La cualidad de legendario se adquiere, como todo en la vida, a partir de acciones concretas. Nadie mejor que Bob Dylan para dejar claro el punto, cimentando a cada paso en su vida una reputación de genio en constante búsqueda de reinvención y a sus 75 años, demostrando una energía creativa que quisiéramos todos en mi generación.En 2013 Bob hizo pública su afición a la escultura en hierro, con su primera exhibición en la galería Halcyon de Londres, titulada "Mood Swings", aunque para ese momento, ya llevaba décadas haciendo escultura en hierro estrictamente a manera de hobby. Su método consiste en coleccionar chatarra de todo tipo que después monta en composiciones inusuales, y reflejan su relación íntima con el hierro, el acero y todo tipo de residuos industriales parecidos, que le vienen de la infancia y el lugar donde creció, Minnesota.Así de raro como suena, el último proyecto para Bob es una escultura gigante de hierro para un centro vacacional gigantezco en Maryland llamado MGM National Harbor. Esta escultura es su primera obra de arte que estará disponible en exhibición permanente y es un arco de 7 metros de alto por 4 de ancho, cuyo tíulo es "Portal". El arco de hierro dará la bienvendia en el ala oeste del complejo turístico como parte de la colección de arte de la propiedad, la cual está valuada en cientos de millones de dólares."Las puertas me gustan por el espacio negativo que permiten”, dijo sobre su proyecto. “Se pueden cerrar, pero al mismo tiempo permiten entrar a las estaciones y que fluya la brisa. Te pueden dejar afuera o dejar encerrado. Y de muchos modos, no existe diferencia”.Además de sus esculturas, Dylan también ha exhibido dibujos y pinturas y hace unos meses sacó su segundo disco de covers a Frank Sinatra, Fallen Angels, que es una dulzura de belleza meditativa. También comienza una nueva gira a fines del año, con su primer show en el Desert Trip Festival, también bautizado como Oldchella.