El PP no puede controlar a sus bocazas

Aquí no nos ponemos de acuerdo con cuál es la fórmula magistral para que cuando uno dice algo inconveniente se lave con fuerza (hasta hacerse daño, por favor) su bendita lengua. Hay partidarios del jabón Lagarto -prácticamente en desuso-, otros apuestan por el estropajo y el aguarrás, mientras que la lejía también tiene sus partidarios. Da igual el método, lo importante es el objetivo. En este caso los bocazas son dos miembros del PP, el alcalde de Granada, José Torres Hurtado; y Pablo Casado, vicesecretario de Comunicación del mismo partido, gran esperanza joven de la regeneración que tan de moda está y futurible en todas las quinielas. Pues la han cagado, y bien cagada.

Vamos con el primer acusado, el edil granadino. No tiene nada que envidiar al ginecólogo Javier León de la Riva, que durante décadas estuvo al frente del Ayuntamiento de Valladolid y que cada cierto tiempo soltaba perlas absolutas, casi siempre relacionadas con la mujer o la homofobia: sus grandes campos de batalla verbal. "Piensa que entras en un ascensor y hay una chica con ganas de buscarte las vueltas, se mete contigo, se arranca el sujetador o la falda y sale dando gritos diciendo que le has intentado agredir. Ojo con ese tema". Ésta fue uno de las últimas en las que fue 'cazado', menos mal que las urnas le han puesto lejos de la Alcaldía y que la Justicia se lo quiere llevar por delante por un tema (muy turbio) de adjudicación de una reforma en el céntrico edificio, donde él mismo es propietario de una vivienda.

Su homólogo en Granada no se queda atrás, en cuanto a bocazas se refiere. De los chanchullos de otro tipo aun no tenemos noticias. El caso es que estaba premiando a los mejores expedientes de los alumnos que este año pasaron por la Selectividad, cuando se le ocurrió dar un consejito (inocente, los cojones) sobre el dresscode necesario para acudir a la fiesta que el Ayuntamiento iba a dar en honor de los futuros universitarios. Allá va su frase: "Las mujeres, cuanto más desnudas, más elegantes y los hombres, cuando más vestidos, más elegantes". Sintácticamente, irreprochable, bien construida, algo que ya es un lujo para un alcalde. A nivel de significado la cosa da bastante asco. ¿Un patinazo? ¿Un lapsus? O que viendo a las jovencitas es lo primero que se le pasó por la cabeza. Nunca lo sabremos.

Lo mejor de todo, por encima de su frase ultra-machista, vino en el segundo round. En el inevitable turno de "pedir perdón" que cada político que mete la pata tiene que asumir con más o menos dignidad. José Torres Hurtado intentó salir así airoso: ""Pido disculpas por mis palabras que, siendo desafortunadas, sólo buscaban apelar a la necesidad de usar un atuendo adecuado para el contexto de la ola de calor que estamos viviendo en toda España y especialmente en Granada".

Echarle la culpa al tiempo es de lo más desfachatado que hemos escuchado en mucho tiempo. ¿El machismo se justifica por la meteorología? Bueno, entonces a ver qué alcalde habla ahora de la necesidad de reducir la población de emigrantes, porque en verano hace mucho calor y están mejor en sus países. Así que a tragar con todo y sin perspectiva de dimisión. Cuando a otros los imputan por hacer chistes, la Fiscalía por allí parece no tener ganas de meter mano al Alcalde de Granada. ¿Cuál será su siguiente desbarre lingüístico?

Y casi a la misma vez, como en una paradoja espacio-temporal, aparece otro miembro de su partido con ganas de optar al título de 'metepatas' oficial de este verano. Se trata de Pablo Casado, un alto cargo en la parcela de Comunicación dentro de las filas populares, que ha demostrado que eso de mantener una imagen pública, un discurso moderado y medir las palabras ante los medios, no es lo suyo. Pese al cargo que tiene en el partido.

En su caso, ha cometido una metedura de pata que luego intentó justificar con una información de un medio (ABC) que hacía referencia a datos del pasado año. Un verdadero quilombo. Desde cuándo un político solo maneja la información que publican los medios. ¿No debería ser al revés? Los políticos tener información que no llega a la población, sobre todo para manejar y gestionar momentos de crisis como el que vivimos gracias a esos 'locos' Griegos y sus democráticos referéndums.

Su aportación al clima convulso que vive la UE es hablar de que el dinero en el colchón que han guardado los griegos va a tener como consecuencia "una ola de atracos y violencia inusitada". ¿Está realmente Casado preocupado por nuestros vecinos del Mediterráneo? O, ¿está mandando el típico recadito a su electorado diciendo que en España como venga el coco vamos por el mismo camino? Y el coco es, por supuesto, todo aquel que no sea el PP. Y éste es uno de los hombres fuertes de Rajoy en la próxima regeneración, pues apañados vamos.