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Música

Vimos a Deap Vally rifarse durísimo

Los comentarios de la gente al salir se pueden reducir a un promedio de “no mames, sí se rifan cabrón”.

Todas las fotos son de José Peredo / @Pepsjam

Legué al Foro Indie Rocks para el soundcheck. Los Black Feet Revolution traían una cara de “¿en qué pinche momento?”, y no era para menos. Tarde, pero seguras, llegaron las chicas de Deap Vally al foro, cero divas. Con un staff bastante sencillo, y con un poco de equipaje, demostraron lo mismo que muestran en su música. No necesitan más que lo suficiente para convertir cualquier cosa en una maravilla.

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Los tiempos se desajustaron un poco, pero eventualmente terminaron el soundcheck. Ya estaban todos listos: las Deap Vally, los BFR y los muchachitos de O Tortuga que venían de la marcha del 20 de Noviembre (muy responsables ellos). Onda 9:30, y contra todas las adversidades de la caótica capital de este país en llamas, el foro comenzaba a llenarse.

De repente se apagó la música de fondo y se escuchó: “Hola, nosotros somos O Tortuga, gracias por venir” en la voz medio naive del Fer. Empezó a sonar “Foránea” y la gente que andaba esparcida ya se acercaba al escenario. Muy en su onda del punk-pop-garage-bienhecho-todocool que han estado puliendo desde –más- chavitos afianzaron una vez más su lugar entre los esenciales de la escena local. Y es que, si a estas alturas todavía no los topan en vivo, andan bien lentos. Los cuatro encontraron el balance entre el buen desmadre y la música bien hecha; al dente. Yo los veía desde el balcón del foro, y la neta es que siempre se agradece ver chavos que están disfrutando tocar su música y, más aún, ver al público complacido, coreando y volviéndose parte del momento.

Acabó el set de O Tortuga y mientras el lugar se terminaba de atascar con toda la banda que llegaba recién, empezaban a sonar los beats de batería cortesía de Mike Servín que anunciaban a Black Feet Revolution tomando el escenario con “Polotitlán”. Ya todos en onda y con cerveza en mano brincaban y coreaban “Hey watch out!” que, aun siendo relativamente nueva, para mi sorpresa todo mundo ya se la sabía. Tocaron un ratísimo, pero estuvieron prendidos todo el tiempo; Luis estaba a dos de desgarrarse la garganta en el micrófono y todos los demás siguiéndole el juego. Se rifaron cabrón. Para ese entonces la fiesta ya había reventado y estábamos muy en el ambiente del rock bluesero ruidoso. Cuando terminaron ya era mucha testosterona musical, necesitabas a las chicas de Deap Vally, ya.

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​Mamacitas; subieron descalzas, Lindsay con top en animal print y un shortcito cachetero y July con su melena felina domando la batería. Sólo con pararse ahí terminaron de reventar el foro con su impactante presencia escénica. La banda les chiflaba y ellas nos seducían desde el escenario. Poder femenino total y absoluto. Dos mujeres rockeando durísimo mientras desprendían una sexualidad despampanante.

Entre acordes ruidosos alentaban al público en un ambiente íntimo como el que sólo se genera en foros pequeños, esos mini gigs en los que sólo va la gente que se sabe divertir y te vas topando a los de siempre. Se iban intercalando rolas del Sistrionix y otras de su nueva producción, los que no se las sabían de menos estaban dando el headbang durísimo y ellas desde el escenario enamorando a hombres y mujeres por igual.

Verlas era entre cute y feroz. Muy lindas agradecieron al público con un “Guys, thanks for coming” pero a la vez se la pasaron rompiéndola en el escenario. En un arranque de puro rock, Lindsay se dejó caer en un delicioso stage dive. Desde arriba sólo vi a una rubia dejándose llevar entre el océano de manos y brazos que la paseaban mientras July marcaba un ritmo ceremonial en la batería. Alguien de seguridad la salvó de manos de la audiencia, pero juro que ella no quería ser rescatada.

Subió al escenario de nuevo y termino de tocar “Lies” mientras se restregaba en la cabeza una bandera de México en luto negro, y la noche seguía protagonizada totalmente por ese rock femenino y colérico. Claro, terminaron con “End of the world” y “Baby, I call hell”. Los comentarios de la gente al salir se pueden reducir a un promedio de “no mames, sí se rifan cabrón”.

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