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¿se acerca el final?

Manu ​Ginóbili y un adiós cada vez más cercano

El cansancio comienza a hacer mella en Manu Ginóbili: ¿decidirá el argentino colgar las botas, o será más fuerte su amor por el baloncesto y por la competición?
Imagen vía Wikimedia Commons

El final está cada vez más cerca: los años no pasan en balde. El 'Maradona' de la NBA, un jugador legendario cuya lista de éxitos llenaría una enciclopedia, podría retirarse en un futuro muy cercano.

La decisión de Manu Ginóbili aún no está tomada, pero su adiós a las pistas se aproxima de forma inexorable. Lo que el argentino dijo hace unas semanas en su columna en el diario argentino La Nación, más que un rumor, es un aviso de lo que sucederá.

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Manu, en realidad, no dijo "me voy" o "me quedo". El argentino solo habló de la tristeza que le produjo caer eliminado en los play-offs de la NBA en aquel instante; Ginóbili sencillamente mencionó sus escasas ganas de ver partidos, su voluntad de guardar luto, prohibir la televisión y evitar comentarios. De aislarse, en una palabra.

Pero el secreto a voces, el rumor que cada vez levanta más y más el tono, es su retirada. El argentino ya no puede seguir evitando enfrentarse al fantasma del final de su carrera. El cansancio y el desgaste a sus casi 38 años empiezan a traducirse en dolor en las piernas, en las rodillas y en las muñecas, pero sobre todo empiezan a golpear cada vez con mayor fuerza las paredes de la cabeza, como un tic tac que amenaza con arrancar la poca tranquilidad que a veces nos queda al final del día.

Te pueden decir que juegues un año más, que todavía estás bien… pero no pasa por ahí, va más allá de si puedo o no. Es cómo lo sentís o cuánto te cuesta armar el bolsito para ir a cada una de las ciudades o jugar cinco partidos en una semana. O jugar 85 partidos en 165 días. Así que es un momento de incertidumbre.

Tras una carrera tan larga como espectacular, el jugador de los San Antonio Spurs lo ha ganado prácticamente todo. Ginóbili se ha colgado medallas olímpicas, se ha puesto anillos de la NBA y ha levantado Euroligas; a nivel individual, ha sido All-Star y Sexto Hombre del Año, y ha sumado tantos MVPs que sería imposible contabilizarlos todos. Menos el Mundial de la FIBA, podría decirse que no hay título que Manu haya disputado y no tenga en su haber.

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Lo mejor de todo es que el hambre de Ginóbili no parece acabarse. El argentino tiene la oportunidad de ir por un cuarto campeonato, y no es un bluff: los Spurs tienen a Gregg Popovich, siguen contando con Tim Duncan y Tony Parker, y han sumado a LaMarcus Aldridge para volver a pelear de tú a tú con cualquier potencia en la NBA.

Manu, no te nos vayas. Te queremos demasiado aún. Imagen vía WikiMedia Commons.

La diatriba en la que se encuentra Ginóbili, sin embargo, es compleja. El bahiense sabe que marcharse cuando aún se está en plenitud de facultades es mejor que alargar la carrera más allá de lo razonable. El interrogante es el momento en el cual se cruza la línea… y en el caso de Manu, si ya la ha cruzado o aún no.

Popovich, en cambio, no tiene esa duda. El técnico de los Spurs cuenta con Ginóbili sin vacilación. Es indudable que la calidad que suma Manu a su equipo, su experiencia en momentos complejos y su capacidad de asociarse con sus compañeros lo convierten en una figura clave, difícilmente reemplazable, en San Antonio. Duncan seguirá estando allí, y Duncan le ha pedido a Ginóbili que se quede. Eso de por sí ya es mucho.

El caso de Manu es curioso: el tiempo puede ser su mejor o su peor aliado a la vez. Si las manos extrañan el balón y los pies la pista, el argentino regresará. Pero si se hace pesado sacar los pies de la cama para ir a un entrenamiento, podemos estar a un paso de despedir a uno de los mejores y más grandes baloncestistas hispanos de la historia.