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Los gatos destrozados por la guerra de Siria

Un grupo de sirios está documentando en Facebook la sangrienta guerra civil del país. Una de las fotos que más se ha difundido es la de un gato herido.

Todas las fotos de Lens Young Homsi

En el verano de 2012, la imagen de un gato aparentemente herido por metralla que arrastraba las patas traseras se hizo viral en internet. Cientos de personas comentaron la foto en blogs y en Facebook, tristes, indignados, pidiendo que se hiciera algo para ayudar al pobre animal. Días después, seguían llegando mensajes. Los fotógrafos —un grupo de jóvenes sirios—lograron localizar al gato de nuevo y consiguieron que fuera atendido en un hospital de campaña, publicando una foto como prueba. Días después publicaron otra foto de un rebelde del ELS (Ejército Libre Sirio) con un arma en una mano y acariciando al gato ya curado con la otra.

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Hace poco fui a un café del centro de El Cairo para reunirme con dos jóvenes, Ahmed, de 19 años y Salma, de 28, que son los responsables de la foto del gato herido. "No tenemos tratamientos médicos para las personas, pero fuimos y ayudamos a un gato", me dijo Salma, poniendo los ojos en blanco. Mis dos acompañantes representan la mitad de un equipo de cuatro personas que gestiona una página de Facebook con más de 100.000 seguidores llamada Lens Young Homsi que, además de hacer fotos de gatos, se dedica a documentar la destrucción de la ciudad siria de Homs, que lleva más de 500 días bajo el asedio de las fuerzas gubernamentales.

Aunque hace relativamente poco que la atención de la prensa internacional se fijó en Siria, el volumen de documentos gráficos obtenidos por los ciudadanos del país es asombroso. Desde los primeros momentos de la insurrección contra el régimen de Bashar al-Assad, un gran número de sirios utilizaron las cámaras de sus teléfonos móviles para documentar las protestas. Grabaron a las fuerzas de seguridad abriendo fuego contra los manifestantes. Filmaron los funerales de los "mártires". Ahora que el régimen de al-Asad ha iniciado una guerra total en algunas partes del país y la oposición se ha dividido en una galaxia de facciones en guerra, los ciudadanos-periodistas pueden ser las únicas personas capaces de registrar la destrucción de ciudades enteras.

Recuerdo un día del septiembre pasado en el que estaba viendo un vídeo de YouTube de tres hombres sirios cavando la tumba de un niño. Yo era la primera persona que lo veía, el único público. "¿Veis?", decía el padre del niño muerto a la cámara. "¿Veis lo que nos están haciendo?".

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Ahmed, de Lens Young Homsi, es un callado estudiante de barba desaliñada. Abandonó Homs hace un año para acompañar a un familiar que necesitaba recibir tratamiento médico en Egipto por una herida de bala. Ya no pudo volver a Homs debido al asedio.

Salma tiene 28 años y es fotógrafa y cineasta. Hija de comunistas kurdos del norte de Siria, fue arrestada en dos ocasiones durante la insurrección, una vez en julio de 2011 por acudir a una marcha de artistas e intelectuales contra el régimen de Damasco.

Después, en diciembre de 2011, fue detenida de nuevo en el aeropuerto cuando iba de camino a un festival de cine en Dubái. Salió del país en diciembre de 2012. (Por motivos de seguridad, "Salma" es un pseudónimo).

Salma se sienta muy recta y fuma durante toda la entrevista. Ambos son amistosos, hacen bromas, pero a ambos se les nota la tristeza. El nuevo régimen militar de Egipto introdujo unas nuevas reglas mucho más severas para conceder visados a los sirios. Debido a las restricciones y a la ola de xenofobia que asola Egipto, ambos están planeando dejar el país en breve.

Su grupo también incluye a dos fotógrafos, Diaa y Basel, que todavía viven en Homs y que cada día recorren la ciudad. Ahmed y Salma administran la página y gestionan las relaciones con los medios y las comunicaciones con el exterior.

Lens Young Homsi empezó con personas normales que utilizaron las cámaras de sus teléfonos para documentar las primeras protestas contra el régimen de al-Asad en marzo de 2011. Muchas personas en toda Siria hicieron lo mismo de forma espontánea. Algunas se sentían atormentadas por los recuerdos de 1982, cuando el padre de al-Asad, Hafez al-Asad, aplastó una insurrección en la ciudad de Hama, asesinando a unas 20.000 personas. La catástrofe prácticamente no fue documentada, por lo que se ha recordado de forma oral, pasando de persona a persona.

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"Como sirios, tenemos miedo porque vivimos bajo el régimen de al-Asad y ya sabemos los que pasó en 1982 en Hama", contó la escritora sirio-americana Amal Hanano al sitio web Syria Deeply. "Cuando comenzó la violencia en 2011, la gente sabía que si no la filmaban ellos mismos, nadie creería lo que estaba ocurriendo".

El hecho de que los sirios documenten la desintegración de su propio país es una consecuencia natural de una evolución tecnológica que ha puesto una cámara en las manos de casi cualquier persona con suficiente dinero como para comprar un móvil barato. Esto representa un nuevo capítulo en la historia de la documentación de las guerras; los bosnios y los ruandeses no tenían YouTube.

Homs ha sido destruida por más de dos años de guerra. Las fotos realizadas por el grupo durante estos días son escenas melancólicas de una ciudad mutilada: calles desiertasniños jugando entre edificios destruidos o un casquillo de artillería reutilizado como florero que contiene una rosa solitaria. La misión del grupo es en parte documental (¿qué áreas de la ciudad todavía resisten?, ¿cuáles han sido destruidas?) y en parte artística. "A la gente no le importa una mierda la política", dice Salma. "Así que quizá sea posible hacer algo mediante el arte".

Conforme los ataques del régimen a la ciudad de Homs iban siendo cada vez más duros y obligaban a un número cada vez mayor de sus habitantes a abandonar la ciudad, el grupo comenzó a recibir más y más solicitudes de exiliados. La gente quería saber si sus casas, escuelas y negocios seguían en pie. "Siempre tenemos que responder a estas personas y también comentar con el equipo si una determinada zona es peligrosa", comenta Salma. "Alguna vez puedes correr el riesgo, pero en otras ocasiones es demasiado peligroso. No puedes permitir que un fotógrafo pierda la vida por alguien que está viviendo en Washington".

Los resultados de estas salidas en busca de fotos van de lo peligroso a lo conmovedor. "A veces tomas una foto desde muy lejos y dices, ‘Mira, había un francotirador, así que no pudimos acercarnos más", explica Salma. Otras veces se encuentran con que el Ejército Libre Sirio está ocupando la casa. En ocasiones todo lo que queda de las casas es un montón de escombros. En el suelo de una casa bombardeada, los fotógrafos encontraron la foto de boda enmarcada de una pareja. En la casa de un músico, encontraron a un combatiente del ELS sentado en una esquina tocando una guitarra que había sido abandonada en la huida.

Pero por cada momento emocionante que Diaa y Basel capturan, documentan una docena de hechos trágicos. En enero, el grupo publicó una fotografía de dos hermanos, chico y chica, de pie en un soleado callejón de un barrio sitiado de Homs. En la imagen, el chico, Yaseen, está sentado sobre una bicicleta roja. La chica, Maryam, sostiene un gato. Media hora después, los fotógrafos informaron de que ambos habían muerto debido a un impacto de mortero disparado por las fuerzas del gobierno.