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Identidad

Amar a Dios en Tierra Caliente

Apesar de que mi mamá nació en Michoacán y que durante toda mi vida he viajado a ese estado por lo menos una vez al año a visitar a mi abuela, jamás había escuchado hablar de este lugar.

Producción por Laura Woldenberg.

Apesar de que mi mamá nació en Michoacán y que durante toda mi vida he viajado a ese estado por lo menos una vez al año a visitar a mi abuela, jamás había escuchado hablar de la Nueva Jerusalén. De pronto, desde hace unos meses, este pequeño pueblo de alrededor de tres mil habitantes, ubicado justo en donde empieza la región de Tierra Caliente, estaba todos los días en las noticias. Al parecer, todo el mundo estaba indignado porque un grupo, al que los medios describían como “fanáticos religiosos”, habían destruido con mazos y martillos una escuela pública primaria y habían quemado otro edificio, aparentemente porque la Virgen del Rosario se los había pedido; según decían, no le gustaba mucho la educación laica. De pronto, la opinión pública estaba escandalizada porque los niños de esta comunidad no podrían empezar a tiempo el ciclo escolar.

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La mayoría de los artículos se enfocaban en el incidente de la escuela; todos mostraban imágenes de hombres encabronados, con palos y mazos, mujeres de vestidos largos con la cabeza cubierta y cantando oraciones, y unos extraños arcos rojos, además de una enorme torre blanca que parecía sacada de un parque temático medieval. Por lo que habíamos leído, los habitantes de Nueva Jerusalén creían que el fin del mundo estaba cerca y que ellos serían los únicos que sobrevivirían, ya que eran el pueblo elegido. Por esa razón, tenían reglas especiales, como prohibir las relaciones sexuales, porque si el sexo es sólo para procrear y el mundo ya se va a acabar, ¿para qué hacer más niños? A nuestro parecer, la mayoría de estas noticias sólo daban pequeñas pistas de la historia de este pueblo y de su gente, que por lo que habíamos entendido, incluía múltiples apariciones de la Virgen del Rosario, un sacerdote conocido como Papá Nabor y un montón de reglas extrañas.

Después de hacer un poco de investigación, nos enteramos de que el 7 de octubre celebrarían el 39 aniversario de la aparición de la Virgen en la Nueva Jerusalén. Pensamos que sería el momento correcto para viajar a Michoacán, grabar un documental para VICE y tratar de entender qué era lo que realmente estaba pasando en ese pueblo. Salimos de la Ciudad de México, pasamos por Morelia, luego Tacámbaro y siete horas después llegamos a Turicato. De ahí ya se podía ver una torre en la cima de una colina. Seguimos manejando por un camino más pequeño rodeado de plantaciones de caña de azúcar y unos minutos después ya estábamos frente a la muralla roja que habíamos visto en la televisión.

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Los portones estaban cerrados, frente a ellos, a la orilla de la carretera, estaban estacionados ocho camiones de pasajeros. Después nos explicaron que en esos camiones habían llegado cientos de peregrinos que venían de otros estados para la celebración. En medio de los dos portones había un letrero que decía: “ATENCIÓN: Prohibida la entrada a mujeres con falda corta o vestido escotado y sin mangas. Vestidas con pantalones. Pintadas de la cara o de las uñas y la cabeza descubierta. Y a los hombres con cabello largo y vestidos deshonestamente”. Ya habíamos escuchado sobre estas reglas y habíamos recibido consejos de que nos vistiéramos apropiadamente. Nunca entendimos exactamente lo que significaba vestirse “deshonestamente”, pero tanto Laura, nuestra productora, como Eunice nuestra fotógrafa y yo hicimos lo mejor que pudimos por vestirnos “honestamente”. Ellas habían traído unas faldas largas de flores y se cubrieron el pelo con unas mascadas. Yo usé camisas de manga larga todo el tiempo. Los tres moríamos de calor.

Gavina Romero, también conocida como Mamá Salomé, con la Virgen del Rosario.

