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Música

Los cadeneros de Ibiza nos cuentan sus mejores historias

“Hace como dos o tres años, una pareja de 70 años le propuso un trío a todo el mundo del bar.”

Este artículo apareció originalmente en Vice

Ser cadenero en una discoteca no es tarea fácil, estés donde estés. El trabajo es básicamente lidiar hora tras hora con borrachos, muchos de los cuales buscan pelea, sin perder la compostura. Así que imagínate cómo es serlo en Ibiza, la Meca europea de la vida nocturna veraniega.

Turistas de todos los rincones del mundo se amontonan en esta isla para ir a mega discotecas: recintos con aforos de miles de personas que reciben a los mejores DJs del mundo y abren sus puertas hasta bien entrado el día. Como los clubes de Ibiza son los más grandes del mundo y los DJs de la isla son algunos de los más famosos del mundo, los porteros de Ibiza tienen que ser los cabrones más corpulentos, más duros y más competentes del mundo, ¿no?

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Queríamos saber cómo era el trabajo para los tipos que vigilan la movida en estos sitios. El fotógrafo Alexander Coggin ha hablado con cinco porteros de discotecas que han inaugurado recientemente su temporada.

Robert, de XOYO

VICE: ¿Cuánto hace que eres cadenero?
Robert: Bueno, es mi segundo año aquí pero también he trabajado en Barcelona.

¿Es distinto trabajar aquí?
Sí, por supuesto. Los clientes son muy distintos. En Barcelona normalmente hay gente de Cataluña o de España en general, pero aquí hay gente de todas las partes del mundo. La gente viene a Ibiza desde Dubai, Inglaterra, América, Rusia… y todos tienen su particular forma de volverse locos.

En términos de seguridad, ¿es muy difícil?
Aquí todos los días es un carnaval. En un establecimiento de Ibiza tienes que tener al menos a una persona de seguridad, incluso en restaurantes y hoteles.

¿Tienes algún criterio para dejar entrar a la gente?
Dejamos entrar a todos porque es Ibiza y la gente viene de todas partes del mundo. No puedes decir que sí o que no según la raza o el estilo. No es así. Aquí todo el mundo es igual.

¿Cuál es la mayor locura que has visto aquí?
Una vez, una chica se echó una caca en un jacuzzi. Muchas cosas… orgías en discotecas y hoteles, o en fiestas privadas. Mucha gente está de fiesta seis o siete horas seguidas en las discotecas y después se les va la cabeza. Nunca sabes qué esperarte. En Ibiza te esperas algo y la cosa es diez veces mayor, es alucinante.

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¿Has tenido que negarle la entrada a alguien alguna vez?
Sí, porque la gente se pone muy hostil o está muy bebida; si alguien está muy borracho no va a consumir más, así que no tiene sentido dejarle entrar.

¿Cómo lidias con la gente que se descontrola? ¿La seguridad es agresiva?
Tienes que hablarle a la gente con una sonrisa, porque no hay otra forma. Si se niegan a colaborar, tiene que intervenir un dispositivo superior de seguridad, pero normalmente la gente viene a Ibiza a pasársela bien, así que si sonríes y les dices lo que la cagaron, normalmente lo entienden.

Stevie, del Pub Joy

VICE: ¿Cuánto tiempo hace que trabajas aquí?
Stevie: Empecé a trabajar aquí este año, pero llevo viniendo a Ibiza desde hace siete años. Trabajé el año pasado en otro lado, y el año anterior tenía suficientes ahorros como para permitirme no trabajar.

¿Cuál es la mayor locura que has visto trabajando?
He visto mucha mierda alucinante, realmente alucinante. Quiero decir, Ibiza en realidad es un sitio muy tranquilo, no hay mucha violencia. No va con su cultura. Dicho esto, he visto apuñalar a mucha gente en la playa de Bora Bora. Se supone que el domingo en Bora Bora es una constante fiesta en la playa, pero he visto problemas de rivalidades entre delincuentes o gente rivalizando por la venta de droga. Normalmente no son de Ibiza, son sobre todo ingleses que viven aquí en verano y participan en el tráfico de drogas.

