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Música

Marako Intenso: Reaggetón gay y marginal de Chile

Reaggetón disidente desde Chile. Una genial charla con el dúo, que organiza la fiesta 'Poncea Dale Poncea' este viernes en el Centro Arte Alameda.

Todas las fotos, Pedro Quintana

Todo mundo repite como loro que el reggaetón es machista, que maltrata y objetualiza a la mujer. Y es cierto. Pero no totalmente. En el borde del género, en ese espacio que se mezcla con otras expresiones artísticas como el performance queer, descubrimos a Marako Intenso, Torta Golosa, Cola Condenada. Mientras, en Argentina conquista la lírica lesboardiente de Chocolate Remix.

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¿Cómo es posible esto? ¿Por qué puede el reggaetón volverse un género para gays? ¿Cómo se puede encontrar en él un espacio de libertad para experimentar con la sexualidad y el género? Esta vuelta de tuerca es una novedad previsible desde la aparición de las tribus urbanas a ambos lados de la Cordillera de los Andes. En los dosmiles, el reggaetón llegó a contagiar el rock y la cumbia, su arribo fue frondoso, lo tiñó todo y dotó a la generación del 2005-2006 de una banda sonora, de una estética y una mezcla entre actitud punk, maquillaje hardcore y contornos visual kei que, imanada de un halo tropical, creó lo que en Chile fue llamado “Pokemones” y en Argentina “Floggers”. En México el fenómeno se conoció como “Emos”, pero éstos carecieron de reggaetón.

El reggaetón, en ese sentido, apareció en Sudamérica con los movimientos juveniles que usufructuaron del autodisparo (luego de las selfies), los Fotolog Gold, el sobajeo (el perreo) y los pasos de C-walk. Llega con una generación que desmontó el rol del “hombre” y de la “mujer”. Los adolescentes andróginos de los Andes —de ese tiempo— podían perrear y bailar como si fuesen el hombre y, al mismo tiempo, como si fuesen la mujer. Porque quien perrea no sólo es el que tiene verga. Lo que dominó fueron los peinados a machetazos y los besos como cuerpos repartidos a destajo. Incluyendo si esos cuerpos vivían una sexualidad gay y que no contaran, hace diez años, con la mayoría de edad.

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Toco la puerta de un departamento en Diagonal Paraguay con Vicuña Mackenna, en Santiago de Chile y luego de unos cuantos cigarros y un vaso de Incacola, escuchamos la canción que me trajo hasta aquí:

Noisey: Comenzemos charlando de "Las mejores pokemonas".
Palomo: La canción de las pokemonas es una canción muy tierna, muy nostálgica. Tiene toda la fuerza de nuestra generación que llegó con el reggaetón. Nunca antes había existido tanta manifestación de hueás. Estaban los góticos, estaban los pokemones, los machocore, los hardcore. Todos tenían su identidad, todos buscaban algo. “Las mejores pokemonas” hace el mismo tributo que hacen las demás canciones, que es bajarle un poco el telón al asunto. Porque hoy en día existen muchas personas que reniegan de haber sido pokemones. Les da vergüenza.
Sombra: Estéticamente fue muy lindo. El cortarte el pelo a la conchetumare… el tijeretazo, echarme jabón en el pelo para que se te aplaste, ocupar cosas súper basura y ocuparlas para que se vean bien. La adolescencia mía fue la nutrición de mi pudrición. Hoy soy un ser podrido, dañado, estigmatizado, resentido. El sexo de la adolescencia lo agradezco porque me sirve. Porque hoy hago algo con eso, lo estoy utilizando. Sufrí cuando era chico, me gritaban maricón hasta por si acaso y me sentía mal. Ahora lo que trato de hacer es naturalizar la mariconada donde sea, en todos lados. Y me da lo mismo. Si estoy pololeado o no, y me da ganas de darle un beso a un hueón en la calle, o darle la mano, se lo doy. Me da lo mismo. Yo vivo para mí, no vivo para el resto. No me importa en ese sentido lo constructivo, creo que hay que desconstruir primero para volver a construir. Queremos destruir al cola rosa, destruir al cola activo, bajarle la cortina a la hueá. Estamos destruyendo para que llegue la “Nueva Era” de Javiera Mena y podamos construir algo hermoso, quizás. [Cola es un término del slang chileno que podría entenderse como "culo", pero también designa algo que se debate entre la ternura y el afeminamiento. No es necesariamente ofensivo.]
En Chile somos hijos del pokemoneo, pero también de un país conservador que ni siquiera tiene matrimonio igualitario. Un país que en cada “disco cola” repite hits de Lady Gaga, BritneySpears y Paulina Rubio. De ahí la excepcionalidad de Marako Intenso. Ellos no nacen en las discotecas de la capital, sino que en los antros de Valparaíso. El puerto donde las fiestas merodean un panorama más punk que turístico y las calles —en el delirio de la noche— se vuelven más sórdidas que bohemias.