A un lado de la muralla, estaba estacionada una camioneta con cinco oficiales de la Policía Federal armados con ametralladoras. El pueblo estaba dividido en dos grupos, “el grupo religioso” que vivían justo del otro lado de la reja, y “los disidentes”, que vivían mayoritariamente en las orillas del pueblo. Desde que la escuela fue destruida, el gobierno envió policías para evitar enfrentamientos entre los dos grupos. Desde bastante tiempo antes de viajar a la Nueva Jerusalén, hicimos todo lo posible para conseguir los permisos para grabar entrevistas con personas y líderes de ambos grupos, pero después de decenas de llamadas con los líderes del grupo religioso, nos dijeron que la mismísima Virgen había dicho que no nos podrían permitir grabarlos. Aparentemente a la Virgen del Rosario no le gusta VICE :( A los líderes religiosos se les habían quitado las ganas de dar entrevistas, después de que la prensa, TV Azteca y Televisa los habían acusado de ser fanáticos. Además, algunos miembros de la comunidad tenían órdenes de aprensión por haber destruido la escuela.

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Los disidentes, al contrario, tenían toda la disposición de hablar con quien fuera sobre sus problemas para denunciar lo malos que eran los del otro bando. Nos estacionamos junto a los federales y llamamos a nuestro contacto, quien nos dijo que alguien vendría a buscarnos pronto. Obviamente, en este pueblo tan religioso, tomar alcohol está prohibido, así que nos sorprendió un poco que el tipo que vino a buscarnos apestaba a aguardiente y apenas podía caminar en línea recta. Eran las nueve de la mañana.

Manejamos hasta un barrio llamado Las Once Mil Vírgenes, en honor a las múltiples advocaciones de la Virgen María, siendo la Virgen del Rosario una de ellas. Nos dio la bienvenida Emiliano, un hombre como de 40 años quien inmediatamente se describió como ateo, y nos invitó a pasar a una pequeña bodega con piso de cemento, en donde había una mesa, una grabadora y cosas tiradas por todas partes. Las paredes estaban pintadas con un mural que parecía escenografía de pastorela, en un rincón descansaban varias columnas de unicel decoradas con brillantina dorada. Seis personas de diferentes edades estaban sentadas en las sillas de plástico viendo atentamente el programa Cosas de la vida, proyectado sobre una sábana clavada en una de las paredes que servía de pantalla improvisada. El programa de TV Azteca empezaba con un dramático gráfico animado que decía “LA NUEVA JERUSALÉN EN LLAMAS”, con fuego de fondo, que seguramente representaba el infierno. Roció Sánchez Azuara, la conductora, regañaba a tres sacerdotes como si fueran niños chiquitos por haber destruido la escuela y por sus reglas y creencias. La escena era patética, y a cada ataque verbal, la pequeña audiencia aplaudía. Los sacerdotes sentados en el escenario hacían lo que podían para justificar sus acciones, hablaban de la Virgen y trataban de defender su derecho a vivir como a ellos les pareciera mejor. Emiliano nos explicó que esta bodega funcionaba como una especie de centro de rehabilitación para “gente fanática y muy enviciada a la religión, en donde se les explica que la religión es algo muy aparte de lo civil”.

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Cuando les dijimos que también queríamos ver cómo vivían en la parte más religiosa del pueblo, nos sugirieron que fuéramos ahí primero, porque si nos veían con los disidentes, nadie querría hablar con nosotros. Manejamos de regreso, esperando que nadie nos hubiera visto con nuestro borrachísimo amigo disidente.

Estatua de Mamá Salomé dentro del edificio de la Cuenca Celestial de la Salvación para los Últimos Tiempos.

La entrada al pueblo era resguardada por una estatua de casi tres metros del arcángel San Miguel sosteniendo una espada que llegaba hasta el suelo. A pesar de tener esa muralla gigante en la entrada del pueblo, simplemente hay que manejar un par de calles y darle la vuelta para entrar a la zona religiosa. Nos estacionamos en la calle principal, llamada Avenida del Rosario y empezamos a caminar. Como la celebración del aniversario de la aparición de la Virgen se realizaría al día siguiente, el pueblo estaba lleno de peregrinos, así que no llamábamos tanto la atención. Nos acercamos a la torre blanca y a otra estructura que parecía una especie de iglesia que en vez de paredes tenía vidrios polarizados azules, en donde un sacerdote daba catecismo a un grupo de niños.