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¿Y se traen aquí sus problemas desde el Reino Unido?
Así es. Hay tipos de Londres y tipos de Liverpool que están en guerra y luchan por el control de las drogas en un determinado sitio. Esto pasa sobre todo en San Antonio [la segunda ciudad más grande de Ibiza], pero luego los domingos vienen a la parte de la isla donde está la fiesta.

[Se dirige a un grupo de gente que sale del local] Chicos, ¡nos vemos pronto! Pasen a echarse un trago… Eran Lou, Dave y Alicia, ¿verdad? Buenísimo. Vuelvan por aquí y les invito a unos shots, ¿vale?

¿Cómo recuerdas los nombres de todo el mundo tan bien?
Es parte del trabajo, hombre. Aunque tu nombre se me ha olvidado. Intento establecer una conexión con ellos y luego piden copas, entradas para la discoteca y demás.

Volviendo al tema, he visto de todo: desde guerra de posiciones a borrachos tontos que creen que pueden con gorilas de dos metros. A ver, incluso yo, hace seis o siete años, venía aquí y bebía mucho. Algún cadenero no me dejó entrar vomité en la calle. Y me refiero a vomitar literalmente en la acera. Eso pasa.

¿Y cuándo pasaste de fiestero a empleado?
Hace dos o tres años. Yo soy de Londres y allí ser cadenero es un trabajo súper duro porque hay pendejos por todos lados, la gente quiere pelear contigo y todo el mundo bebe demasiado. En Ibiza tenemos bastante suerte porque la gente se pone con sustancias que alteran la mente que normalmente te dejan zombi o te ponen súper cariñoso.

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¿Cuáles son las drogas más comunes ahora mismo?
Éxtasis, MDMA, ketamina, coca, lo que sea.

Pero en esas situaciones, ¿cómo tratas con la gente? ¿No son más impredecibles?
La gente que consume esas sustancias no quiere pelea. Pero los que beben sí que la buscan.

¿Por qué un cadenero se hace cadenero?
Bueno, mi teoría es que algunos cadeneros se hacen cadeneros por necesidad, porque es el único empleo disponible, porque tienen mucho músculo y poco cerebro: esos tipos enormes no están capacitados para muchas cosas. Luego hay otro tipo de personas a las que les gusta la autoridad y poder ejercerla sobre la gente. Muchos porteros toman un montón de esteroides. Y para otros, es sólo un empleo.

En una noche de mucho trabajo, ¿cuántos incidentes dignos de mención dirías que te encuentras?
No muchos. Para que me entiendas: Llevamos abiertos dos semanas ya y sólo ha habido un altercado con un alemán que intentaba irse sin pagar sus tragos y el equipo le dijo que tenía que volver a entrar y pagar. Se puso un poco a la defensiva y tocó a uno del personal, y se trató con él adecuadamente. Cuando estamos en temporada alta, a mediados de verano, te encuentras de todo, desde dos chicas peleándose, a peleas de grupos de chicas o peleas de todo tipo de bandas.

¿Vomiteras?
Sí, un montón de vomiteras. Eso no es nada, hombre. Como por ejemplo, estaba en la fiesta de clausura de temporada del año pasado y actuaba un DJ italiano, Marco Corona, que atrae a un montón de italianos de Nápoles. Los napolitanos no se llevan muy bien con otros grupos de gente, con gente de Roma o de Ibiza; hay una guerra entre grupos. Yo vi cómo se apuñalaban seis o siete tipos en medio de la multitud.

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Eso es aterrador.
Bueno, para mí no es aterrador. Ya he visto esa mierda antes en Londres… A mí me han apuñalado seis veces, me han dado palizas, me han disparado…

En general, Ibiza es un lugar muy tranquilo. Mi teoría es que, allá donde se pueda ganar un auténtico dineral, siempre habrá delincuencia organizada y siempre va a haber más de un grupo que quiera monopolizar la situación. Cuando eso pasa, hay tensión y, cuando la tensión alcanza un punto álgido, pasa algo malo y se dispara la mierda, ¿sabes?

Alex, de Top 21

VICE: ¿De dónde eres?
Alex: Sao Paolo, Brasil.

¿Cuánto tiempo llevas trabajando aquí?
Siete años.

