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Identidad

Los tatuajes ni son tan rudos

Hablamos con Matt Lodder, uno de los hombres que se dedica a estudiar la historia del tatuaje en el mundo, sobre algunos mitos y realidades alrededor de estos.

Imagina que te despiertas después de haber estado inconsciente en la silla de un tatuador indonés justo antes de que te tatúe una mosca en la punta de la nariz: eso fue lo que le pasó al abuelo de Matt Lodder durante la Segunda Guerra Mundial. La historia de su abuelo le sembró una semilla que hoy germina: Matt es una de las personas que más saben de la historia de los tatuajes en el mundo. Tiene una tesis doctoral en el tema y es profesor de diversas clases de historia del arte en la Universidad de Essex.

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Su gusto por los tatuajes se incrementó con la fobia que sus mayores les tenían: entre más historias negativas oía del tema, más quería saber de éste. Adentrándose en los libros que hablan de las historias de los tatuajes, se dio cuenta de que los clichés se repetían en círculo. Platiqué por Skype con Matt, un hombre con tatuajes por todas partes, la punta de la lengua partida en dos y una risa contagiosa. Con él traté de desentrañar cuáles son los mitos que han perseguido al mundo de los tatuajes por los últimos 150 años. Me dividió la historia por temas y esto fue lo que me quedó.

Los tatuajes y los marineros

El mito de que los marineros son los pioneros de los tatuajes, dice Matt, nace de manera popular alrededor de 1950. Hay varios libros de historia que afirman que el Capitán Cook fue el responsable de llevar la práctica de los tatuajes a Europa en el siglo 18, cosa que es totalmente errada, pues hay evidencias de gente tatuada en Inglaterra unos 15 o 20 años antes de que Cook llegara a Europa. Eso no quiere decir, por supuesto, que los marineros y los criminales no estuvieran tatuados: ellos tenían mucho tiempo libre.

Los tatuajes que se hacían los marineros salían de las mismas imágenes que tallaban en sus latas de tabaco y en sus cuadernos. El tatuaje de ancla, que ha sido el más reconocido de todos los tiempos, es un símbolo de tranquilidad, de descanso y de calma: cuando el ancla se dejaba caer los marineros ya no estaban trabajando y estaban seguros de que no se iba a ahogar en la mitad de una tormenta. Los prisioneros en las cárceles, por su parte, además de tiempo tenían rabia acumulada: un resentimiento en contra del sistema que los llevaba a tatuarse de manera constante.

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Los estereotipos son realzados por los periodistas, simplemente porque es fácil buscar evidencias reafirmando algún estereotipo, y mucho más, si está documentado y archivado: los prisioneros tienen sus fotos en los archivos de las prisiones y los marineros quedaron enlistados en los archivos de la armada.

Los tatuajes y la moral social

El carácter negativo de los tatuajes se realzó también porque cuando empezaron a investigarse cayeron en el ámbito del estudio de la eugenesia, la filosofía social que dice que los rasgos de los seres humanos podían decir mucho sobre su personalidad, inteligencia y carácter moral.


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Había sociólogos y antropólogos que estaban dentro de las cárceles midiendo el tamaño de los cráneos de los prisioneros y viendo que muchos de ellos tenían tatuajes con leyendas del tipo "a la mierda el gobierno". El método dio como resultado que los tatuajes fueran equivalentes a la falta de integridad moral.

Los tatuajes y la historia mundial

Hay muy poco escrito acerca de la historia de los tatuajes. Cuando Matt empezó su investigación había menos. Lo poco que se ha escrito sobre el tema es abordado con las preconcepciones existentes en la cabeza del investigador. Por eso, la nueva ola de académicos del tatuaje han tenido que empezar desde cero, tratando de levantar el velo negativo de los tatuajes.

Se sabe que Ötzi, un hombre momificado encontrado en los Alpes alemanes, es el más viejo con un tatuaje pintado en la piel. Ötzi vivió hace 5,000 años y fue encontrado en 1991 con piel suficientemente preservada como para ver sus tatuajes por toda la espalda, brazos y piernas. El segundo espécimen más viejo fue encontrado en Chile.

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Fotos de los tatuajes de Ötzi. Foto vía.

"Cuando piensas bien en el proceso de hacer tatuajes, te das cuenta de que es muy simple: lo único que necesitas es una aguja o un objeto puntiagudo de algún tipo y cualquier pigmento que puede llegar a ser carbón. Si se estaba haciendo hace 5,000 años no veo ninguna razón por la cual no se estuviera haciendo de manera continua. La práctica de los tatuajes es parte del instinto humano básico; es algo que encontramos más o menos en cada una de las culturas que ha habido, ya sea con tinta o con cicatrices. Es algo normal el querer modificar nuestro cuerpo", dijo Matt.

Piel preservada de una momia rusa con tatuajes de más de 2,500 años de antigüedad. Imagen vía.