Dejamos nuestras cámaras en el coche y nos dirigimos al lugar más sagrado de la Nueva Jerusalén, un lugar conocido como la Ermita. Más que un templo, es un complejo de varias capillas y altares a medio construir, pasillos, estatuas y un seminario. Antes de entrar, unas monjas le dijeron a Eunice, nuestra fotógrafa, que se le transparentaban los calzones a través de la falda, y la obligaron a ponerse un fondo para solucionar el problema.

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Una vez adentro, conocimos a un sacerdote que, aunque prefirió no darnos su nombre, con gusto nos dio un tour del lugar, siempre y cuando no tomáramos fotos. Decenas de mujeres con velos azules y rosas cantaban alabanzas a la Virgen sin parar. El padre nos llevó a una capilla y señaló un busto de mármol con el rostro de un hombre con lentes de pasta y nos dijo: “Papá Nabor está enterrado ahí”. Luego señaló una pequeña pintura colgada en una de las paredes. Nos dijo que esa era la imagen original que les había dado la Virgen del Rosario. Emocionado nos dijo cómo hace 39 años, la Virgen se le apareció a una humilde campesina llamada Gavina Romero en el cerro que está junto al pueblo. La Virgen le pidió que trajera un pañuelo blanco la próxima vez que se reunieran, ella lo hizo, y como nos dijo el padre: “la Virgen quedó retratada en la tela como si hubiera sido una fotografía instantánea”. Siendo honestos, la imagen parecía como si hubiera sido pintada a mano por un artesano no tan talentoso y la historia sonaba sospechosamente parecida a la historia de la Virgen de Guadalupe, aunque la Virgen del Rosario es mucho más blanca y güera que la que supuestamente se le apareció a Juan Diego. El padre nos llevó a otra capilla, en donde estaba una reproducción del ayate que está en la Villa de Guadalupe. Nos dijo que cuando construyeron la nueva basílica en 1976, a la Virgen no le gustó y su gracia se escapó y vino a dar ni más ni menos que a la Nueva Jerusalén. Así que según nuestro guía, ésta es la Virgen de Guadalupe verdadera.

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Antes de nuestro viaje a Michoacán, platicamos con Margarita Warnholtz en la Ciudad de México. Además de tener una columna en Animal Político, la etnóloga pasó largas temporadas entre 1983 y 1988 en laErmita de la Nueva Jerusalén y escribió su tesis sobre la historia de este pueblo. Nos contó cómo la primera vez que fue, la Virgen envió un mensaje acusándola de ser una espía. Un par de meses más tarde, mientras platicaba con uno de los sacerdotes del pueblo, salió a la conversación que ambos eran originalmente de Coyoacán. Cuando Margarita regresó al pueblo, la Virgen envió otro mensaje diciendo que ella había sido escogida para contarle al resto del mundo lo que pasaba ahí adentro. Desde entonces, le abrieron las puertas y regresó muchas veces más.

Según los habitantes de Nueva Jerusalén, su pueblo será el único que quedará intacto cuando se acabe el mundo.

Según nos contó Margarita, “en 1973 se le aparece la Virgen del Rosario a una campesina de Puruarán, que se llamaba Gavina Romero, que luego bautizan como Mamá Salomé. La Virgen le dice que es ahí donde quiere que se haga un santuario a donde vayan los elegidos a salvarse del fin del mundo, y que hable con cura Nabor Cárdenas (el párroco de Puruarán en esa época), ya que él era el elegido para salvarlos. Se empieza a correr la voz de que se había aparecido la Virgen del Rosario en Michoacán. Entonces empieza a llegar gente de todas partes”. La mayoría de los habitantes del pueblo no son ni purépechas ni michoacanos, sino que vienen de otros estados de la república.

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Mientras caminamos por la Ermita, nos dimos cuenta de que esta idea de ser el pueblo elegido era fundamental para entender lo que sucedía ahí. El padre que nos acompañaba nos mostró una pintura increíble sobre el Apocalipsis, en la que una multitud, entre la que se encontraban un grupo de personas que parecían burócratas trajeados, un equipo de deportistas (los deportes están prohibidos en el pueblo), y una banda de rock (evidentemente a la Virgen tampoco le gusta este género musical), caminaban directo hacia la boca de un demonio. En el fondo, una ciudad que parecía la Ciudad de México ardía en llamas, y en la esquina superior izquierda, una luz azul, como la de un reflector, iluminaba un pequeño pueblo que subía al cielo. Ese pueblo era, obviamente, la Nueva Jerusalén.