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Sombra y Palomo

¿Cómo comenzó Marako Intenso?
S: Nos conocimos trabajando en Pagano Industry. Bueno, él trabajaba en Éxodo y yo en Pagano. Y de repente se nos acababan las cosas en el Pagano e íbamos a buscar al Éxodo. Felipe era amigo de un compañero de trabajo, y yo también me hice su amigo.
P: Empezamos a hacer cosas desde que nos conocimos. Empezamos a hacer fiestas, porque al Sombra le gustaba hacer fiestas.
S: Yo le dije, mezclemos las dos cosas y hagamos algo bacán. Fiestas con temática visual. Lo que hice fue llamar a muchos jóvenes que trabajaban en la noche cachai’, y típico que hay unos más figuritas que otros. Allá, trabajar en la noche es como que te da estatus. Y así empezó la gente a seguirnos. La fiesta se llamaba Distroyer y era en casas abandonadas. La idea era que alucinaras. De repente estaba la música a full y todo paraba. Salía una mina a tender ropa en un escenario. Se retiraba y seguía la música. Era rarísimo, tratábamos de romper con una idea de la fiesta.

O sea, desde sus inicios se han relacionado con el performance…
P: Sí, de hecho, hicimos una intervención urbana que es como el punto clave en nuestra carrera. Porque ahí nos metimos en el transformismo disidente. Hicimos una intervención urbana en el metro de Valparaíso que fue viral en Internet. Este salió en pelota y se tapó el pico con una huincha. Yo salí vestido de cosa rara: me borré las cejas, tenía el pelo suelto, andaba con sostenes y calzas, cantando: “La coca, la coca, me vuelve medio loca”. Alguien lo grabó, lo subió a Internet y se hizo viral. De hecho salimos en las noticias y en la portada del Diario La Estrella. Dos días.

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¿Pero cómo todo esto llegó a ser Marako Intenso?
P: Fue un proceso, porque ya después nos vinimos a Santiago.
S: Me vine a buscar pega [chamba] porque me aburrí de trabajar en la noche; me aburrí y me intoxiqué. Mucho copete [alcohol], mucho de todo. Me vine para trabajar en algo mas normal.
P: Y dio la casualidad que yo ya estaba acá haciendo la práctica de cine, lo que estudié.
S: Yo estudié publicidad y ahora soy vendedor en una tienda de ropa. Y me va bien.
P: Y nos encontramos de nuevo porque habíamos estado un poco distanciados… no voy a decir por qué.
S: Ah ya, jaja. Si, habíamos tenido un poco de roces.
P: Tú sabes por qué yo estaba distanciado de ti….
S: Ah verdad. Porque yo estaba pololeando con un hueón que a éste le caía mal.
P: Pero un día nos pusimos a hablar y este hueón, en ese tiempo, estaba sin pega [chamba]. Y yo estaba trabajando una o dos veces a la semana.
S: Y ahí le dije: Hueón ¡Hagamos un programa que se llame Trapitos Sucios!.
P: Y yo tenía el deseo de hacer cosas en Internet; Internet era el futuro.
S: Así que pensamos en un programa de conversación.
P: El primer programa que hicimos hablaba de la caca y fue muy viral. De ahí nos contactó el portal Farándula Gay y comenzamos a transmitir por ahí. Ese fue un trampolín más o menos. Teníamos 10.000 visitas y para ser nadie, eso está bien. La gente nos reconocía en la calle y empezó a seguir el programa. Empezamos a sacar uno semanal, era sagrado. Todos los lunes. Cuando faltaba un lunes, porque no se podía editar o porque no habíamos grabado, la gente se enojaba. Nos pedían explicaciones. Fue bacán que travas más clásicas e históricas fueran a un programa así de disidente (para ese tipo de cola) y cachar que, al final, somos todas las mismas cosas. Salvo, las colas de la academia…
S: Ay, me cargan. Las detesto.
P: Nosotros detestamos la academia.
S: Es que si me vai’ a hablar de algo que leíste no me interesa, precisamente porque lo leíste. Yo no leo. Mi saber es de calle y no de libros. Las cosas que me han pasado son más potentes que las que me puede contar un libro. Y esto se trata de que tu vida se convierta en una canción, no en un texto.
P: El discurso académico queda ahí, queda en la academia, en la élite. Y lo que nosotros no queremos generar es eso: no queremos generar élite. Nosotros no pertenecemos a ningún colectivo, a ninguna ideología, a ningún grupo ni nada, porque en realidad, no nos gusta sentirnos parte de eso.