Los tatuajes y la religión

Los tatuajes se volvieron muy importantes con los grandes peregrinajes que hacían los cristianos a través de Europa y otras partes del mundo. "Los tatuajes se pueden rastrear hasta culturas peregrinas del siglo 17: personas que hacían peregrinajes a Italia, Jerusalén y las tierras santas y se tatuaban como símbolo de haberlo vivido y como recuerdo, específicamente los peregrinajes cristianos, cuyas prácticas de tatuajes las podemos rastrear hasta la antigüedad", dijo Matt.

En el libro de Levítico del Antiguo Testamento dice "no deberás marcar tu cuerpo para los muertos", y la mayoría de los académicos han leído esto como una referencia directa a los tatuajes. Sin embargo, varios académicos religiosos han tratado de desmentir este mito observando que los cristianos de Egipto se tatuaban hace miles de años, y que los tatuajes de los peregrinos hacen gran parte de la historia. La explicación racional que se ofrece es que cuando la Biblia dice "marcar su cuerpo para los muertos" está hablando de una prohibición de hacerle culto a los ancestros y la prohibición a la idolatría pagana.

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Es más, dos reyes del Reino Unido, un país en su mayoría cristiano, han sido tatuados: Eduardo VII se tatuó cuando hizo su peregrinaje a Jerusalén en 1861, pintándose una Cruz de Jerusalén (una cruz grande con cuatro cruces pequeñas en los lados); después su hijo, Jorge V, se fue para la ciudad santa unos años después para que el mismo tatuador le hiciera la misma cruz en el mismo punto que su padre.

Dibujo del Rey Jorge V tatuándose en Japón. Imagen

La cruz de Jerusalén a la izquierda. Otros tatuajes religiosos comunes.

Los tatuajes y la moda

En el siglo 19 tener tatuajes no era una cuestión solamente de reyes o criminales, sino también involucraba a la clase media. Investigarlo, sin embargo, se hace muy difícil ya que no hay un registro gráfico de estas personas. Se sabe, de todas formas, que la clase media seguía una cultura visual que en ese entonces estaba absolutamente arraigada: los dibujos, por ejemplo, empezaron a tomar relevancia no solo por ser reproducidos en una tira cómica, sino por estar plasmados en una espalda: "en 1930 la gente se estaba tatuando obsesivamente a Mickey Mouse, y eso no se tiene que leer de la manera en la que los antropólogos o los sociólogos lo hacen, en cuanto a que los tatuajes siempre tienen que tener un componente de verdad personal profunda, sino porque hacen parte de un circuito, de una cultura visual y de imágenes que tienen sentido para nosotros. Es muy obvio para mí que si en 1930 el Pato Donald está muy de moda, la gente quiera hacerse tatuajes del Pato Donald", me explicó Matt.

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En la investigación de Matt hay una gran parte dedicada a Sutherland McDonald, el primer tatuador profesional de Inglaterra, que construyó el modelo de estudio para las clases altas. En una entrevista que le hacen a McDonald en 1880 le preguntan por qué jóvenes y viejos se estaban tatuando. Su respuesta: "porque les gusta". El entrevistador continúa y le pregunta a McDonald si los tatuajes son una moda y este contesta "espero que no, porque todo lo que se vuelve moda, luego se denomina como vulgar".

Ejemplos de los tatuajes de Sutherland McDonald (1902). Imágenes cortesía de Matt Lodder.

Los tatuajes y las mujeres

"Es inconcebible para algunas personas la idea de que las mujeres estén modificando su cuerpo o voluntariamente entregándose a una práctica que es dolorosa y 'desfigurante'. Hay un shock constante de que las mujeres se hagan tatuajes, porque hay una idea mucho más complicada y mucho más arraigada de cómo se deben ver las mujeres, y cómo se deben comportar", me explicó Matt.

***

El doctorado de Matt Lodder explora toda la historia de los tatuajes y su trayectoria en la historia de la humanidad como una forma de arte. Aunque ha dedicado su carrera a explorarlos, sabe que nunca cambiará la visión de aquel que odia los tatuajes. Pero por lo menos, dijo, está haciendo algo para reescribir la historia en torno a ellos y tratar de que las concepciones erradas vayan disminuyendo poco a poco.

"Es cierto que los tatuajes siempre van a ser tabú, porque se meten con muchos ideales de cómo debe ser el cuerpo en nuestra cultura. No debes desfigurarte, no debes herirte, no debes abrirte, no debes pagarle a alguien cientos de dólares por que te hagan daño ni para marcar tu cuerpo para siempre. No debes marcar la piel que dios te dio. Esos tabús están bastante engranados en nuestra cultura y nunca vamos a superarlos, como tampoco voy a tratar de hacer el caso de que todo el mundo debe tatuarse ni que todo el mundo debe aceptarlo. A la gran mayoría de la gente no le gusta los tatuajes y nunca los va a aceptar. Los tatuajes sí son raros, pero son mucho más interesantemente raros que lo que la gente del común piensa", concluyó Matt.

Sigue a Matt y a Christina en Twitter.