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Música

Rock al Parque: En el camerino con Café Tacvba

Hablamos con Joselo, guitarrista de Café Tacvba, minutos antes de su presentación en el festival de rock gratuito más grande de latinoamérica.

Foto: Iván Valencia

Este artículo se publicó originalmente en Vice Colombia

El festival de rock gratuito más grande de Latinoamérica despidió hace unos días su edición número 21 con broche de bronce. Y digo bronce porque teniendo a un invitado de oro para cerrar, el sonido, hay que decirlo, estuvo fatal. El ambiente se iba cargando de frustración a medida que la voz de Rubén Albarrán se perdía en el ambiente; sin embargo, es tan genio este individuo que a cambio de hacer berrinche y pelear por algo que, se supone, debe estar a la altura de su show, decidió soltar esta frase, que por lo menos a mí, me hizo olvidar ese sentimiento agobiante: "Lo bueno es que ustedes ya se saben las canciones y las pueden imaginar". Maldito genio. La gente parecía seguir su mandato: imaginar.

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Serían como las 9PM cuando entré a los camerinos. En alguna de esas divisiones de Dry Wall se encontraba uno de los grupos más importantes para las generaciones de los últimos 25 años: unos mexicanos experimentales, avanzados y arriesgados que le dieron una razón atemporal a la juventud latinoamericana para identificarse. Finalmente yo me encontraba de pie frente al camerino de Café Tacvba cuando vi su nombre en letras blancas sobre un fondo rojo. Se abrió la puerta y salió Rubén, vestido de rojo de pies a cabeza, cerró la puerta, y se acercó a mí uno de los coordinadores. Me dijo que me metiera en un camerino vacío y esperara a que la banda llegara. Pasaron unos 15 minutos; de fondo, en el escenario principal, estaba tocando Sum 41 y dentro de la zona de prensa se sentían los gritos de Consulado Popular. De repente Joselo, guitarrista de Café Tacvba, entró sonriente, me dio la mano y me pidió que le indicara dónde sentarse. El ruido era anormal, caótico. Escogí dos sillas conjuntas y me senté a hablar con él, con un importante 25% de Café Tacvba.

Rock al Parque cumple 21 años, este año. Su álbum Re también cumple 21 años ¿Qué estaban haciendo ustedes a sus 21 años de edad?
Pensando en hacer una banda, pensando en hacer Café Tacvba. Yo tenía 21 años, creo, y estaba estudiando diseño industrial. Estábamos con Rubén —él estudiaba diseño gráfico en la misma universidad y teníamos ganas de hacer algo, no queríamos esperarnos a terminar la carrera y empezar a hacer diseño, queríamos hacer algo inmediato. Nos dábamos cuenta de que la música era un vehículo, era algo instantáneo para lo que queríamos decir en ese momento. Con Rubén conversábamos mucho sobre hacer algo que tuviera un diseño mexicano, un diseño con raíces, y al mismo tiempo nos gustaba la música y decíamos "claro, esto lo podemos hacer en el rock".

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¿Qué estaban escuchando en ese momento?
Escuchábamos muchos grupos británicos, queríamos sonar a los Smiths, a The Cure, a los Pixies… pero nos dábamos cuenta de que nunca íbamos a sonar así, entonces en vez de frustrarnos dijimos: "vamos a hacerlo a nuestra manera, vamos a sonar como mexicanos". El hecho de darnos cuenta de que no podíamos sonar como ingleses y que lo único que podíamos hacer era sonar como mexicanos, nos dio la oportunidad de hacer la música que ahora conocen. Por eso existen estas mezclas y esta naturalidad al decir cualquier cosa: porque no hay una imposición de cómo tener que sonar, ni nuestra ni de la gente, entonces para esto nos ayudó mucho el diseño. Había maestros que hablaban sobre esto en la carrera, que teníamos que hacer un diseño mexicano que no estuviera copiando cosas del extranjero o, si las copiaba, que tomara las cosas buenas de esos diseños e hiciéramos un diseño original, un diseño mexicano.

