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A la mayoría de los estadounidenses no les importa el sobrenombre “pieles rojas”

El debate sobre el nombre del equipo de Washington sigue dando de qué hablar.

Una nueva encuesta realizada por the Washington Post concluyó que nueve de cada diez nativos estadounidenses no consideran el término "pieles rojas" ofensivo. El periódico realizó la encuesta vía telefónica entrevistando a 504 nativos estadounidenses de cada estado, incluyendo Washington D.C., y el resultado inesperado fue que a la mayoría simplemente no le importa. El 73 por ciento de los encuestados no creen que el término sea irrespetuoso y el 80 por ciento dice no sentirse ofendidos si una persona no nativa les llamara de esa forma.

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"Estoy orgulloso de ser nativo estadounidense y de los pieles rojas", comentó Barbara Bruce, maestra chippewa que ha vivido en una reserva al norte de Dakota casi toda su vida. "No me apeno de ello en absoluto. Me gusta ese nombre".

Los encuestados respondieron de forma similar, y la encuesta informa que los encuestados "resaltaron en repetidas ocasiones" la relativa falta de importancia de este debate comparado con otros problemas que las comunidades nativas enfrenan, incluyendo "escuelas relegadas, abuso de sustancias, y desempleo".

El riesgo con este tipo de encuestas es que puede convencer a algunas personas de que ya no se trata de un problema, mientras que al mismo tiempo opaca a aquellos que sí se sienten ofendidos por el sobrenombre. Este tipo de personas definitivamente existen y no se trata de "gente con influencias" como los describe la encuesta. De hecho, la mayoría de los no nativos han expresado su apoyo para cambiar el nombre del equipo de Washington. Hay nativos estadounidenses que son activistas y cuyas organizaciones transmiten comerciales en las finales de la NBA donde piden a los demás dejar de utilizar dicho término.

Por una parte es bueno que muchos de los nativos encuestados no les importe el término, pero también hay muchos que se sienten ofendidos y no se lo callan. Como seres humanos capaces de interactuar con otros seres humanos, la meta debería ser poder entender la postura del otro en lugar de tratar de imponer la nuestra con una serie de datos. Aunque los resultados de la encuesta puede que obligue a unos cuantos a reflexionar, no se trata de un caso donde 2+2=5 y es obvio que uno de los dos está mal. No hay forma de demostrar que una persona se equivoca cuando dice, "Esto me hace sentir mal sobre quien soy". ¿Por qué alguien querría hacerlo?

[WaPo]