viudedad.

Un estudio de 2015 realizado por la universidad de Manchester reveló que el 54 por ciento de los hombres y el 31 por ciento de las mujeres mayores de 70 años siguen siendo sexualmente activos. Para el resto, debe de ser muy frustrante haber acumulado tantas décadas de experiencia y no poder aprovecharlas de ninguna manera.

Como el saber no ocupa lugar y siempre está bien aprender cosas nuevas, decidimos pedir a varias personas mayores de sesenta años (o rozando esa edad) que compartieran con nosotros sus conocimientos sobre el tema, nos dieran sus mejores consejos y nos contaran cómo han vivido los cambios en el ámbito de la sexualidad a lo largo de sus vidas.

Sue, 67 años

Foto por Agnieszka Chabros para Catalogue Mag

En la Inglaterra de finales de los sesenta, los hombres seguían teniendo todo el poder. Eran ellos los que proponían citas a las mujeres y las llevaban al baile. Pero también había un grupo de hippies radicales que celebraban orgías con marihuana, ácido y bailarinas sexis.

Los hombres no eran muy duchos en el sexo, ya que nunca se daba el caso de que encontraran a mujeres con más experiencia que ellos. Por su parte, las mujeres se conformaban con lo que les hacían los hombres porque no conocían otra cosa. Como todos los jóvenes vivían en casa de sus padres, no tenían oportunidad de probar cosas nuevas en el terreno sexual sobre el suelo de la cocina, por ejemplo.

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El cambio se inició a mediados de los sesenta, y la música fue una buena representación de esa transformación. Eran tiempos complicados, porque también había un conservadurismo muy fuerte: las mujeres seguían escribiendo libros de cocina y haciendo ganchillo, por amor de Dios. Luego llegó el ácido, que dio a las mujeres la libertad de decir, "No pienso casarme, ni tener hijos, ni pasarme la vida encerrada haciendo tareas de casa; voy a conseguir un trabajo y a conocer mundo".

Lo mejor que se puede hacer para aprender cosas de sexo es practicarlo mucho. Yo aconsejaría a todo el mundo que escogieran a gente al azar. Por supuesto, hablar también es muy importante. Nada sustituye al diálogo

En los setenta, mi hermana y yo vivíamos en una ciudad de playa y teníamos que acostarnos con un chico distinto cada día para adquirir experiencia. La gente pasó de estar en casa viendo la tele y cenando en familia a no parar nunca y estar siempre fuera bailando y follando todo lo que podían.

Lo mejor que se puede hacer para aprender cosas de sexo es practicarlo mucho. Yo aconsejaría a todo el mundo que escogieran a gente al azar. Por supuesto, hablar también es muy importante. Nada sustituye al diálogo. Que practiquen la masturbación, eso seguro, porque una acaba cogiendo práctica. Tienes que saber exactamente lo que quieres y cómo funciona tu cuerpo.

Si estás con una pareja que no logra hacerte sentir ese cosquilleo en los pies, no estás con la persona adecuada y es mejor que la dejes, porque el sexo marca el devenir de las relaciones. Has de aprender a estar a gusto con tu cuerpo y a explorarlo de todas las formas posibles. Hasta los pelos de la cabeza, todo. Conviene que te informes bien sobre el tema de los juguetes sexuales.

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En este sentido, yo creo que todo el mundo debería ir a Ámsterdam, porque allí tienen los mejores sex shops. ¡Es una maravilla! También me parece importante practicar sexo con personas del mismo sexo, al menos una vez en la vida. Por último, creo que todo el mundo debería probar algún que otro juego de bondage en algún momento de su vida. Con la pareja adecuada, puede ser una experiencia increíble. Ah, y que se graben practicando sexo. Si no te excita, no lo hagas: esa es la única regla válida en el sexo.

Leo*, 59 años

Sexo siempre lo ha habido. De hecho, dudo que haya algo que haga la juventud que no hayan hecho las generaciones anteriores. No creo que las citas hayan cambiado tanto: las parejas suelen ir a los mismos sitios y se prestan a los mismos jueguecitos.

Lo que sí ha cambiado es la forma de buscar pareja. Con aplicaciones como Tinder, ahora puedes buscarte una cita desde el sofá. Supongo que a la mayoría le parece muy bien, pero yo creo que le quita encanto al asunto. Para mí lo mejor de las citas es la emoción de ir detrás de la pareja, las sutilezas del cortejo y el riesgo de que esa persona ya tenga una relación. Todo eso desaparece con Tinder. ¡Menudo aburrimiento!

