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Música

Yo tocaba en una banda de punk con Ben Stiller

Capital Punishment probablemente hubiera sido una banda ochentera olvidada, si no fuera por el hecho de que su baterista es Ben Stiller.

Si estuvieron en la escena post-punk del Nueva York de inicios de los 80’s, seguramente estaban acostumbrados a ver bandas en máscaras raras cantando con acentos británicos falsos y sampleando ruido blanco. Y Capital Punishment, un puñado de niños raros que aún estaban en la preparatoria, les habría parecido sólo una banda más.

Esa banda probablemente habría sido olvidada para siempre junto con el resto de los cientos de otras bandas de esa época, si no fuera porque su baterista es Ben Stiller. Hoy en día, 33 años después de que el grupo se separó, el sello independiente Captured Tracks va a re-lanzar el único álbum de Capital Punishment, Roadkill para deleite de nuestros oídos.

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Peter Zusi, ahora un profesor de Estudios Eslavos en la UCL, nos cuenta cómo fue estar en una banda de punk con Ben Stiller.

Hicimos la banda sólamente para divertirnos. Íbamos en la misma preparatoria y Kriss, quien era el líder de la banda, nos invitó a unirnos. Nunca tocamos en vivo. Él rentó un estudio para que grabáramos, entonces fuimos y grabamos lo que nos fue saliendo. Apartamos varias sesiones de siete horas y fue muy intenso. Había un ingeniero profesional ahí que no podía creer lo que estaba viendo.

Si ven la parte de atrás de nuestro disco, pueden ver las cosas raras de las que nos dimos crédito. Llevamos a nuestros amigos de la escuela para que se participaran, entonces tenemos gente con créditos por los ‘suspiros’, ‘percusión procesada de ruido blanco’, ‘frascos’, 'tapas de ollas’, y ‘percusión que suena como una sierra eléctrica’. Teníamos ejercicios extraños de respiración, como el ‘ohmmm’ y ese tipo de cosas. Viendo los créditos, con piezas de equipo como ‘VL Tone’, ‘Prophet 5’ y lo que sea que es un ‘Merv’, es como un viaje a la historia a través de la tecnología musical de principios de los 80. Recuerdo que había lo que yo llamaba el Floyd Kuta; no creo que esté en el álbum, era este intercambio extraño entre Ben y Kriss en el que empezaban a hacer esta voz extraña de alguien llamado Floyd diciendo ‘¿te gustó esa canción, Floyd?’ y la otra persona decía ‘siiiiii’ y así seguía por tres minutos. Sólo estábamos intentando hacer cosas que creíamos que sonaban bien, no había un plan grandioso detrás de esto. Tengo que confesar que no escucho el disco muy seguido, y no creo que nadie lo haga. Todo fue más que nada por la experiencia de hacer música.

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Los papás de Ben y Kriss estaban metidos en el mundo de la actuación y la producción de películas, tenían contactos, y fue así que logramos hablar con Gene Simmons. Gene era un buen tipo y vino a hablar con nosotros por 15 minutos. Nosotros sólo nos sentamos ahí temblorosos y sudando. No recuerdo una sola palabra de lo que nos dijo.

Si ves la portada del disco, tienes a Kriss en la parte de arriba como un pato enfermo, el del centro soy yo con ese traje que parecía como si Darth Vader se encontrara al Guasón, y Ben es el Ché Guevara de hasta abajo. Cabe recalcar que en la parte de atrás venían unas fotos de animales muertos en la carretera y ese soy yo, con el conejito aplastado, pero que conste que nos encontramos a ese conejo. Ningún conejo fue lastimado durante la producción de este álbum.

Ben era, y aún es, un tipo normal. Si pienso en la forma en que la carrera de Ben se ha desarrollado, mucho de ello ha sido en torno a hacer conexiones entre gente con conductas extrañas y gente normal. Ben siempre tuvo un sentido del humor muy raro y era muy bueno comunicándole eso a la gente que no era tan rara como nosotros. Con éste disco, todo fue como un tipo de rebelión dirigida hacia lo raro. Y eso es lo que este disco refleja para mí.

Pensando en esos primeros años del gobierno de Reagan, el país estaba cambiando y Nueva York estaba cambiando radicalmente. Había un sentido de la ciudad volviéndose como un ente completamente corporativo, y la vida volviéndose más financiera y desinfectada, y este disco era un poco como una resistencia adolescente en contra de eso.

Después de Capital Punishment, entré a la academia. Estudié Literatura en la universidad, y después pasé muchos años en Europa, en Alemania, en Praga, en Checoslovaquia —o la República Checa, como se volvería después. En ese tiempo conocí a mi futura esposa. Conseguí mi puesto enseñando Literatura Checa en la University College London. Y esa es mi vida. De hecho, los tres nos encontramos en noviembre del 2014 y tuvimos una larga conversación; era la primera vez que estábamos juntos en 20 años. Hablamos de Capital Punishment y cómo Captured Tracks no quería re-lanzarlo, sino lanzarlo, pues nunca había sido lanzado en primer lugar, y todos dijimos sí, hagámoslo. Así que podrán comprar el álbum próximamente, estoy seguro”.

The three of us actually met up in November 2014 and had a long conversation; it was the first time we’d been together for 20 years. We spoke about Capital Punishment and Captured Tracks wanting to not re-release, but release it, as it was never released in the first place, and we were like yeah, let’s do this! So you can go buy the album soon I’m sure.” Todas las fotos cortesía de Capital Punishment. Entrevista por Lucas Fothergill. Puedes encontrarlo en Twitter aquí: @lucasfothergill