FYI.

This story is over 5 years old.

Noticias

Sofía se suicidó a los 13 años (y no es la primera en intentarlo)

¿Qué está pasando con las niñas del Carmen de Bolívar?
Fotos: T. Goyeneche.

Pasaban las dos de la tarde del 16 de junio en la vereda Caracolí –corregimiento del Carmen de Bolívar, a dos horas y media de Cartagena– cuando Sofía Tovar agarró de la despensa de sus padres un herbicida llamado Paraquat Gramoxone y lo ingirió con la intención de acabar con su vida. Sofía, bajita, redonda y trigueña, acompañada por las gallinas, cerdos y vacas que se crían detrás del rancho donde vivía con su familia, decidió morir.

Publicidad

Había despertado temprano para ayudar a Claudia, su madre, con los oficios cotidianos de la casa, pero venía deprimida hacía varios días. Era lo de siempre desde que sufría las crisis que le vinieron luego de que le fuera aplicada la vacuna del Virus del Papiloma Humano (VPH): temblores, dolor en el pecho, desvanecimiento, debilidad en las piernas y los brazos, nauseas y convulsiones hasta dos veces al día.

Su familia la llevó el mismo día a Cartagena y fue internada en el Hospital Infantil Napoleón Franco Pareja (Casa del Niño) donde después de pasar doce días en cuidados intensivos, falleció a la 1:30 a.m. del pasado 28 de junio.

Sofía tenía 13 años.

Casa tradicional de Caracolí sobre la transversal Montes de María.

Según un informe medico del 23 de junio, Sofía vivió sus últimos días con una intoxicación que "comprometía su sistema renal, hepático y tenía sangrado pulmonar y acidiosis metabólica severa".

Dairo Torres, rector de la Institución Educativa Caracolí –el colegio donde estudiaba la niña– me cuenta que este es el primer caso de suicidio llegado a término entre las niñas, pero no el primer intento en los últimos 15 meses, desde que todo comenzó. En 2014 hubo cuatro y este año hubo uno posterior al de Sofía. Angelina Arias, de 10 años, que sigue en cuidados intensivos. Ella intentó suicidarse con un insecticida.

¿Qué está pasando en el Carmen de Bolívar?

Desde finales de mayo del año pasado, cuando 23 niñas de la Institución Educativa Espíritu Santo sufrieron los síntomas en plena jornada escolar, el pueblo no ha parado de sufrir. Al principio se habló de brujería y de juegos con la tabla Ouija, teorías vigentes hasta que la asociación de padres identificó que lo que tenían en común todas las afectadas era la fecha de aplicación de la segunda dosis de la vacuna del VPH: marzo de 2014.

Publicidad

"De las 930 niñas que han sido registradas con síntomas por la Secretaría de Salud, el hospital Nuestra Señora del Carmen y la Asociación de Padres de Niñas Afectadas por la Vacuna del VPH, todas recibieron la vacuna en ese periodo", me dice Torres.

Sofía era cercana a su padre, Wilfrido, y le gustaba jugar al fútbol en el colegio y a las escondidas después de clases. Eso cuenta su prima Natalia Tovar, una de sus amigas más cercanas. Natalia también sufre de los síntomas posteriores a la vacuna, pero ella promete jamás intentar el suicidio. "Uno a veces se decepciona, pero no hasta el nivel de lo que hizo mi prima", dice.

En un informe publicado por el Instituto Nacional de Salud el 4 enero de este año se descartó la relación de la vacuna con los síntomas de las niñas y se afirmó que las niñas sufrían una enfermedad psicogénica masiva. Sin embargo, no hay explicaciones alternativas a esta crisis sanitaria que se manifiesta de forma física y sicológica. Y aunque ya hay sospechas de un caso mortal, el de Karen Durán de 16 años, y evidencia de estrés colectivo, la Secretaría de Salud municipal y la alcaldía del Carmen de Bolívar, liderada por el doctor Francisco Vega, han omitido dar declaraciones respecto al tema.

Medicina Legal del Hospital Universitario de Cartagena, lugar donde le practicaron la necropsia a Sofía Tovar

Emilio Rocha Ochoa, tío de Sofía, la describe como una niña alegre, sana, llena de vida. "Hasta hace un año que le pusieron la vacuna. Sofía cambió en todo, se le acabó la alegría", cuenta. Emilio es un hombre fuerte y curtido por el sol, rasgos característicos de la gente que trabaja en el campo. Pero en la noche de este domingo, durante el velorio, le vi venido abajo: está agotado, inquieto, irritado. A los episodios críticos de Sofía los describe como epilepsia.

Publicidad

Emilio tiene dos hijas y otras dos sobrinas enfermas. Me cuenta que aparte de los estudios que hicieron en el INS no han hecho exámenes paralelos porque dice que a donde van les ponen trabas. Si se le habla de una teoría de enfermedad psiquiátrica, se irrita el doble y dice que es una falta de respeto.

La tumba de Sofía.

Una de las hipótesis más fuertes que se manejan dentro del pueblo es que en el traslado de las vacunas desde Cartagena hasta el Carmen de Bolívar hubo un corte en la cadena de frío, porque los responsables tuvieron una parada larga en Arjona, un municipio en la mitad del camino. Pero esa versión no ha sido corroborada.

Mientras tanto, Sofía será enterrada el 29 de junio en el cementerio de Caracolí.

En esta vereda alargada que estrenó carretera (la transversal Montes de María) hace tres meses, que hace 10 años era zona roja guerrillera y que era descrita por muchos como la tierra de no retorno. "El que subía a la vereda no bajaba", comenta Imer Alvis, periodista de la región. Para los carmeros que pensaron que la pesadilla había terminado, se enfrentan ahora a la tortura de la legalidad: un gobierno ciego, sordo, mudo, que evita dar comentarios.

Sigue a Tere en Twitter, y si tienes información, ayúdale a seguir contando esta historia: @goyeneche_te