¿Cuál es la locura más grande que has visto?
He visto demasiadas locuras. Una vez, cinco ingleses —no sé qué carajo se habían metido— entraron desnudos y un poco empalmados. Se sentaron en el bar y pidieron copas. Les dijimos que estaban desnudos y ellos decían que no estaban desnudos. Les volvimos a decir que sí estaban desnudos y se fueron tranquilamente, pero todo el tiempo creyeron que no iban desnudos.

¿Qué crees que habían tomado?
No estoy seguro, alguna combinación rara de drogas, seguramente. Hace como dos o tres años, una pareja de 70 años le propuso un trío a todo el mundo del bar.

¿Lo consiguieron?
No lo sé. Me fui antes que ellos. Me lo propusieron a mí, a mi primo, a todos los que trabajábamos allí. Setenta años. Eran canadienses.

¿Cuál es la mejor manera de que NO te dejen entrar en un club?
Bueno, estamos en Ibiza, a todo el mundo le gusta la fiesta, todo el mundo está tranquilo, ya sabes. La gente que viene aquí buscando problemas y pelea no debería ser bienvenida. Estamos aquí para ir de fiesta, pasarla bien y escuchar música, hombre.

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¿Crees que hay una nacionalidad especialmente difícil?
Ibiza atrae a lo mejor y lo peor de cada nacionalidad. Cuando los ingleses se emborrachan demasiado, les encanta la bronca.

No paran de decirnos eso.
Al final, hay dos palabras que frenan la mayoría de situaciones de agresividad: "por favor".

¿Y ya está?
Sí. Cuando alguien se pone agresivo, simplemente hay que decir: "Ey, por favor. Por favor. Estamos aquí para pasarla bien. Por favor".

¿Y si eso no funciona?
Mantenemos la calma. Quien está más tranquilo es normalmente el más fuerte. Si se ponen verdaderamente agresivos, cosa que pasa algunas veces, llamamos a la policía.

¿Hay mujeres agresivas?
Sí, a veces. Menos a menudo que hombres pero, cuando pasa, se vuelven más locas que los hombres.

¿Es difícil entrar a las discotecas aquí?
Ibiza es un sitio enorme y la entrada a los clubes es muy cara, así que cualquiera que haya comprado una entrada normalmente puede entrar. No hay política de puertas. Ni siquiera hay normas de etiqueta.

¿Es bueno que cualquiera pueda entrar a los clubes?
Los clubes grandes tienen un aforo de 15,000 personas. Si no dejaras entrar a todo el mundo, no parecería Ibiza. La parte buena es que todo el mundo que quiera pasarla bien puede pasarla bien. No importa de dónde seas, o si eres religioso o lo que sea.

Nick y Ochoa, de Sankey's

VICE: ¿Cuánto tiempo hace que son cadeneros?
Nick: Cuatro años, entre 8 y 12 horas al día. En varios sitios, pero siempre en Ibiza.

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¿Son de Ibiza?
Nick: No, de Madrid, pero trabajamos aquí en verano.

¿Cuál es la mayor locura que han visto aquí?
Nick: Las drogas son un problema aquí. La gente se vuelve loca con las drogas.
Ochoa: Es un trabajo más bien de psicología. Yo trabajo con gente borracha y los ves cambiar después de beber alcohol. Pero siempre es igual: hablas con ellos de forma agradable, "please" y "por favor". Siempre con respeto, ¿sabes? Si hablas con respeto, te responden con respeto.

¿Cuál es la situación más difícil en la que te has visto?
Ochoa: Eso depende de la situación. Cuando la gente toma drogas y tiene "mirada de pez", como digo yo. Están puestos y parecen peces, con los ojos súper abiertos. Los tipos pequeños que están drogados colaboran más, porque se ve que están asustados y la gente piensa que tú eres fuerte.

¿Cambia su trabajo según avanza la temporada?
Nick: Sí, estamos más cansados y trabajamos hasta más tarde. La gente viene con más energía, pero nosotros estamos más cansados.

¿Qué buscas cuando cateas a la gente?
Nick: Drogas, botellas.

¿Cuántas veces encuentras droga en una noche?
Nick: Todo el tiempo, todos los días. La gente cree que en Ibiza se vale todo.

Para ver más del trabajo de Alexander, visita su página aquí.