Los habitantes no sólo creen que sobrevivirán al fin del mundo, sino que el pueblo entero quedará intacto. Pero como le dijo la Virgen, a través de la primer vidente, Mamá Salomé y de Papá Nabor: si rezan el rosario todos los días, el mundo durará un poco más. Así es como explican por qué no ha pasado nada en las múltiples fechas en que Nabor aseguró que acabaría el mundo.

En el mismo muro estaba un díptico. En un lado, estaba un hombre arrodillado sosteniendo dos bolsas llenas de dinero y rodeado de llamas y demonios. En el otro lado estaba el mismo hombre, pero mucho más contento, detrás de él aparecía un templo y el cielo era azul. El padre nos contó cómo ese hombre había prometido donar una buena cantidad de dinero al seminario, pero murió repentinamente antes de cumplir su promesa, así que se había condenado. Poco después, sus parientes trajeron todo el dinero que les había dejado y se lo entregaron a la iglesia. El hombre finalmente fue aceptado en el cielo.

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Cuatro altares para cuatro vírgenes en el centro de la Cuenca Celestial de la Salvación para los Últimos Tiempos.

En la pared afuera de la Ermita estaban pintadas todas las reglas que los habitantes de la Nueva Jerusalén tienen que obedecer si quieren vivir ahí. Todos están obligados a ir a misa por lo menos una vez al día, tienen que rezar el rosario y todos los días tienen que participar en el desagravio, que consiste en cantarle alabanzas a la Virgen. Hombres y mujeres se organizan en grupos por edades, de modo que las 24 horas haya alguien cantando. Los noviazgos están prohibidos y así como el amasiato. Romper estas reglas está penalizado con diferentes cuotas. No ir a misa cuesta 150 pesos, y si te sorprenden con tu novio, hay que pagar hasta 500 pesos, aproximadamente.

En teoría, la radio y la televisión (y ahora también el internet) están prohibidos, pero por lo que escuchamos, muchas mujeres ven telenovelas en casa. En una papelería junto a la Ermita vendían una buena colección de DVD quemados en casa con videos caseros de discursos de Papá Nabor, sus fiestas de cumpleaños, su funeral y hasta unas increíbles recreaciones de las apariciones de la Virgen a Mamá Salomé grabados en VHS. Compramos todos los que pudimos y salimos de ahí.

Hay pocos comercios en el pueblo y todos venden casi lo mismo: comida, velos para el pelo en diferentes colores, imágenes de la Virgen del Rosario y fotos de Papá Nabor en donde parece casi una momia. Todas las tiendas en el área religiosa tienen que ser aprobadas por los sacerdotes y deben colgar un cuadro con fotos de Nabor, Salomé y los videntes que vinieron después de que ellos murieran. En la parte de abajo está escrito: “Creer en las tres etapas”. Creer en ellas es la primer regla escrita en esa pared afuera de la ermita.

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Cuando le preguntamos a Margarita sobre las tres etapas, nos dijo: “Nabor fue un tipo muy carismático, con una personalidad muy fuerte y así se convirtió en el líder indiscutible de la comunidad y Mamá Salomé era el medio de comunicación entre la Virgen y él. La Virgen iba diciendo cómo organizar el pueblo en todos sentidos, ‘Ahora quiero que hagan una calle que vaya de aquí para allá; ahora van a poner una llave con agua porque yo voy a hacer que salga agua de ahí’”. Nabor y Salomé representan la primera etapa. La segunda etapa, según Margarita, empieza en 1981, cuando muere Mamá Salomé. “La Virgen nombra a dos sucesoras: Mamá Margarita, que era una monja del convento desde hacía algunos años, y Mamá María de Jesús [de 16 años], quien era mucho más joven”.

