Vivir en la llamada época de oro de la televisión significa que podemos ver muchas series buenas en muy poco tiempo. A un clic de distancia. No obstante, eso significa, también, que podemos ver muchísimos programas. Todos, básicamente. Una ama de casa desesperada en cada código postal; un show para cada comediante existente; y un remake (el refrito que llaman por estas latitudes los más entrados en años) de toda serie alguna vez hecha en la historia. Eso se está volviendo todo un fenómeno.Resucitar a los muertos siempre ha sido parte del modelo comercial de la televisión. Pero en los últimos años los asaltatumbas de la industria han florecido, en gran parte gracias al gran boom que ha significado Netflix.Desde que Arrested Development fue exhumando en 2013 para una cuarta temporada se vino una sola avalancha de nuevas cosas viejas: la película We Hot American Summer fue traída de regreso como una serie, Full House fue 'zombificado' como Fuller House, Mr. Show reencarnó como W/Bob and David, Pee-wee Herman logró tener una segunda vida en Pee-wee's Big Holiday, el regreso de Lisa Kurdrow se concretó en The Comeback y The X-Files fue traída desde el más allá para una décima temporada.Así, hoy en la televisión hay más muertos vivientes en el horizonte que los que alguna vez pudo haberse pensado. A esta lista, por supuesto, podemos incluirle también las siguientes: El Bus Mágico, Guardianes de la Bahía, Mystery Science Theater 3000, El Príncipe del rap (posiblemente), Twin Peaks, Deadwood, Gilmore Girls, Xena: Warrior Princess y el recientemente anunciado, MAD TV.
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Las ganas de traer de regreso los pedazos perdidos de la cultura pop nos generan una nostalgia similar a la que nos ha generado la reunión de varias leyendas del rock en tours que actualmente recorren el globo. El inmenso y desesperado impulso de capturar un poco de esa vieja magia, de ser un niño atrapado en un medio del capullo de la televisión, se encuentra alentado por el hecho de que cada vez que una serie es revivida entre los muertos nos encontramos con un auge de memes entusiasmados por estos sucesos. Mucha gente se acuerda de lo que es acostarse en el sofá de la casa con sus papás no divorciados y escuchar esa legendaria canción que anunciaba el comienzo de un nuevo capítulo de Full House. Ayyy..¡Las hermana Olsen! ¡Bob Saget! ¡Tío Jesse!Pero estos recuerdos nos reviven la nostalgia brevemente. La cruda realidad detrás de todo esto es que Full House era una basura de programa. Y por lo tanto, Fuller House es peor ––el AV Club lo llamo "una parodia porno sin porno––. Y así, la mayoría de estos refritos son y serán pésimos. La versión de Netflix de Arrested Development luce muerta comparada con el original: es que ni siquiera pudieron juntar a todo el cast para una reunión ante las cámaras, como debería ser. En cambio, solo le dieron un capítulo especial a cada protagonista para solucionar el problema. De igual forma, la décima temporada de The X-FILES o de W/Bob and David no pudieron mantener la reputación de sus predecesores a pesar de las positivas respuestas de la prensa.Un vistazo a cualquier reseña sobre un refrito de la televisión nos revela la obvia verdad: que la mayoría de estos esfuerzos fracasan. Y con razón. (Me refiero a refritos en el sentido estricto, no de versiones adaptas de programas hechos al otro lado del Atlántico o donde los gringos. Una práctica muy conocida en nuestros países latinoamericanos).Una de las razones de esta triste historia recae en que estos programas de televisión, en su versión original, han sido malos o bien malos, que se volvieron hit por efecto de la esplendorosa fama de algún protagonista o el auge de alguna premisa cultural. Tal como las personas detrás de la versión de 2008 de Knight Rider lo afirmaron: "oigan, y que tal si un carro pudiera hablar y pudiera luchar contra el crimen". No es un tema universal que atraviesa generaciones.Esta es una lista completa de los refritos exitosos en la historia de la televisión:
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Hoy en día ya tenemos muchos programas y muy buenos, incluso algunos dicen que demasiado buenos. Tenemos a los genios del sketch en Inside Amy Schumer y Key & Peele (dos alumnos de MAD TV); o las comedias alternativas como Broad City y Crazy Ex−Girlfriend; y las más prestigiosas como The Americans, Mr. Robot y Fargo; muchas basadas en crímenes tipo CSI; en superhéroes, incluyendo Jessica Jones; y hay que mencionar la amada mezcla de las "tetas y dragones" de Juego de Tronos. Los fans de los viejos programas pueden, gracias a la magia del Internet y de Netflix, ver esos amados programas como Cheers o Star Trek.Con todo esto pasando ahora, ¿quién demonios quiere sentarse ahora a ver a esos actores re actuar personases viejos o ver cómo los escritores logran acoplar sus historias al día de hoy? En serio, ¿a quién se supone que se dirige Fuller House? ¿Existen fans que estén esperando el renacer de CBS de Star Trek, dado que cada serie de Trek ha sido peor que la anterior? Incluso si el refrito de Netflix de Firefly, que probablemente sería igual a la reunión de The Smiths, ¿podría ser una buena razón para verlo?La buena noticia es que estos refritos colapsarán inevitablemente por su propio peso y pobre construcción fílmica. Tarde o temprano, incluso los productores ejecutivos, reconocerán en esto una mala idea ––NBC paró a tiempo el refrito de Coach, que, además, ¿por qué alguien querría eso?––. Gracias a Dios.
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- Battlestar Galatica,que tomó una muy mala serie de sci-fi y la convirtió en un culto clásico del entretenimiento
- Hawaii Five-0, el cual se acomoda muy bien a la línea de CBS, con sus guapos policías como protagonistas.
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