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Cultură

Acoso para principiantes

Cómo hundirle la vida a alguien

La autora, y la autora y su víctima. Tuvo que mutilar sus Polaroids X

Decidí escoger a un extraño al azar y acosarlo hasta más no poder. Solo por diversión. Y esto es lo que pasó….

DÍA UNO

No quería acosar al amigo de un amigo. Tenía que encontrar a algún tío en un bar. Yo y mi mejor amiga salimos de la parte pobre de Montreal y nos dirigimos hacia un bar al cual, normalmente, no entraría ni aunque me pagasen. Ahí divisé a un tío: pelo rubio, tejanos rotos y botas brillantes. Ew. Mi amiga se fue para que yo pudiese controlar la situación completamente.

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Me senté a su lado, me presenté y le pagué un montón de bebidas. Entonces empecé a decirle lo cachonda que me ponía. Accedió a llevarme a su casa. Practicamos sexo oral bastante hardcore en un callejón oscuro en mitad de la noche, lo que, por cierto, moló bastante. ¿Sabes cuando te meas en la ducha? Pues así de BIEN me sentí. Su lengua era tan suave como una chaqueta hecha de la piel de un corderito recién nacido.

Llegamos a su casa y me embistió de la forma más pedestre que jamás he experimentado. Bostezo.

Después de que se durmiera me escondí en el lavabo y apunté todos los números de teléfono que había en su móvil. Mamá, Papá, Susan, Rita, Jeff, y un tío con el nombre “Reparto de pollas”. Muy sutil, tío. Sí señor.

Volví a la cama y le susurré “Te quiero”. Él se apartó. Todo estaba funcionando tal y como lo había planeado. Le estaba acosando.

DÍA DOS

Me levanté bastante temprano, pero él se había levantado antes que yo y me dijo que tenía que ir a trabajar. Empecé a abrazarle y a decirle que había sido la mejor noche de mi vida. Él simplemente se quedó ahí de pie. Le pedí su número de teléfono y me contestó que no tenía porque se acababa de mudar. Yo sabía que era mentira, pero le dije, “vale, me pasaré por aquí alguna vez y podemos salir por ahí. Me encantaría salir contigo, necesito más de esto”. Y entonces le acaricié el paquete. No dijo nada, pero se notaba que estaba asustado. Por supuesto que tenía su número de teléfono; se lo había robado de su móvil.

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Aquella misma noche me presenté en su casa a las cuatro de la madrugada con pintalabios por toda la cara y llamé al timbre seis veces. Su compañero de piso contestó y yo entré, salté en su cama y empecé a gritar “tómame, fóllame”.
Fue precioso. É estaba casi llorando del susto. Me pidió que me fuese. Le supliqué que se sentase conmigo en el porche para hablar. Le dí la carta que le había escrito junto con algunas polaroids. En la carta había escrito un montón de gilipolleces de pirada y estaba medio en francés. De algún modo, eso aún es más espeluznante. El tío no podía ni hablar. Estaba en plan “por favor, vete, estás loca”. La verdad es que estoy bastante orgullosa. Fue el momento más incómodo de toda mi vida, puesto que tuve que hacer el papel de loca sin autoestima. Seguí diciéndole que estábamos hechos el uno para el otro y que no quería ducharme para que no se me fuese su olor. Me gritó y me dijo que me fuese pero yo entré corriendo en la casa y me metí debajo de sus sábanas, chillando a saco. Su compañero de piso entró y me dijo que me fuese. Sabía que ambos se sentían fatal por mí, así que al final me fui, llorando.
Cuando llegué a casa me reí tanto que creía que me iba a explotar la puta cabeza. Le llamé cinco veces más (desde un número oculto) y le dejé mensajes en el buzón todas las veces. Él no sabe mi nombre completo, ni mi dirección o mi número de teléfono, así que no creo que me vaya a meter en problemas. Mi plan era fastidiarlo un poquito más. Ser una acosadora es un trabajo duro y muy cansado. Dormí como un tronco todas y cada una de las noches que duró este experimento.
Decidí que a la noche siguiente llamaría a su madre.

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DÍA TRES

Yo:¿Hola, es usted [nombre] la madre de X? Soy la nueva amante de su hijo. ¿Cómo está usted?

Madre [después de 20 segundos de silencio]:Estoy bien…
Mira tía, vas a decirle que por su bien me devuelva las llamadas de una puta vez o te voy a usar para decorar mi nueva chimenea. ¿Lo pillas?
¿Quién eres?
Una amiga.
Creía que estaría horas vomitando después de realizar esa llamada. Nunca antes había amenazado a nadie, me sentí fatal. Ahora sé como se debe sentir Courtney Love.

DÍA CUATRO

Me estaba quedando sin ideas, así que decidí presentarme en su trabajo con una camiseta que le había robado la noche que nos conocimos. En realidad me quedaba jodidamente bien, así que me dí unos cuantos bofetones en la cara para que pareciese que iba drogada.

El trabajo de X estaba muy cerca de mi casa, así que en realidad podía tomarme descansos mientras le acosaba, volver a casa, tomarme un café, mirar el final de Buscando a Susan desesperadamente y volver al ataque. Me paseé por enfrente de la ventana principal y le estuve saludando con la mano como una hora, después entré y esperé a que saliese del trabajo.

Sus compañeros me dijeron que él no quería verme y que me tenía que ir. Empecé a chillar “LE AMO, ESTOY EMBARAZADA DE SU BEBÉ, POR FAVOR, DEJADME TOCARLE, HABLARLE”. Y otras cosas por el estilo. Probablemente él escapó por la salida trasera porque un rato después de que cerrasen las puertas principales, mi amante no salía.

Me fui a casa, lloré e intenté cortarme las venas. Vale, no. No hice eso ni de coña. Recordad que en realidad no estoy loca, pero sí que me duché. Y me masturbé con la alcachofa de la ducha.

DÍA CINCO

Me quedé dormida después de una noche intensa de borrachera. Me despertó el timbre del teléfono. Era X gritándome, diciéndome que sabe dónde vivo y que si no paro de acosarle llamará a la policía. Le dije que le quería y colgué el teléfono. Estaba demasiado cansada para concentrarme en aquel momento.
Ojalá pudiese haberlo acosado más, solo por divertirme, pero él llamó a la policía. Estuve fuera unos tres días y, cuando volví a Montreal, mis compañeros de piso me dijeron que la policía había venido y que querían hablar de algo conmigo. No quiero acabar en la cárcel o con una orden de alejamiento, así que tuve que parar.
¡Acosar a alguien te deja sin energía! No tuve vida propia casi durante una semana, pasé todo mi tiempo intentando llegar a ese tío. Tienes que estar jodidamente loco para ser un acosador. Si esto me ha servido de algo, es para darme cuenta de que no estoy tan loca como yo creía. Comparado con un acosador estándar, soy una tía bastante normal. ¿Quién lo iba a decir?