Al final, la Virgen escogió a Mamá María de Jesús como su vidente. Mamá Margarita estaba apoyada por los comerciantes, que era un grupo que empezaba a tener algo de poder y riqueza dentro de la comunidad. Fue entonces que la comunidad se dividió por primera vez y Mamá Margarita fue expulsada del pueblo junto con muchos de los comerciantes. Fue justo en este tiempo cuando Margarita pasó tiempo en la comunidad haciendo su investigación, y le tocó ver cómo la Virgen se comunicaba con la vidente usando su cuerpo como médium, a diferencia de Mamá Salomé, con quien hablaba en sueños y luego ésta escribía los mensajes en papel. Mamá María se paraba frente a la gente y de pronto le cambiaba la voz y se contorsionaba. Con esta nueva vidente, no sólo la Virgen se manifestaba a través de ella, sino que otros personajes celestiales aparecían también, como la Virgen de Guadalupe, la Virgen de San Juan de los Lagos, Mamá Salomé que ya estaba en el cielo con ellas, y hasta una muñeca llamada Yoli, que platicaba exclusivamente con los niños con una voz como de caricatura.

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El altar principal de la iglesia del grupo disidente estaba decorado para celebrar el aniversario 39 de la aparición de la Virgen del Rosario.

En 1990, Mamá María se va de la comunidad, supuestamente por órdenes de la Vigen (hasta el momento nadie sabe a dónde se fue, ni si está viva). Un nuevo vidente es escogido, esta vez un hombre llamado Agapito Gómez, quien conocía a Nabor desde tiempo atrás. Aquí comienza la tercera etapa hacia el fin del mundo y la salvación. En esta etapa, la Virgen ya no se comunica directamente con Agapito, sino que hablan los Bienaventurados, que son personajes que vivieron en la Nueva Jerusalén y que cuando murieron se fueron al purgatorio. También figuras históricas se empiezan a comunicar con Agapito, entre los que destaca Lázaro Cárdenas. Agapito le dijo a los habitantes del pueblo, que Cárdenas, o su espíritu, sería el presidente la Nueva Jerusalén, y guiaría al pueblo dese el cielo a través del vidente. Margarita nos contó que en alguna ocasión escuchó que entre otros mensajes que supuestamente enviaba Don Lázaro [Cárdenas], decía que su hijo Cuauhtémoc había errado el camino al trabajar con el PRD, y que el pueblo debería de votar en bloque por el PRI, cosa que hicieron por muchos años. También nos dijo que Nabor Cárdenas era primo de Lázaro Cárdenas.

Por lo que nos dijeron múltiples personas en la comunidad, Agapito fue una figura bastante controversial, quien fue acusado en diferentes momentos de tener sexo con algunas monjas, beber alcohol y llegó a pasar un tiempo en la cárcel por violar a una menor de edad. También formó una guardia armada para protegerlo, conocida como la Guarida de Jesús y María. Mientras Papá Nabor envejecía, Agapito se convirtió en el líder de facto de la comunidad. Mucha gente empezó a dudar de su legitimidad hasta que en 2006, Agapito convence a Nabor de expulsar a un grupo de sacerdotes de la Ermita. Un grupo de entre 70 y 200 familias los siguieron y decidieron construir un nuevo templo en las afueras del pueblo. Ellos aún creen en las apariciones de la Virgen del Rosario y en la primer vidente, Mamá Salomé, pero no creen que Agapito realmente se comunicara con ninguna figura celestial. Este es el grupo al que ahora se les conoce como los disidentes.

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En su lecho de muerte, Nabor nombra a San Martín de Tours, uno de sus obispos más cercanos a Agapito, como su sucesor. Otro de los obispos de la Ermita, Santiago Mayor, quien se creía sería el sucesor legítimo, cuestiona la decisión argumentando que Agapito manipuló a Nabor, y eventualmente decide abandonar la Ermita para unirse al grupo disidente, convirtiéndose en su líder. Nabor murió en 2008 a los 101 años y San Martín de Tours se convirtió en el nuevo líder religioso de la Nueva Jerusalén. Un par de meses después, Agapito murió también y su hija Catalina heredó el puesto de vidente para comunicarse con la Virgen.

Además de los líderes religiosos, existe una autoridad civil conocida como es “encargado del orden”, quien de alguna forma cumple las funciones de presidente municipal. Conocimos al encargado del orden, Cruz Cárdenas en su oficina en el centro del pueblo, decorada con pinturas de personajes históricos como Allende, Hidalgo y Morelos (cuyos espíritus, por cierto, también se comunicaban con Agapito). Queríamos hablar con él para convencerlo de reconsiderar la decisión de la Virgen para que nos dejaran grabar dentro de la ermita. Después de media hora, finalmente nos dijo: “Miren, la mula no era arisca, la hicieron a palos”, en referencia a la prensa tan negativa y crítica que habían recibido recientemente. Al final, él y sus colegas “encargados del orden”, básicamente nos dijeron que nos fuéramos del pueblo ya.