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P: Otro hito en nuestra carrera fue cuando vino la Tomasa del Real a nuestro programa. Hicimos toda la temporada y para la segunda decidimos hacer un reggaetón de Trapitos Sucios. Porque es fácil, porque las bases están ahí, porque podemos escribir, porque tenemos los medios para grabarlo. Así que lo hicimos. Y nos quedó gustando, nos quedó gustando harto. Siento que esa canción fue el trampolín, tanto para Torta Golosa como para nosotros. Porque nacimos casi a la par.

¿Y por qué se pusieron este nombre?
S: Teníamos varios. Estaba Con Dilo Meyers, los Punta de Roma… queríamos algo que fuera transgresor pero que pegara. De ahí apareció Marako Intenso. Es así como el color “rojo-maraco-intenso”. Una frase muy chilena.

La otra vereda del reggaetón

Si pudieran calcular su proyecto ¿Cuánto habría de música y cuánto de performance?
P: Es como 10% musical y 90% performance. Es que si hablamos en términos musicales, nosotros no cantamos, no hacemos música. Nosotros robamos las bases de Youtube, siempre lo hemos dicho. Intentamos aprender a ocupar el FruityLoops pero es demasiado complicado para nuestro cerebro. Es difícil, entonces, llamarnos músicos… no. Poetas quizás. Tal vez. Hemos ido a cantar a congresos de poesía. Fuimos dos veces y dijimos: “Nosotros también venimos a declamar poesía. Pero la vamos a cantar con reggaetón”. Ahí cantábamos sin micrófono y no tan travestis, fuimos sobrios, pero igual andábamos vestidos iguales. De hecho, a la gente le gustó caleta lo que hicimos.
S: Después tuvimos encontrones con la Claudia Rodríguez [activista transexual]
P: Ella tenía ciertas diferencias de opinión porque cantamos nuestra canción “Trava Asesina”, y le afectó.

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S: No le gustó porque, según ella, dejaba mal paradas a las travestis, que eran asesinas y yo ahí me enojé caleta. Porque es una canción, es una historia. Hay travas buenas, travas malas; gente buena y gente mala. No hay por qué categorizarse. Bueno, la idea de “Trava asesina” nació en Antofagasta. Estábamos escuchando una canción y nos acordamos de una trava que era brígida [peligrosa]. Era muy amorosa pero había matado a tres hombres, los tres eran sus maridos y eran narcos. Y todos le tenían miedo, se hacían los buenos con ella. Con esa canción estamos representando lo que toda la gente piensa de las travas: que son peligrosas, que te rompen botellas en el hocico, que andan jalando, que andan vendiendo drogas, que se paran en las esquinas, que son cuáticas [extrañas y problemáticas]. Y eso no es lo que pensamos nosotros, es lo que piensa la sociedad heterosexual.
P: La trava genera una ruptura en el sistema social, porque no es hombre, no es mujer, es ambos. Y esa es nuestra primera gran canción. Después viene “La Pichula” que nosotros no cantamos en vivo porque es un hueveo [joda]. Porque teníamos esta base y necesitábamos una frase que nos identificara onda “Palomito directamente de la Pi ei ci. Sombra, la chupá, no la cobra” Y de ahí el Sombra dijo eso de “No tengo calugas, pero tengo cintura” y se armó. Pusimos la cámara y quedó la cagá.
S: Onda 300.000 visitas y como 10.000 compartidos.
P: “La pichula” se nos fue de las manos. En la calle nos decían ¡Hueón, los locos de la pichula! Y era gente hétero.

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P: “Fashionista” tiene una hueá que después me di cuenta. Y es que el video es una intervención urbana. Ni siquiera fuimos al Mall de travestis. No teníamos plata para travestirnos. Entonces éramos algo muy raro. Éramos unos tipos con pelucas pegadas atrás, maquillados, con pantys, vestidos, con cadenas y abrigos de piel, paseándose con bolsas vacías que nos conseguimos de tiendas estupendas; tiendas donde se consigue un pantalón a 200.000 pesos. O sea cuando decimos “Fashion Week Recoleta”, “Fashion Week Conchalí”, es como decir que todas queremos ser estupendas, que todas queremos ser fashion. Pero que lo hacemos con nuestros propios medios.