Si tuviera que dar un consejo a los jóvenes, les diría que el porno no es real. Las mujeres que conocerán en sus vidas no son estrellas del porno y el sexo no es como lo pintan en las películas

Yo he tenido suerte en la vida. No quiero parecer un creído, pero nunca he tenido problemas para conseguir citas, y sexualmente he hecho todo lo que uno podría esperar. Si tuviera que dar un consejo a los jóvenes, les diría que el porno no es real. Las mujeres que conocerán en sus vidas no son estrellas del porno y el sexo no es como lo pintan en las películas. Que vayan poco a poco con sus parejas y que no sean unos capullos.

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Jo*, 60 años

A finales de los sesenta, cuando llegaban las seis semanas de vacaciones que nos daban en el colegio, mis amigas y yo nos juntábamos e íbamos al parque para encontrarnos con los chicos y besarnos detrás de los arbustos.

Quedábamos con los chicos en el club juvenil y, cuando podíamos, nos colábamos en las discotecas en las que no preguntaban la edad. Íbamos pronto y nos quedábamos hasta bien pasadas las doce de la noche. Para que nuestros padres no se enteraran porque eran cristianos y se habrían vuelto locos, colocábamos las almohadas debajo de las sábanas y les poníamos una peluca para fingir que estábamos durmiendo. Los chicos siempre nos acompañaban a casa.

A nadie se le pasaba por la cabeza que algo malo nos pudiera suceder, porque eran otros tiempos. Daba igual lo lejos que viviéramos, siempre nos acompañaban hasta la puerta de casa.

Se oyen tantas cosas horribles ahora que solo pienso en decirle a mis nietos que no se vayan con desconocidos ni hagan lo que yo hice en mis tiempo mozos, porque ahora ya no se puede

Antiguamente todo era distinto; me quedé embarazada de mi primer hijo a los 16 años, pese a que mis padres se oponían. Pero la gracia estaba en ser rebelde y hacer lo que quisiéramos a todas horas. Me ponía mi mejor vestido, me maquillaba y ¡hala!

En aquellos tiempos las cosas eran más sencillas y la gente no iba con tanto miedo porque era muy difícil que te pasara algo. Nos divertíamos mucho, ¡vaya que sí! Hoy ha cambiado todo y hay que tener mucho más cuidado.

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Se oyen tantas cosas horribles ahora que solo pienso en decirle a mis nietos que no se vayan con desconocidos ni hagan lo que yo hice en mis tiempo mozos, porque ahora ya no se puede.

Si encuentras a alguien que te gusta, os lleváis bien y hay chispa, sobre todo, ¡usa protección! O la píldora, si lleváis mucho tiempo juntos y tenéis plena confianza mutua. Es importante que os contéis qué os gusta hacer y qué no. Antes de quedarme embarazada, había tenido relaciones muy pocas veces y tampoco lo disfruté mucho. Así que, no hagáis nada que no os guste ni dejéis de lado a vuestros amigos por nadie. ¡Eso es lo más importante! Yo ni siquiera pensé en esas cosas en mi época, porque nadie me aconsejó.

Ron*, 59 años

Sin duda, ahora la gente lo tiene mucho más fácil en el tema del sexo. Antiguamente, era muy difícil acostarse con una persona si no había expectativas de tener una relación seria con ella. Hoy día no importa tanto. Es más un tema de deseo carnal o una forma de cerciorarse de que existe cierta compatibilidad física.

El hecho de tener fácil acceso a servicios sexuales por internet también ha facilitado las cosas a muchas personas, que ahora pueden pagar por mantener relaciones extramatrimoniales, por ejemplo. Esto ha acabado degradando la belleza del sexo; por eso creo que más no siempre significa mejor.

¿Consejos sobre sexo? Que no se precipiten llevados simplemente por la atracción física o el deseo. Que piensen también en las consecuencias. Y sobre todo, que piensen que se puede disfrutar del sexo sin que sea lo más importante de la relación. Amad, vivid, reíd y disfrutad de vuestra relación.

*Se han cambiado los nombres para preservar el anonimato de estas personas.

Traducción por Mario Abad.