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Especial de moda 2014

Mejor que desnuda

Visitamos a la diseñadora mexicana Marika Vera, quien nos habló del erotismo, las prendas que lo visten y sus planes a futuro.

Prendas simples, sofisticadas y libres al mismo tiempo, como ella: Marika Vera es una joven diseñadora mexicana que tiene claro que el sexo vende. Sin embargo, esta pionera de un nicho tan particular en el diseño de modas como es la lencería, cree que no estaría mal pensar con qué tipo de sexo podemos comerciar. Su línea de diseño es “minimalista, contemporánea, sutil, sofisticada y atemporal” y extremadamente sexy, cabe agregar.

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No existe mejor representación del tema para este número especial de moda de VICE que el arte de Marika Vera, así que decidimos visitarla en su casa-estudio y hablar de cuál es la filosofía que opera detrás de sus creaciones.

En su show room, en la colonia Juárez de la Ciudad de México, que también hace las veces de sala, rodeadas de prendas vaporosas organizadas cromáticamente, nos sentamos en su sillón gris, y con Raymond —su galgo español— encaramado en su regazo. Marika y yo platicábamos del poder que puede tener la lencería sobre una mujer. El eslogan de su marca es Better than naked (Mejor que desnuda), que ella explica como una visión del erotismo que “no significa estar totalmente desnuda ni estar vestida de una forma burda sexualmente”.

Las prendas de Marika juegan con la tensión entre lo que se revela y lo que se cubre, o como dice sobre sus prendas: “Todas tienen acceso directo a las partes erógenas del cuerpo”, pero no necesariamente lo muestran. Ella no sólo sabe que el juego del ocultamiento es una condición clave de lo erótico sino que comprende que “muchas mujeres sienten mucha más confianza así, sin enseñarlo todo”.

Marika tiene 32 años y es originaria de Puebla. Estudió diseño de modas en el Istituto Marangoni, en Londres. Como proyecto final decidió hacer una colección de lencería, y así, entre pasantías y trabajos se siguió formando hasta que pudo lanzar su marca. Ahora tiene puntos de venta en Reino Unido, Estados Unidos y México, donde no terminamos de encontrar una verdadera cultura del goce sexual femenino.

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“En la cultura mexicana importa más lo que se ve, lo que es obvio, por eso mucha gente no quiere invertir en lo que está debajo de la ropa”, me dijo Marika. “A mí me importa, incluso como ventaja competitiva, que puedas llevar la lencería fuera de la recámara, puedes usar la mayoría de las prendas para salir”.

Ahí sentada, escuchándola, no dejaba de pensar cuánto me gustaría tener todas esas prendas en mi clóset, sobre todo las que usan cintas y collares ajustables que recuerdan correas (piezas minimalistas a la que Sacher- Masoch no se resistiría). Marika me contó que siempre trata de leer y averiguar todo lo que puede sobre sexo y que se considera feminista. Por eso busca transmitir ese empoderamiento femenino a través de la ropa.

Marika se para y me muestra su prenda más vendida (y que va a relanzar en su próxima colección), el teddy Bella. “Un teddy o un playsuit siempre ha existido, pero ésta es mi interpretación o mi versión de cómo debería de ser, así que si lo ves como objeto es algo bello y femenino, es como una flor, el calzón va a la cintura y también lo puedes usar como un halter. La idea es que puedes jugar con las cintas y aunque tienes acceso al pecho no se transparentan los pezones porque la tela está sobrepuesta, quiero mantener lo erótico”.

Marika piensa que los mexicanos no le damos la relevancia necesaria a nuestra vida sexual. “La educación y la apertura son claves para que las mujeres se creen una perspectiva propia y decidan cómo quieren vivir su sexualidad. Tienes que ver todos los espectros, sólo así puedes decidir qué quieres experimentar, qué te gusta y qué no… Todo el mundo tiene un lado perverso y eso no es un lado negativo, hay que experimentarlo también. Tú te formas un criterio”.

Además busca cultivar a sus clientas en un plano más intelectual, relacionando sus prendas con sucesos y personajes históricos que nos hagan más conscientes de la riqueza y diversidad cultural de la que podemos echar mano. “Creo que en los medios masivos hay mucho tabú y mal gusto, yo prefiero, además de fijarme en las tendencias de la moda, encontrar inspiración e información en libros, en el arte, el cine”.

Cuando terminamos nuestra visita, me di cuenta de que cada pieza de Marika me hacía pensar en una versión distinta de lo que significa ser mujer y, sobre todo, lo que significa ser sexy. Entrar a su show room es como entrar a un mundo de posibilidades que se abren a través de los velos. Comparto su apuesta por la diversidad y el empoderamiento femenino, y admiro la belleza con la que transmite sus ideas.