Pero queriéndolo o no, se están metiendo con asuntos tan políticos, que podrían ser ideológicos…
S: Lo que hacemos es súper político, pero lo hacemos de una forma divertida, porque para mí la política es súper fome [aburrida], es cuadrada. Nosotros hacemos una ironía política.
P: Contamos historias y no como lo hace un historiador que le hace las diferencias que quiera. Por ejemplo, cantamos “Sexy Pasturri” que es una canción sobre un pastero que se prostituye a cambio de conseguir su droga. Pero nosotros no emitimos ningún juicio moral, el juicio moral lo pones tú. Llevamos ese concepto ideológico de lo político a la práctica, vamos a cantarle a lo que pasa, a cómo se manifiesta. A la gente les cuesta mucho entendernos también porque dicen: “¿Qué onda estos hueones, tienen sed de fama, tienen necesidad de espectáculo o de verdad están haciendo una crítica?”. Yo creo que la crítica, de verdad, la hace el espectador. El problema es que el espectador está preparado para que le entreguen la crítica armada.

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En este sentido, ustedes pueden dotar al reggaetón de una nueva dimensión, que ya no sólo tiene que ver con la calle sino que también con otras cosas…
S: Sí, porque somos par de huecos, amariconados. Y el reggaetón y el rap son géneros completamente masculinos, ni siquiera heterosexuales. Yo diría que son súper machistas y violentos. Pero ¿por qué nosotros no podemos ser raperas colas? Igual somos nada. A lo más somos travestis. No nos podemos definir como algo, porque al menos yo no soy, ni quepo, en ningún estándar.
P: Muchas veces nos dicen: “Ustedes son maricones ¿Por qué no hacen pop?”. Pero nosotros decidimos hacer reggaetón porque somos reggaetoneros de alma, porque somos piantes [locos]. Somos de la generación del reggaetón, somos de pobla[ción]. Siento que el reggaetón, así como el rock, nace desde la pobla para contar historias de la misma pobla. Es un género que no nace de la burguesía. Y claro, me pasa que siento que el reggaetón de ahora sólo le canta a lo bonito de lo que es ir a la discoteque, engrupirse a una mina y ostentar todos los bienes. Nosotros hacemos todo contrario: no vamos a ostentar lo que estamos facturando, porque no estamos facturando nada. Nosotros vamos a contar lo que está pasando en la calle.
S: Pero si el verdadero rap o el verdadero reggaetón, partió así, con pandillas contando sus historia y se transformó en lo que es ahora, entonces nosotros hacemos algo retro: un retro-reggaetón originario.
P: Originista más bien, porque queremos devolverlo a su raíz periférica. El reggaetón mainstream es el que está facturando, el reggaetón capitalista. Nosotros sentimos que el reggaetón ha perdido su norte. En algún momento fue un canto de protesta y periférico. O sea, tú ves los videos antiguos de Daddy Yankee… nosotros venimos de eso, nos sentamos en esa vereda. No estamos cantando los temas obvios del reggaetón, como es la relación sexual o de pareja.
S: Nosotros estamos cantando cosas que son cotidianas. Por ejemplo, reivindicamos al gay pasivo y decimos qué es tener un pene en el ano. Cómo es esa experiencia y por qué la gente le tiene miedo.

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P: “Mi estrechez” es el tema más cercano que tenemos al reggaetón romántico. ¿Pero qué es lo que hicimos? Nos agarramos de la vereda naturalista del sexo, del amor romántico y del sexo, como lo hace el reggaetón… pero desde la penetración.
S: Nadie quiere ser pasivo, nadie quiere ser la mujer de la relación. Pero primero que todo: ¿Qué de malo tiene ser mujer? punto uno. Segundo: ¿Por qué el pasivo es ninguneado, siendo que el pasivo es el activo? El pasivo hace más que el activo, sexualmente hablando. Se sube, se monta, se mueve, se sale, se mueve, salta arriba. Entonces al final no es pasivo. Solamente que es activo del hoyo, no del pico (…) Ser pasivo da lo mismo. Yo tengo VIH, me da lo mismo. Y si alguien me pregunta en la calle “¿Tenís VIH?” digo “Sí, tengo” y punto. Hay que naturalizar las cosas. Porque al final todos hablan de la crítica social, pero los únicos que satanizan las cosas somos nosotros. Y si yo no quiero eso, tengo que destruirlo y es mi misión destruirlo. Para lograrlo tengo que decirlo. No me afecta, más bien me libera. Es lo mismo que ser pasivo; ser pasivo no es malo, ser pasivo es rico, lo pasai’ bien, duele a veces y otras veces puedes ser activo. La weá es que lo que quieras hacer tú, házlo. Estamos todos los días cumpliendo horarios del trabajo y la cama es el único lugar donde puedes ser quién quieras ser. Sélo. Eres libre de hacer lo que quieras y en la cama es el único lugar donde no hay patrones. ¿Y que te vengan a hueviar porque te meten el pico? Que se vayan a molestar a su mamá. Yo no entiendo a esos huecos.