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La misa del grupo disidente duró más de dos horas. Se celebró en latín y con los sacerdotes dándole la espalda a los feligreses.

Al día siguiente regresamos con los disidentes, quienes también se estaban preparando para celebrar el aniversario de la aparición. Su iglesia era mucho más modesta que la Ermita en el centro del pueblo, y algunas partes estaban aún en obra negra. A pesar de eso, estaba completamente decorada con telas blancas y azules, y el humo del incienso ayudaba a convertir ese edificio de concreto sin pintar en un espacio mucho más místico de lo que era. Las mujeres de este lado del pueblo estaban vestidas básicamente de la misma forma que las de adentro, con faldas largas y el pelo cubierto. Los hombres también se veían igual. La iglesia estaba llena y de pronto Santiago Mayor apareció entre el humo escoltado por otros dos sacerdotes. La misa se celebró de acuerdo al rito tridentino, con tres sacerdotes dándole la espalda a los fieles y en latín. El padre Celestino nos explicó después de la celebración que tanto los padres de la ermita como ellos, creen que la iglesia Católica traicionó su misión original con el Concilio Vaticano Segundo. Si bien creen en la Biblia, no reconocen al Vaticano y el Vaticano no los reconoce a ellos. La misa duró dos horas, hubo largos cantos y oraciones y Santiago Mayor leyó pasajes tanto de la Biblia como de los mensajes que la Virgen del Rosario le dictó a Mamá Salomé en los setentas.

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Después de la misa, nos invitaron a comer barbacoa con el resto de la comunidad en un patio a un lado de la iglesia. Hubo música, a los niños les regalaron dulces y dos niñas bailaron algún tipo de danza tradicional. Ahí conocimos a Óscar, un joven de veintitantos años que se presentó como el líder de los jóvenes del lado disidente. Después de comer nos dio un tour de su lado del pueblo y nos contó cómo sus papás habían dejado todo cuando decidieron mudarse a la Nueva Jerusalén en los ochenta, atraídos por la promesa de sobrevivir al fin del mundo. Óscar es parte de una generación que no decidió mudarse al pueblo sino que nació ahí y que cuando creció no estaba tan emocionado como sus papás con la idea de que la iglesia contralara todo lo haces, cómo te vistes o decide si puedes tomar o no.

Óscar quería mostrarnos la ahora tan famosa escuela que fue destruida por gente del lado religioso el pasado 6 de julio. Para llegar ahí tuvimos que cruzar por el centro del pueblo, mientras la gente nos gritaba e insultaba por platicar con los disidentes. El pueblo tenía ya una escuela, pero era controlada por los padres de la Ermita. Los disidentes le solicitaron al gobierno que construyera una escuela pública a la que todos los niños pudieran ir. Justo antes de que comenzara el ciclo escolar, un grupo de hombres con mazos destruyeron los seis salones de la escuela primaria federal Vicente Guerrero. Uno más de los edificios fue completamente quemado. Aunque aparentemente no fueron los sacerdotes quienes ordenaron la destrucción de la escuela, sí lo justificaron en entrevistas con la prensa. El padre Luis, quien vive en la Ermita (y se negó a darnos una entrevista con el mismo argumento de la mula arisca), dijo a CNN que no estaban en contra de las escuelas, que de hecho ya tenían una, “no es que estemos en contra de los estudios, lo que pasa es que esas personas [los disidentes] buscaron la escuela como medio de protección, para tratar de meter todo lo que está prohibido aquí, por ejemplo la moda, la inmoralidad, los vicios, la drogadicción, el alcoholismo”.

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En una de las paredes de la iglesia de los disidentes, estaba escrita una serie de reglas para la convivencia diaria. También era posible confesarse ahí mismo.