No es la primera vez que están en Bogotá. ¿Qué es lo que más recuerdan, que es lo que más les gusta, aparte de la gente y la comida, como para no caer en el cliché?
Es que si quitas eso, ya no queda nada. Me refiero a que un lugar es su gente al final, es su comida; en la comida se refleja la cultura, en ningún lugar del mundo me puedo comer un Ajiaco más que aquí, entonces eso para mí es suficiente, ¿no? Y encontrarte con gente conocida, encontrarte con amigos o encontrarte con un público es para lo que uno viene; si no, pues te quedas en tu casa, mandarás un disco, la gente te oye en digital y ya con eso basta.

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¿Cuál es tu mejor anécdota en Bogotá?
Soy malo para acordarme de las cosas; por eso escribo, porque así me acuerdo y tengo más tiempo para pensar, jajaja. Pero a lo mejor sea esa que escribí hace poco, sobre la primera ve que vinimos a Bogotá: nos trajeron a hacer promoción, pero no traíamos instrumentos, entonces la gente decía "pero cómo vienen a hacer entrevistas y no vienen a tocar." En ese momento tocábamos con caja de ritmos y no la traíamos, entonces conocimos al baterista de Aterciopelados en esa época e hicimos un concierto, un showcase de tres o cuatro canciones, y fue muy divertido. Sólo la compañía disquera tenía ideas tan extrañas como esa de mandarnos a un país nuevo y no pensar que la mejor estrategia de mercadeo es tocar, no hacer entrevistas.

¿Cuál es tu banda colombiana favorita actualmente?
Hace poco me pidieron que escribiera un texto sobre Los Aterciopelados y me di cuenta de que una de las cosas que más nos conecta, creo que es esta búsqueda y este tema de darnos cuenta de que somos latinoamericanos y que vamos a hacer la música como a nosotros nos salga, hablar sobre lo que nos sucede y tomar influencias de aquí, de allá, de nuestra tierra. Somos mestizos al final, entonces encontrarnos con Aterciopelados fue darnos cuenta de que no estábamos solos en esta, si se puede llamar, lucha o búsqueda de una música propia. En toda Latinoamérica podía sentir eso, ir encontrándonos bandas y cuando llegamos acá, a Colombia, saber que existían los Aterciopelados era como pensar "ah, qué bueno, no estamos solos en el mundo". Ellos son mi banda colombiana favorita de todos los tiempos y actualmente me gusta mucho Bomba Estéreo.

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¿Cuál es esa canción que nunca van a dejar de tocar y cuál es esa que creen que ya tuvo suficiente?
Es imposible decirlo así no más, pero depende mucho de la gente y es por lugares,."Ingrata", es una de esas que la gente siempre pide, "El Baile del Salón", ¿no? , el "paparupapara eu eu", ese es un grito de guerra y "Eres", yo creo que son las que van a pedir. Esas mismas podrían convertirse en las que no quieres tocar, pero hasta ahora no ha sucedido algo tan radical como para decir que no las vamos a tocar. Creo que en este trabajo, si se le puede llamar así, siempre tienes que estar en equilibrio, entre lo que la gente quiere y lo que tú quieres darle, entonces es jugar entre ese equilibrio y creo que al final estamos aquí por el público. En este festival, por ejemplo, lo que nosotros queremos es darle al público lo que quiere; a lo mejor en un concierto de Café Tacvba puedes hacer otro tipo de cosas, pero en un festival es como: "sal y toca las canciones que la gente quiere cantar".

¿Qué sientes cuando desde la tarima ves a esa gente que lleva todo el día esperándolos allá afuera y qué cuando diriges tu mirada hacia ellos los ves sudados y extasiados cuando tocan las primeras notas? ¿Qué pasa por tu mente?
Es un gusto, yo lo he sentido por otras bandas, como XTC, Blur, The Cure, y por bandas mexicanas como, cuando era muy chico, por La Maldita Vecindad y Caifanes. Soy fan, sigo siendo fan de muchas bandas; me pongo nervioso cuando me encuentro al cantante de Devo y no me acerco a decirle que lo admiro. Entonces sé lo que sienten ellos, o sea, más bien digo "claro, es como si yo estuviera viendo a tal banda". Podría ver mil veces a Blur y tratar de estar enfrente.

