Curacrudas: Pambazo de chilaquil

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Curacrudas: Pambazo de chilaquil

Esta semana en curacrudas: la torta de chilaquiles podría perder su corona ante este pambazo de chilaquil.
Chilaquileros(02)

Fotos de Carlos Castillo.

Lilian Garin y Laura Vergara estaban desayunando chilaquiles y platicando de la vida cuando se dieron cuenta de que los chilaquiles, el desayuno consentido de la cocina mexicana, tiene más potencial del que se le otorga.

Un buen plato de chilaquiles puede tenerlo todo: sabor, texturas, grasita, proteína, picante, identidad mexicana, poder curacruda y, por supuesto, la mágica esencia de la comfort food.

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Así que decidieron dirigir su propio restaurante de chilaquiles. Hijos del Maíz abrió a finales de enero de 2015 con un menú único en la Ciudad de México: platillos típicos mexicanos mezclados con la crujiente receta de chilaquiles de la casa. Los de cochinita pibil, los de pollo al pastor, los de pipián verde y hasta los dulces de cajeta con helado enamoraron a los vecinos de la colonia Nápoles —y ahora lo están haciendo en la Roma—.

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No contentas con dominar el arte de hacer un buen chilaquil —encontrar el equilibrio ideal entre la salsa y el nivel de remojado de los totopos no es fácil— se unieron a la descontrolada tendencia de la metacomida en la Ciudad de México y crearon el pambazo de chilaquiles: una gloriosa mezcla de pambazo (la salsa, deliciosa, es secreta) relleno con el típico guiso de chorizo con papa, los clásicos chilaquiles rojos, cremita, queso fresco, aguacate, cebollita morada y ya está. La salsa de pambazo queda perfectamente impregnada en el pan sin quedar húmedo, así éste mantiene una textura esponjosa, es como un colchoncito. Los cubiertos, por cierto, no figuran en el acto, este platillo se come con las manos —no esperes que tu camisa salga intacta—. Por cierto, es recomendable acompañarlo con un refresco "de los de antes" —Lulú, Titán, Chaparritas o Sangría Señorial—.

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Este pambazo, sobre todo porque cuando terminas de comerlo lo único que puedes hacer es irte a dormir al sillón.

Lo sentimos, torta de chilaquiles: tu tiempo de gloria ha terminado. El pambazo de chilaquil pronto tomará tu corona.

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