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Música

Mark Mothersbaugh, de Devo, sigue disfrutando meterse con la gente

Todo el mundo encasilla a Motherbaugh como pionero del punk, pero durante décadas, el líder de Devo ha hecho más de 150 exposiciones de sus piezas de arte alrededor del mundo.

Mark Mothersbaugh y Adam Lerner. Fotografía por Richard Peterson.

Todo el mundo encasilla a Mark Motherbaugh como pionero del punk, pero durante décadas, el líder de Devo ha hecho incursiones en otras disciplinas, produciendo dibujos, pinturas, grabados, cortometrajes, alfombras y esculturas. El tipo que revolucionó el concepto de los videos musicales y compuso la melodía del programa infantil Pee Wee's Playhouse acaba de inaugurar su primera exposición en el Museo de Arte Contemporáneo de Denver, que podrá visitarse hasta abril. Bajo el título Myopia, la muestra se extiende por las tres plantas del edificio de hormigón, convirtiéndolo en una bella y caricaturesca zona de guerra poblada de políticas ingeniosas y pesadillas infantiles. El título de la exposición se debe al trastorno ocular que dejó ciego a Mothersbaugh hasta que cumplió los ocho años, edad en la que le pusieron unas gafas graduadas que le abrieron las puertas del mundo. Fue entonces cuando decidió que quería ser artista.

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A lo largo de las diversas salas de la exposición, el observador visitará las distintas etapas del arte de Mothersbaugh en orden cronológico, empezando por sus entradas de diario ilustradas reproducidas en gran formato; explorará su obra videográfica con Devo y descubrirá las extrañas esculturas musicales, una de las cuales está hecha con tubos y reclamos de pájaros que emiten inquietantes trinos que reverberan por todo el edificio. Una de las piezas consiste en un rubí enorme tallado con la forma de una caca y otra está formada por mil postales escritas a mano por Mothersbaugh.

"Es uno de los artistas más creativos de la cultura estadounidense de los últimos cuarenta años", afirmó Adam Lerner, conservador del museo, quien ha estado trabajando con Mothersbaugh en la exposición durante los pasados dos años y también ha colaborado con él en la publicación de un libro que acompaña a la muestra y cuyo prólogo ha escrito el mismísimo Wes Anderson, con quien Mothersbaugh planea construir un surrealista parque temático en su natal Akron.

Mark Mothersbaugh, Mechanical Aviary, 2014. Tubos de órgano antiguos, reclamos de pájaro antiguos, equipo electrónico y acero. 218 x 94 cm. Fotografía por David Lekach

Fui a visitar Myopia a finales de octubre, un par de días antes de que abriera sus puertas al público. Varias de las esculturas de la exposición no habían llegado todavía, por estar retenidas en la frontera con México. Al parecer, las autoridades sospechaban que hubiera cocaína escondida en su interior. Cuando llegué, Lerner y Mothersbaugh estaban en medio de una entrevista frente a una docena de periodistas. Lerner loó las virtudes de su héroe y aportó un contexto histórico que ayudará a comprender el vínculo existente entre las primeras obras de Mothersbaugh en Ohio con sus posteriores creaciones audiovisuales, demasiado estrafalarias incluso para una ciudad como Nueva York.

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Mothersbaugh estudió en la Universidad Estatal de Kent en 1970. Allí presenció las protestas contra la guerra de Vietnam, que se saldaron con cuatro estudiantes muertos por la Guardia Nacional. En esa misma época, conoció a Jerry Casale y a Bob Lewis, con quienes acabaría formando Devo. Mothersbaugh asegura que sus mayores influencias fueron los Beatles y Roxy Music, pero un día de 1974, tras ver un anuncio de Laserdisc en una revista, llegó a la conclusión de que el rock'n'roll había muerto.

"Pensaba que los estudiantes de arte se apoderarían de la cultura pop", dijo. "El sonido y la imagen lo van a cambiar todo. ¿Quién quiere un disco con su portada? Ahora puedes crear un álbum entero con fotos que vayan acorde con la música. Así que con Devo pensamos en crear productos en Laserdisc".

Después de la sesión de preguntas y respuestas, Mothersbaugh me dedicó unos minutos para charlar sobre su muestra retrospectiva de cinco décadas de obra y sobre el arte de provocar a la gente.

Proletariat 1, 2013. Fotografía de escultura impresa con inyección de tinta y pintada con témpera sobre papel. 132 x 99 cm

NOISEY: ¿Consideras que haber crecido en la oscuridad de Akron ha contribuido a que estuvieras por delante de tus coetáneos de Nueva York, quienes estuvieron sobreexpuestos al arte y la cultura a lo largo de sus vidas?

Mark Mothersbaugh: En aquella época era un campo baldío desde el punto de vista cultural, un lugar ideal para la fermentación y la coagulación. Nos permitió convertirnos en lo que nos convertimos y afianzarnos en nuestra postura antes de que llegaran los ataques de la prensa.

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La gente que ya llevaba un tiempo en Nueva York y frecuentaba el Max's Kansas City y CBGB fueron testigos de los comienzos de Talking Heads y de las idas y venidas de sus miembros. Lo mismo ocurrió con Blondie y su cambio de bateristas y guitarristas. La gente que frecuentaba ese ambiente presenció la evolución de esos grupos. Pero cuando los Devo entramos en escena, ya éramos una entidad plenamente desarrollada. No empezamos como una banda secundaria.

