Esperanza Aguirre: todo para que no sea alcadesa Carmena

No es día 28 de diciembre y hace calor. Pero hay noticias que parecen Inocentadas. "Esperanza Aguirre ofrece la alcaldía de Madrid a Antonio Miguel Carmona". Aunque está en todo su derecho: máximo respeto. Pero la cosa es una auténtica broma. Incluso de mal gusto. La 'lideresa' quiere morir matando, parece ese amante que está dispuesto a todo por no perder a su novia, aunque sabe que no tiene nada que hacer. Con tal de que no lleguen las hordas rojas de la calle a la alcaldía, que las 'mareas' no inunden el Ayuntamiento de Madrid, ella prefiere que su antiguo 'archienemigo' se siente en la poltrona de Ana Botella.

¿Qué le pasa a Esperanza con Manuela Carmena? ¿No prefiere recoger sus bolsos caros del despacho oficial y retirarse a sus propiedades campestres? ¿Teme no poder desfilar ya como la Duquesa de Malasaña por el centro de Madrid? ¿O había soñado con transitar por el Carril Bus a sus anchas, siendo la jefa de la Policía Municipal? En una acto desesperado, Aguirre ha convocado a los que antes fueron el objeto de su ira. Pero es que los tiempos, de un modo 'dylaniano', han cambiado. Ni PP, ni PSOE pueden campar a sus anchas. Hacer y deshacer. Ahora tienen que lidiar con nuevas fuerzas políticas (y, sobre todo, sociales). Vientos de cambio, como anunciaba ayer Iñaki Gabilondo.

Menos mal que Antonio Miguel Carmona (quién sabe si por voluntad propia o influido por su partido) le ha dicho que no. Y Esperanza ha plegado, se lo va a explicar al resto de sus concejales electos y después va a comparecer en rueda de prensa. Seguro que no es la última maniobra de la 'lideresa'. ¿Qué será lo siguiente? ¿Qué pataleta tendremos que aguantar ante la derrota? ¿Impugnará? En Madrid ya hemos visto de todo en unas elecciones generales. Solo hay que acordarse del famoso 'tamayazo'. Y ella estaba cerca. La cosa promete ser apasionante.

Mientras tanto, esperemos que reine el sentido común, la cosa se calme y el juego de la democracia, tantas veces en entredicho en los últimos días, no acabe en tablas a favor de los de siempre. Hay nuevos jugadores, pero los representantes del viejo régimen no acaban de aceptarlo. Se esperan nuevas pataletas. Madrid ha sido el principio, quién sabe dónde volveremos a ver una pirueta de un político que se resiste a aceptar el cambio. Que se preparen Ayuntamientos y Comunidades Autónomas.