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Somos hombres con pantys

Además de representar una lúcida malformación del reggaetón, Marako Intenso forma parte del panorama de este género en Chile que, desde la diversidad sexual, participa en la escena del perreo global. Producen y curan fiestas en Centro Arte Alameda en la Ciudad de México, dentro del Circuito Kuma Intenso, ciclo de perreo ambicioso en el que ya han tocado en vivo Tomasa del Real, Jamez Manuel y Camileazy. El ciclo retoma y pone en gestión la historia de un género musical y las alteraciones que ha sufrido en su arribo al sur.

¿Qué les parece a ustedes esa explosión de bandas de reggaetón cola?
S: Lo encuentro entretenido, es la nueva new age del electroclash pero con bases reggaetoneras.
P: Pero somos una new age más urbana. Además somos un triángulo perfecto. Están las Tortas Golosas con su volá feminista, están las Colas Condenadas que son colas cuicas [fresas] pero que tienen todo un asunto sexual. Y nosotras que vendríamos siendo las travestis pobres. Pero musicalmente estamos cerca de la Tomasa, Las Bistecs son unas máximas. Está Hija de Perra y hay una volá madrileña antigua como Mcnamara y Almodóvar. De Chile está la Sofía Oportot y Lulú Jam, además de Kinder Porno, Pornogolossina. De reggaetoneros, sin duda es Árcangel. De hecho, cuando canto, trato de hacer una voz entre Arcángel y Romeo Santos. No me sale muy bien, pero bueno. Ahora quiero sacar el tono Plan B: “No sé porqueeeee” esa voz culiá así.
S: De hecho citamos en una canción a Pornogolossina, por lo mismo. Somos hijos de ellos, pero somos amigos. Cuando los veo siempre está esa sensación de fans. Porque somos bien ordinarias, no sabemos separar la fama con la amistad jajaja. Otra que mezcla un sinfín de cosas es Kali Mutsa. Para mi ella es un universo.

¿Cuáles son las ambiciones que tienen con Marako Intenso?
S: Queremos conquistar el mundo.
P: Hacer una película, porque cada historia es una película.
S: De hecho el Felipe tiene una película que es muy “Marako Intenso”. Se llama La Calle de la Fea. Es una historia de amor de un bar muy ordinario.
P: En esa película ya se perfila lo que lo que es Marako Intenso. Es que es un rollo que lo he visto siempre.
S: Ay, yo lo que quiero es ir a México. Quiero que me lleven a México. Conocer afuera, ir a otros países y que esto se transforme en otra cosa.
P: También queremos ir a España, para que sepan.

¿Cual es la relación que establecen ustedes entre las divas del pop y la mariconería?
P: “Diva pop” habla de eso: de todas estas colas que quieren ser su diva pop. Y si pones una canción de la Britney Spears ya todos se saben la coreografía. La canción habla de eso, que tú puedes llegar a ser tu diva pop, pero tienes que ser consciente de que eres una pobre hueona.
S: Dice “Uso Jordana, no me alcanzó para Dior”. Pero me encantaría usar Dior. Me maquillo igual que la Beyoncé, pero con Jordana. O sea, házlo todo, pero eres pobre. Tienes que saber que lo haces desde la marginalidad.

Aparecen como imagen de sus singles, en sus videos y es parte del título de su EP. ¿Por qué son tan importantes las pantys para entender su proyecto?
P: Tiene un sentido súper romántico. De hecho es porque en Santiago, vivimos al lado del letrero de Monach. Es un letrero de neón hermoso, que creo es, o debiera ser, Monumento Nacional.
S: Las pantys te dan una hueá muy bacán: hay caladas, rojas, azules, plateadas, con dibujos. Es la única prenda que no nos sacamos. Y es muy de travesti decir: “Muuucha panty, pos ñiña”. Pero nosotros no nos truqueamos. Truquearse es guardarse el pene. Y nosotros no lo hacemos. Todo para adelante. Total, sólo somos hombres con pantys.

Tomasa del Real se presentará este viernes 20 de Mayo en Centro de Arte Alameda en la fiesta Poncea Dale Poncea, organizada por Marako Intenso.
Va a estar hot, caigan todxs.

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