FYI.

This story is over 5 years old.

Drogas

MDMA para superar el estrés postraumático

Traumatizado por la muerte de dos de sus amigos en un ataque con un camión bomba, a Tony Macie le recetaron al volver a Estados Unidos los medicamentos habituales para tratar el estrés postraumático. Cuando vio que no le funcionaban, comenzó a...

Tony Macie

Por si estar en un país extranjero, con un grupo de desconocidos, disparando a otros desconocidos no fuera suficientemente perjudicial, los soldados que vuelven a sus hogares después de vivir los horrores de la guerra deben convivir con el trastorno de estrés postraumático (TEPT), siempre presente para prolongar su trauma. El 7 por ciento de los combatientes británicos sufren estrés postraumático, en contraste con el 25 por ciento afectado por este trastorno en los EUA.

Publicidad

Tony Macie —veterano de la guerra de Irak— es uno de esos soldados. Después de regresar a los EUA, traumatizado por la muerte de sus dos amigos en un ataque con un camión bomba, Tony recibió un tratamiento convencional contra su TEPT. Sin embargo, tras comprobar que la terapia clásica no daba resultado, empezó a investigar tratamientos alternativos hasta que dio con la Multidisciplinary Association for Psychedelic Studies (Asociación Multidisciplinaria de Estudios sobre Sustancias Psicodélicas o MAPS), desde l a que se ofrecían tratamientos experimentales con MDMA.

Telefoneé a Tony para hablar sobre el uso de esta droga con fines terapéuticos.

Tony en Irak

VICE: Hola, Tony. ¿Puedes contarme tu experiencia en la guerra de Irak?

Tony Macie: Estuve allí 15 meses. Pasaba la mayor parte del tiempo despejando las carreteras, siempre con el miedo de que nos tendieran una emboscada. Creo que habían pasado unos seis meses —yo no estaba allí— cuando un camión bomba explotó en una petrolera y mató a dos amigos míos. Eso fue muy duro, ahí fue cuando me di cuenta de que era real, de que estaba en una guerra.

¿Crees que sufrías más que tus compañeros? ¿O estabais todos en el mismo barco?

Creo que todo el mundo sufría, aunque a veces no nos dábamos cuenta, porque estábamos concentrados en seguir con vida.

¿Hubo algún momento en que temiste verdaderamente por tu vida?

Quizá justo después de que explotara el camión bomba. Nos pasamos tres días seguidos vigilando la carretera, a la espera de que llegara otro camión con explosivos. Llegamos a un punto en que estábamos en el Humvee y pensamos que iba a haber un ataque. Al final no pasó nada, pero pasé tres días ahí fuera, haciendo el turno de noche, esperando a que algo pasara. Allí la muerte te puede sorprender en cualquier momento. Yo siempre temía una emboscada o un tiroteo.

Publicidad

¿Cómo te sentías cuando volviste a los Estados Unidos?

Al principio, muy aliviado. Me alegraba estar de vuelta y me sentía seguro. Pero después de un par de días, no podía dormir. Pasadas dos semanas, empecé a beber para conciliar el sueño, y uno o dos meses después de eso sufrí los primeros ataques de pánico y de ansiedad. Entonces fue cuando decidí ir al médico.

¿Qué te recetaron?

Me dieron antidepresivos —no recuerdo cuáles—, Xanax y un par de pastillas para dormir.

¿Notaste alguna mejoría?

No soy muy amante de los antidepresivos. Tenían efectos secundarios muy molestos. De hecho, yo creo que incluso empeoraron mi situación. Acabé tomando aún más medicación.

¿Cómo te enteraste de que había tratamientos de MDMA para el TEPT?

Busqué tratamientos alternativos para el trastorno en internet y leí que en algunas ocasiones se usaba MDMA como terapia. Luego di con la MAPS y contacté con ellos para probar el tratamiento.

Cuéntame cómo fue el tratamiento con MDMA.

La dosis era una pastilla de 75 mg al día. Fui a ver a los de la asociación tres o cuatro veces antes de empezar con el tratamiento para hablar sobre el ensayo. La primera hora después de tomarlo estuve en el sofá, relajado. Cuando la droga empezó a hacer efecto, tuve una crisis de ansiedad.

El MDMA hizo efecto y empecé a sentirme mejor. Me sentía relajado y calmado, invadido por una tranquilidad absoluta. Me asaltaron recuerdos que había estado intentando ignorar, pero cuando aparecía el recuerdo, sentía una oleada de placer. Supongo que era como si mi cuerpo estuviese intentando decirme que aceptara esos recuerdos. También recuerdo que quería sacar la parte positiva de todo, sin importar la situación. El tratamiento con MDMA también me sirvió para darme cuenta de muchas cosas.

Publicidad

Tony en Irak

¿De qué cosas?

Tomaba analgésicos, y durante una de las sesiones me di cuenta de que tenía mucha dependencia de ellos. También llegué a la conclusión de que debía aceptar el pasado tal como era, debía pasar página. No había nada que pudiera hacer para cambiar el pasado.

¿Cómo influyó el tratamiento a tus relaciones con la familia y los amigos?

Había estado apartándolos de mí, así que retomé muchas relaciones con familiares y amigos y estaba más abierto al amor. También sentía que volvía a ser capaz de comunicarme. Cuando volví a casa, no podía comunicarme con mi familia, pero ahora siento que estoy más unido ellos. En general, procuro no decir cosas negativas. Mi relación con el TEPT también ha cambiado completamente.

¿Cuánto duraron las sensaciones positivas?

Pues creo que es un sentimiento que cada vez siento más. Ahora siento que puedo abrirme más y hablar con la gente de cosas. Es un proceso continuo.

¿Sufrías algún efecto negativo cuando te daba el bajón?

La verdad es que no. Quizá el único efecto secundario era que me dolía un poco la mandíbula, pero nada más. Fue una experiencia muy positiva.

¿Vas a hacer más sesiones?

Si volviera a beber o a experimentar síntomas, lo intentaría, siempre que fuera legal.

¿Recomendarías el tratamiento de MDMA a otros veteranos?

Lo que no le recomiendo a nadie es que lo pruebe directamente. Creo que deberían hacerse más ensayos e investigaciones sobre este tratamiento. Me gustaría que todo el mundo que estuviera perdido a causa de un trauma dispusiera de esta herramienta. La psicoterapia con MDMA me abrió las puertas de la compasión, el amor y las ganas de seguir adelante.

Muchas gracias por charlar conmigo, Tony.