Háblame un poco sobre Re, sobre la vigencia que todavía tiene este álbum que cumple 21 años y que pareciera muy avanzado para su época. ¿Para ti cuál es ese ingrediente del que está cargado este disco?
Yo creo que es un disco hecho con mucho corazón y hecho con honestidad; ninguna banda estaba haciendo eso en ese momento, ninguna banda estaba experimentando con los ritmos que nosotros estábamos haciendo. Era nuestro segundo disco y al primer disco le había ido muy bien, así que dijimos "vamos a hacer el disco que tenemos que hacer, que queremos hacer." Cada quien trajo canciones, cada uno de nosotros compone de manera individual, armamos este concepto de Re, de Re-novación, de Re-ciclaje, de Re, la segunda nota en la escala musical. No hay secreto, el disco está ahí, el disco no esconde nada, que sea vigente sólo nos lo dice el tiempo; el tiempo pasó y el tiempo lo describe como un disco que podemos escuchar y que todavía son válidas varias de las cosas que se dicen o todas las cosas que se dicen. Entonces no lo hicimos para que fuera vigente; lo hicimos porque teníamos ganas de hacerlo y era la necesidad de ese momento. Creo que es la única manera de crear, hacerlo con honestidad.

Si bien crear un disco es difícil y desgastante, ustedes no sólo asumieron eso sino que El objeto antes llamado disco se hizo durante una gira y además se grabó en Argentina, Estados Unidos, Chile y México. ¿Cómo fue esa experiencia, además de desgastante?
Es muy distinto grabar en un estudio que grabar ante el público. En un estudio es tocar hacia adentro y en público es tocar hacia afuera, entonces creo que sobre todo quien más vivió esta experiencia hacia afuera fue Rubén, porque la voz es un instrumento que se comunica y que necesita a lo mejor tener a esa persona enfrente para cantarle. Yo creo que esta experiencia debe haber sido mucho más enriquecedora para Rubén como cantante, porque la voz es el instrumento que tenemos todos, el instrumento que reconocemos y que sabemos usar desde pequeños y que tiene muchas connotaciones: dice cómo nos sentimos, trae un subtexto de lo que pensamos, entonces creo que quien ganó más fue la voz en este disco y se nota en las canciones que tiene más cuerpo, más alma. En alguna ocasión leí un texto donde un periodista dijo que Café Tacvba inventó la poesía mexicana del siglo XXI, por lo menos 10 años antes que José Eugenio Sánchez o Inti García. ¿Cómo lo ven ustedes? ¿Se consideran así de grandes e inventores de este movimiento "poético" alrededor de la música?
Pues no… bueno, eso ya no queda en nosotros. Nosotros hacemos nuestra música o nuestra creación, primero por una necesidad, una necesidad propia y lo que pase más allá de nosotros ya se convierte en algo que le puede ir tan mal como le pueda ir o le puede ir tan bien como le pueda ir, entonces, claro estas declaraciones o estas reseñas o críticas son halagadoras. Qué bueno que alguien piense así, pero al mismo tiempo hay gente que dice totalmente lo contrario, entonces uno tiene que tener cuidado en qué es lo que cree. Al final todo eso son opiniones de la gente y qué bueno que opine eso, ¿no?

¿Cómo se ven ustedes reflejados como en este tema poético y que está también muy ligado a las letras de Café Tacvba que están construidas de una manera a veces muy metafórica sobre la realidad?
A Café Tacvba le gusta poder expresarse a todos los niveles que nos sea posible: una parte es la musical, otra parte es la lírica, otra parte es la visual, otra parte es cómo nos vestimos, lo que dicen las portadas, como están las portadas, los videos… cualquier cosa que rodea a Café Tacvba. Nosotros queremos expresar algo. ¿Qué? No sé, porque al final somos cuatro creadores y cada uno de nosotros aporta un 25% de la totalidad, entonces al final es la suma de estas cuatro ideas. Sé lo que yo aporto, pero no sé cuál es el resultado de eso.

¿Con motivo de qué va a ser la gira, viene nuevo trabajo de Café Tacvba?
El año pasado, 2014, se cumplieron 25 años de la banda y 20 del Re, y lo celebramos tocando el Re, entonces ahorita lo que estamos haciendo es una gira de éxitos. Estamos preparando material, en septiembre vamos a entrar a trabajar el nuevo disco, pero tenemos ganas de salir a tocar. Hay algunos festivales, algunas invitaciones a tocar y queremos hacerlas.