MUTEK_MX Play 1: violencia y oscuridad al servicio de la pista de baile

Este es el primero de una serie de ensayos visuales que el fotógrafo Daniel Patlán está haciendo con una selección de talento del cartel de MUTEK_MX. En esta ocasión pudo pasar un rato con Schem, músico de Mexicali antes perteneciente a Maniquí Lazer. El resultado es una visión muy particular del primer evento del festival con la sensibilidad y el ojo narrativo de Daniel.

Conocí a Jung (no la novia de Freud, otro Jung) el año pasado cuando su banda Maniquí Lazer tocó en el Cine Tonalá. De ahí pasaron muchos meses para que nos volviéramos a ver, hasta la noche en que tocó en el Play 1 de la edición 2014 de MUTEM_MX con su nuevo proyecto, Schem.

Me topé con Jung después de ver la presentación de Billie Mandoki, acto que me habían recomendado distintas personas y que nos dejó un muy buen sabor de boca a ambos. Platicamos sobre este acto y mencionó que, guardando toda proporción, le recordaba a Diamanda Galás.

Me contó sobre el show especial que hizo Maniquí Lazer el año pasado en MUTEK_MX, donde el trío de Mexicali tocó sin sus instrumentos tradicionales (batería, bajo y sintetizadores) y se dedicaron a hacer paredes de ruido con controladores y efectos. Hablamos también sobre la “depresión post-banda”, término con el que denominó al sentimiento que te da estar de .gif en solitario, después de haberlo hecho tanto tiempo con tus compañeros de banda. Incluso, a raíz de este viaje, se le ocurrió la idea de poder hacer una colaboración en vivo con Vampire Slayer, proyecto de Valentín, integrante también de Maniquí Lazer.

Seguía Missing Human, y después Schem. A Jung le da mucha ansiedad antes de tocar, me contó que le pasa desde hace un tiempo y me acordé de la vez que tocaron en el Tonalá. “Justo, esa vez me pasó pero no sabía qué era.” Después de eso Jung fue al doctor y entendió qué pasaba. Esa ansiedad, junto a la personalidad inquieta de Jung, son parte de la receta secreta de su música. El set que presentó Schem en MUTEK_MX fue oscuro, denso y violento, pero a la vez amigable con la pista de baile. Cuando empezó, la sala estaba un poco vacía, pero conforme avanzó su set, la sala se llenó de gente que bailaba en estado de trance. Terminó de tocar y la cara de Jung era de felicidad y sobretodo, de tranquilidad. El siguiente día era de entrevistas y en la noche volaría de vuelta a casa. El show fue todo un éxito, el feedback de la gente fue bueno y Jung bajó del escenario contento.

La noche cerró con Omaar, quien sumó a la violencia oscura de Schem con un set mucho más bailable pero igual de denso.

Daniel es un artista. Por eso es vegetariano. Síguelo en Twitter y en Instagram: @folkmetender