A las cinco de la mañana de ese día, Óscar recibió una llamada avisándole lo que estaba sucediendo en la escuela. Corrió hasta ahí con una pequeña cámara de video para documentar los hechos. Sus videos y fotos se han publicado prácticamente en todos los medios del país. El gobernador del estado, Fausto Vallejo, en un principio parecía que dejaría a la comunidad resolver el problema entre ellos mismos, aunque sí envió oficiales armados para patrullar el pueblo. El pueblo históricamente ha votado por el PRI, y quizá por eso algunos de los gobiernos pasados los dejaron hacer lo que quisieran. Los disidentes ahora parecen estarse alineando con el PRD, lo cual hace que el conflicto sea aún más complicado. Para dar respuesta a las demandas del grupo disidente, el gobierno del estado construyó una escuela primaria provisional en La Injertada, un pueblo aledaño. Cuando visitamos la escuela, los niños iban saliendo de clases y la entrada de la escuela estaba protegida por al menos diez policías federales con chalecos antibalas y armas largas.

Sorpresivamente, dos semanas después de nuestras visita, Cruz Cárdenas, el encargado del orden y mano derecha de Martín de Tours, fue arrestado por ser señalado como el principal responsable de ordenar la destrucción de la escuela.

Mientras recorríamos lo que quedó de la escuela, Óscar nos dijo “el secreto de la libertad radica en educar a las personas.

Pero el secreto de la esclavitud, pues está en mantenerlos ignorantes”. Si bien la destrucción de la escuela, o las posturas que los disidentes han tomado puede que tengan motivos que van más allá de sus creencias religiosas, lo que es cierto es que los niveles de analfabetismo en la región son alarmantemente bajos y el acceso a la información sigue siendo bastante restringido.

Mientras más gente entrevistamos y más lugares visitamos, más compleja y confusa era toda la situación. Otro joven disidente llamado Cirilo, incluso nos llevó a una pista de aterrizaje para avionetas, abandonada a menos de cien metros de la orilla del pueblo. Según él, la pista se usaba en los ochenta cuando él era niño, para traficar mariguana, lo cual añade otro posible frente del choque (uno que nadie ha probado hasta ahora).

La escuela pública fue completamente destruida por el grupo religioso, pero no estamos seguros de quién hizo las pintas de ametralladoras en las paredes.

Margarita, quien a raíz de los recientes conflictos ha regresado un par de veces a la comunidad durante los últimos meses, está convencida de que el problema va mucho más allá del conflicto por la escuela y le preocupan la posibles consecuencias que esta división que se ha acrecentado durante los últimos siete años, como la falta de educación por más de cuarenta años y la ausencia de un liderazgo claro y carismático que pueda unificar a la Nueva Jerusalén puedan traer. Su opinión es que “si las autoridades intervienen e imponen la escuela, y arrestan a los curas y a los que quemaron la escuela… si se meten así, se acaba el mundo en Nueva Jerusalén. Porque lo que ellos están esperando es que ese les acabe el mundo. Si se mete la autoridad a favor de un bando y en contra del otro, los religiosos son capaces de suicidarse en colectivo o se van a ir a que los maten los policías porque es el fin del mundo. Podría haber una situación de muchos muertos y de mucha violencia si las autoridades no tienen mucho cuidado”. Incluso el gobierno del estado ha aceptado públicamente su preocupación de que la captura de Cruz Cárdenas pudiera desencadenar más violencia entre los dos bandos y es por eso que mantienen la presencia policial en el pueblo. Los disidentes también han organizado una guardia nocturna para protegerse.

Regresamos con Óscar a Las Once Mil Vírgenes, cerca de la iglesia de los disidentes y encontramos nuestro coche con una llanta ponchada. Inmediatamente empezaron los chistes de que la Virgen no estaba muy contenta con nuestra presencia. Antes de irnos, hablamos con algunas niñas vestidas con playeras entalladas pero con sus velos azules en la cabeza. Parecían contentas pero un poco frustradas con todo lo que estaba pasando últimamente. Mientras terminábamos de cambiar la llanta, una adolescente llamada Socorro nos dio su versión de lo que estaba pasando: “Siempre se la pasan diciendo que se va acabar el mundo y que tienen que rezar. Le dijeron a la gente desde un principio, cuando los convencieron de que se vinieran para acá que aquí en este pueblo no se iba a acabar. Que nada más por allá afuera. Yo creo que el mundo no se va acabar. Los que se van acabar pues somos nosotros”.

Conoce más del único pueblo que se salvará del fin del mundo en nuestro documental: 

Miscelánea Mexicana: La Nueva Jerusalén