Todo lo que he aprendido sobre el sexo

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Todo lo que he aprendido sobre el sexo

Me acaban de dar un programa de televisión, lo cual, combinado con años de ser una zorra, significa que ya he acumulado bastante conocimiento sobre el sexo.

Ilustración por Sam Taylor.

¡Sexo! ¡Coger! ¡Venirte! ¿No es increíble? Apuesto a que te encantaría frotar tus genitales en un frenesí pegajoso como un animal entusiasta y en celo en este momento, ¿o no? Creí saber todo sobre el sexo pero parte de crecer es darte cuenta de lo poco que sabes. ¿Desde cuando los heterosexuales son tan indiferentes ante el analingus? ¿Cómo escoger una buena palabra de seguridad? Y ya en serio, ¿a quién le gusta que lo dedeen?

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Decidí explorar los aspectos que la sexualidad de los que nunca antes había escuchado en mi nueva serie de la BBC, The Paris Lees Sex Show. Así es. La BBC me dio mi propio programa. Sobre sexo. Quería que fuera mucho más sucio y superficial pero la BBC insistió en que le diéramos un giro educativo, ya sabes, para la juventud y todo eso. Así son en las emisoras públicas. Pero sigue siendo bastante provocativo, al menos según los estándares de la BBC. Mira cómo mis bubis saltan igual que dos globos enormes llenos de gelatina en el video.

Como sea, VICE quería saber si en realidad he aprendido algo con mis investigaciones especiales y resulta que sí, lo cual, combinado con una década de ser —ejem, una zorra— significa que ya he acumulado bastante conocimiento sobre sexo sexo. Entonces, sin más que agregar…

1 Relájate

Tranquilízate. Respira hondo. Honestamente, si la vida me ha enseñado algo es que te puedes sentar sobre un cono de tráfico si solo te relajas un minuto. #YoSiPuedo

2 Aparta un cajón de sexo

No importa quien seas, aparta un cajón de sexo. Incluso si te aferras al sexo tradicional de pene-en-vagina, de vez en cuando todo va a quedar manchado de mecos. Sin mencionar todos esos adorables jugos de pepa. En ese momento vas a necesitar un lugar donde guardar pañuelos desechables, condones y una toalla. Esposas. Dildos. Machetes. Todos tus juguetes sexuales. Ah, y claro, toallitas desechables. A veces hay promociones de 2x1 en el supermercado. La semana pasada hubo una y compré provisiones como una típica ama de casa de los años 50. En serio, las toallitas te dejan fresca allá abajo. Lo juro, las de aloe vera me hicieron virgen otra vez.

3 Valora la intimidad

He tenido muchas relaciones intimas y especiales en mi vida —con mi manicurista, mi estilista y la señora que me depila las cejas—. Pero apenas hace unos años me di cuenta de lo increíble que puede ser la intimidad. Claro, la promiscuidad puede ser muy divertida pero dudo que te llene a largo plazo. Ahora, para mí, el sexo casual es como la comida chatarra y hacer el amor es como cocinar en casa. No me malinterpretes, a veces se antoja muchísimo una hamburguesa de esas que venden en la esquina de tu casa, pero nunca va a estar al mismo nivel de la comida que preparas lentamente con hierbas y amor y esas mamadas. ¿Quién lo diría? Yo, hablando de romance…

4 Nada importa

Otra cosa que aprendí con mi despertar de intimidad es que, cuando amas a una persona, todo lo demás pasa a segundo plano. Siempre he tenido mis propias preferencias y, lo creas o no, mis límites. Sin embargo, cuando estás enamorado, haces todo por esa persona. Y no me refiero a una forma extraña, degradante y codependiente, sino a una forma cariñosa, abierta y hermosa. Como cuando haces algo que nunca creíste que te fuera a gustar pero sabes que a la persona que adoras le encanta y —lo más importante— ahora a ti también te gusta.


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5 Nunca digas nunca

Tengo una actitud positiva ante el sexo pero hay cosas que no puedo evitar rechazar, como, por ejemplo, cuando la gente se lastima a propósito. Y sospecho que jugar con popó tampoco es lo mío. No obstante, hay muchas cosas que antes creí estúpidas o ridículas y ahora no me parecen tan malas. Y según mi experiencia, sé que no soy la única. He conocido muchos hombres de treinta y tantos años a los que les gusta coger con mujeres trans —ya sea antes o después de someterse a una cirugía de reasignación de sexo— que, a sus veintitantos, nunca se habrían imaginado que iban a "entrarle a eso". Pero como en muchos otros aspectos de la vida, la perspectiva sexual cambia con el tiempo, a veces de forma drástica. Y está bien. Creo que lo que quiero decir es que hace poco descubrí que me gustan los furries.