Habíamos estado haciendo videos, grabando sencillos y creando nuestros propios diseños gráficos incluso desde antes que abandonáramos Ohio. Yo sabía usar impresoras industriales con las que podía imprimir carteles por 50 centavos cada uno. Así, por diez dólares podíamos imprimir 20 pósteres de esos que decían: "Mañana por la noche en Max's Kansas City…". En lugar de repartir flyers, colgamos carteles de Devo por todo Manhattan, con la foto de unos tipos que no llevaban jeans. Parecíamos cosmonautas rusos o un equipo de limpieza de residuos. Eso fue lo que supuso crecer en Ohio: tuvimos tiempo de crear y consolidar nuestra estética.

En tu obra siempre has conjugado lo cerebral y lo lúdico. ¿Alguna vez te ha resultado complicado evitar que ambos aspectos acaben distanciándose demasiado uno del otro?

Cometo errores, pero cuando trabajo con Devo es bastante sencillo, porque Jerry [Casales] y yo nos complementamos. Es una relación simbiótica. Yo asumo el papel del chico irresponsable, alocado y elocuente, y él es el estratega y el que da las explicaciones.

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En esta exposición, es Adam [Lerner] quien asume ese rol. Se ha ocupado de crear el exoesqueleto de la muestra, decidiendo cómo se iban a distribuir las obras por las salas. Cuando le conté lo que quería, él puso sobre la mesa los pros y los contras de las distintas opciones que tenía. Inicialmente había pensado no incluir nada referente a Devo. Ahora la exposición es mucho mayor de lo que habíamos planeado en un principio. Adam la ha convertido en una retrospectiva con obras que pensé que nadie vería jamás. Yo imaginaba que, el día que me muriera, mi mujer diría, "A ver, esos libros de ahí, a la basura".

My Little Pony, 2013. Cerámica. 134 x 150 x 84 cm. Cortesía del artista.

Ahora que puedes contemplar el arco narrativo de tu trayectoria creativa en una sola exposición, ¿has tenido la tentación de deshacerte de todo y de embarcarte en algo completamente distinto?

Debido al alcance de esta exposición, no creo que eso llegue a ocurrir. Por eso dejaron de interesarme las bellas artes. Tengo amigos pintores como Gary Panter o Robert Williams que, una vez lograron que les representara una galería, se vieron obligados a desarrollar el mismo estilo a partir de entonces. Tenían que desarrollar y alimentar una marca. Yo ya he pasado por eso con algunas discográficas, así que no podría soportar que hicieran lo mismo con mis obras de arte visual.

Si buscas mi nombre en Wikipedia, en ninguna parte se menciona que he montado más de 150 exposiciones en los últimos 20 años. No habla para nada de mi faceta artística. Solo habla de las películas, los temas compuestos para televisión y los anuncios. Y de Devo, claro. No sé quién escribe las entradas de Wikipedia, pero quienquiera que sea se ha saltado toda esa parte. He pensado en abrir una nueva página de Mark Mothersbaugh en Wikipedia que empezara con Devo, que omitiera toda la parte musical y que solo hablara de lo que he hecho en el ámbito del arte.

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La gente tiende a poner etiquetas a las actividades intelectuales. Por eso disfrutaba del anonimato, me gustaba no tener que pasar por las galerías. Las veces que lo he hecho, durante los pasados 15 años, ha sido en galerías emergentes, de calle o en galerías donde se exponían grafitis y arte del mundo del skateboard.

Es verdad que he expuesto en museos, pero diría que 125 de las galerías en las que he expuesto estaban controladas por jóvenes, y siempre era lo mismo: acaban de salir de la universidad y saben que van a tener que aceptar un trabajo en algún periódico haciendo anuncios de Walmart en otoño. Pero antes de llegar a eso, quieren demostrarle al mundo que precisamente aquí, pongamos que en Saginaw, están los mejores grafiteros y artistas callejeros del mundo. Tan buenos como ese tal Shepard Fairey, o Futura 2000 o el mismísimo Banksy. Así que abren una galería, pero no en la zona a la que suelen ir médicos y abogados a comprar obras de arte para sus despachos, sino en naves industriales o pequeños establecimientos en los sitios más cool de la ciudad. Al evento acuden 30 personas y el periódico local ni siquiera los menciona.

1964 – Monumento a los conquistadores del espacio, 2012. Inyección de tinta sobre papel. Cortesía del artista.

En vista de tu éxito generalizado con los programas infantiles como Rugrats, Yo Gabba Gabba y La Lego película, ¿te resulta difícil crear arte subversivo en la actualidad?

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Puede. Puede que no. Ser subversivo en los 70 implicaba ser malo, más sexual. Pero hoy… Te voy a contar una historia:

Hace unos años hice amistad con un gemólogo y vi la colección de piedras que tenía por todas partes. Agarré una de ellas, un mineral grande y feo. "Lo que tienes en la mano es el rubí más grande del mundo". Mi amigo no sabía qué hacer con él, así que la siguiente vez que nos vimos le pregunté si me permitía tallarlo. Está ahí mismo [Señala una vitrina al otro lado de la sala].

Pensé: ¿A quién le vendes el rubí más grande del mundo? Tiene que ser alguien megarrico. Y nadie se hace megarrico sin dedicarse a asuntos oscuros. Los comunistas de China, los narcos de Sudamérica o los magnates del petróleo de Rusia. Esos son los posibles compradores del rubí más grande del mundo. Y yo quería meterme con ellos de alguna manera, así que decidí tallarlo en forma de una caca. Pero parece una natilla. Voy a ponerlo encima de un cono, para que parezca un helado, pero en realidad es una caca. Lo comprarán simplemente porque es el rubí más grande del mundo, y solo yo sabré que realmente es una mierda.

Aunque ahora ya lo sabes tú también, así que supongo que la he cagado.

¿Crees que con la edad se atenúan las ganas de meterte con la gente?

Lo que ocurre es que afinas la puntería, aprendes a apuntar al sitio adecuado para lograr tu objetivo, en lugar de dar palos de ciego.

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