6 Cógeme mientras lloro

¿Están de acuerdo en que es súper sexy que te cojan cuando andas triste?

7 La gente con discapacidad también se puede venir

Como soy ligeramente egocéntrica, no me había puesto a pensar en esto antes pero, desde que empecé a grabar mi programa, he aprendido que no hay mucho porno para la gente con ciega o con discapacidad visual y, pues, está de la verga. Hay un libro de porno braille pero necesitas dos manos para leerlo y pues… Los ciegos necesitan un mejor material erótico que estimule todos sus sentidos.

8 Las fantasías no tienen nada de malo

Todos tenemos fantasías sucias que no queremos que se vuelvan realidad ni en un millón de años y no tiene nada de malo. Supongo que todos necesitan recurrir a esa fantasía de vez en cuando. Incluso si te encanta la persona con la que estas, la amas desesperadamente y no podrías sentirte más atraído hacia ella, a veces necesitas pensar en tu fantasía para venirte. No quiero saber cuál es tu fantasía y tú tampoco quieres saber cuál es la mía. Aunque, si tienes mucha curiosidad, te puedo decir que incluye un impermeable transparente y una chica que iba conmigo a la escuela en una noche húmeda y con mucho viento con seis bomberos robustos que se mueren por una mujer y una galleta para perro. Listo, no pienso decir más.

9 Tres son multitud

Siempre dices que vas a tener un trío cuando acabas de ligar con alguien. Pero es mentira. No digo que los tríos son malos o que las parejas felices no puedan tenerlos sin que todo salga bien. Solo digo que hay un riesgo. Sugiero que saques el trío de tu sistema durante tu etapa más zorra. Pero es 2016, haz lo que se te de la gana, creo.

10 Hazte un chequeo

No sé cómo nunca me ha dado gonorrea. A pesar de haberlo hecho sin protección en un callejón atrás de un bar, dos veces, con un dealer que se parecía al güey de So Solid Crew que usaba lentes de contacto. No sigas mi ejemplo, estoy idiota. Usa condón. No queremos que te de una horrible enfermedad de transmisión sexual como gonorrea o un bebé. Hablando de…


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11 La educación sexual debe mejorar

La mayor parte de la educación sexual no te prepara para la realidad y la responsabilidad del Juego de Penes. Espera, ¿qué? ¿Estás diciendo que si metes un pene a una vagina, la mujer puede quedar embarazada? ¿¡Quién lo diría!? Ese era yo cuando pensaba que la única forma de tener un bebé era si te lo traía la cigüeña. Sí, los niños tienen que aprender sobre la reproducción. No obstante, si queremos poner fin a la violencia, promover el respeto a los límites personales de los demás y ahorrarnos muchos traumas y sufrimiento, también tenemos que enseñarles el concepto de consentimiento. Cuando estaba en la escuela, vimos una película que decía que algún día íbamos a tener que lavarnos las axilas más seguido, que nos iba a salir vello allá abajo y que la masturbación podría resultar muy agradaba. Pero a los 14 años ya había descifrado todo eso, gracias por nada. Nadie nos dijo que ser gay, bisexual o asexual no tenía nada de malo. Y era su puta obligación.

12 Ama el aroma

Las axilas son sexys. No las arruines con desodorante barato. Solo mantenlas limpias. Es importante. Una vez vi un video sobre eso. Quizá solo son mis gustos pero sospecho que The Joy of Sex está en lo correcto y que el aroma de otros humanos nos atrae. A excepción de Trump. Yo creo que el huele a popó y a fracaso.

13 Olvida la timidez

Deja de preocuparte. Tu pareja sexual está contigo porque le gustas. O tiene muchas ganas de coger y eres lo mejor que encontró. Como sea, disfrútalo y ya.

14 El látex siempre funciona

El látex es sexy. Este es mi vestido a principios de marzo:

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Este es mi vestido a finales de marzo:

Lo siento, látex de Kim West.

15 El sexo oral es un talento

Oh, las felaciones. Le daré la última palabra a Samantha de Sex and the City: "Hay que calcular la posición de los dientes, la presión de la mandíbula, la succión y los músculos que contraen la faringe. Todo mientras mueves la cabeza de arriba abajo, gimes y tratas de respirar por la nariz. ¿Crees que es fácil? Cariño, no por nada les dicen blowJOB".

§

Eso es todo. Es probable que siga cometiendo los mismos errores una y otra vez durante los próximos 50 miserables años pero espero que lo poco que sé te sirva de algo. ¡Te deseo una cogida feliz!

@parislees