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Música

I Am Latin Soul: Skypeamos con El Bles para que nos contara sobre su nuevo EP

Una entrevista para conocer a este mensajero de ritmos fiesteros, con tintes nostálgico y toques electrónicos micro-moleculares que no eleva el espíritu.

Es imposible escuchar la música de El Bles sin sentir que algo dentro de tu barriga se revuelve, que algunos de tus pelos se erizan o que los pies te empiezan a palpitar como si suplicaran que los agites con potencia. Desde el primer sencillo de su nuevo EP I Am Latin Soul, el productor boricua nos tiró una descarga de sonidos auténticos que habla el lenguaje de la salsa y el latin soul en perfecto romance con el arte del sampleo, el scratcheo y el beatbox del hip-hop, consiguiendo armar una suerte de rumba futurista y nostálgica que cala en los huesos y te devuelve al movimiento de música latina que se forjaba en Nueva York en el 60.

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Y justamente esa es su misión.

A sus 18 años, Eli Omar Ríos supo que quería encontrar una voz propia, ser un puente entre ese legado musical bailable que adquirió de su familia y el rap calle que llegaba de Estados Unidos cuando estudiaba en un colegio militar de Puerto Rico y, desde ahí, mantener viva su cultura. Esa cultura latina que lleva pegada en la sangre y que siente se ha ido difuminando con el tiempo. Para lograrlo, se dedicó a escarbar sus raíces y las raíces negras: estudió los tiempos de Chano Pozo y Arsenio Rodríguez, dos cubanos que hacían latin jazz y música afrocubana en el 40; se escuchó gran parte del legado de la Fania y fisgoneó el archivo de Clave Tres, el grupo donde tocaba su padre Eligio Ríos. Siempre tratando de ir lo más profundo que pudiera para dar con su objetivo. Y en una de esas misiones investigativas de navegaciones dispendiosas por Internet, encontró la excusa perfecta para desarrollar su propósito.

Durante tres años, El Bles estuvo cocinando un EP tributo a Acid, el disco de 1968 de Ray Barretto y el primero que publicó con La Fania Records. Cortando, experimentando y reinterpretando los temas clásicos del neoyorquino, el boricua descubrió la manera autentica de explayar esa sensibilidad honesta que tiene para la música y a su vez, homenajear no solo a este artista que lleva literalmente tatuado en la piel, sino a toda su comunidad. El resultado final, es un EP de seis canciones impregnado de ritmos fiesteros, tintes nostálgico y toques electrónicos micro-moleculares que aprovechan la técnica del sampleo y los beats para empoderarse de un mensaje simple, pero contundente: I Am Latin Soul.

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Skypeamos con El Bles, quien nos contestó desde su apartamento en Orlando, Florida, donde reside desde los 18, para que nos contara sobre su nuevo EP. Con un impresionante apego a Dios, siempre alegre y sonrojándose después de soltar algún comentario dulce e introspectivo sobre la vida, el puertorriqueño nos habló sobre la misión para la que ha sido escogido, la búsqueda de su sonido, las fiestas que influenciaron su trabajo, los Vejigantes y qué significa para él su nuevo EP. ¡Ah! y además de pasarnos el EP completo, también nos soltó el estreno de su nuevo video que puedes ver por acá abajo.

Noisey: ¿Cómo surge el nombre de El Bles? ¿Quién te bendijo?

El Bles: ¿Quién me bendijo?…¡Dios me bendijo! El nombre me escogió a mí. El cuento es que en Puerto rico yo era, o más bien me creía, grafitero. Usaba una placa que era Ruk y me la pasaba taggeando las calles y marcando territorio con un panita que también le metía al arte. Un día, me acerqué a un teléfono público de telefónica, me acuerdo que saqué un sharpie para grafitear y mi mano sola escribió El Bles, pero con una sola s. Me paré, lo miré y me gustó. Desde ahí me quede con ese nombre que después traje para la música.

Unos años después, en Miami, recibí la confirmación de que Dios me había bendecido. Allá había un Don (Q.E. P.D) que se llamaba Marty Galagarza, un músico tremendo de la era de la salsa en los 70 y uno de los mentores de mi papá. Luego de varios años de haber sido músicos en Puerto Rico, papi se reencontró con él en mi apartamento, ahí le enseñé mi música —en ese momento yo estaba trabajando en mi primer mixtape titulado BlesTrumentals (2009)— y a él le gustó mucho porque mezclaba bastantes elementos de la salsa vieja con el hip-hop, que es mi otra influencia. Las visitas siguieron y una noche de esas bien raras en las que la luna está bien alta, Marty me dijo “tu sabes que tu eres el bendecido”. Quedé mudo porque él no sabía que mi nombre artístico era El Bles. Poco después de esa conversación Marty falleció y el nombre se quedó. Ahora toda la gente me llama así; es más, aún hay gente que ni siquiera sabe cómo me llamo.

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¿Para qué misión crees que te bendijo Dios? Yo fui elegido para una tarea específica y es tocar a la gente con mi música. Dios me asignó esta tarea por un propósito, y no es que esté más bendito que todo el mundo, porque pienso que todos somos bendecidos para cosas diferentes, solo que en este caso Dios me otorgo el nombre para proyectarle eso a la gente y yo quiero repartir esa bendición. Quiero mejorar la vida de las personas a través de la música, porque eso es lo que la música hace: enriquece nuestras vidas.

También quiero que mi música tenga mucho de mis raíces, de las raíces negras y de lo que se ha perdido a lo largo del tiempo, mantener viva la cultura latina y reintroducir la música vieja en las nuevas generaciones. Por eso me dejo influenciar por mucha de los sonidos que empezaron a formar la música latina, siempre trato de ir lo más profundo que pueda porque en esa música uno encuentra sensibilidad de identidad y soy fiel creyente de que si no reconocemos nuestra identidad nos perdemos o nos dejamos consumir por aquello que la sociedad dice que deberíamos ser. Creo que a través de mi música también puedo decirle a las personas que no tengan miedo de ser sí mismo, que si tienen una idea que suena bien loca, que la hagan, porque si tienen esa idea es por una razón. Quiero considerar mi música un pedazo de historia, pienso que con lo que hago estoy educando a las personas porque la gente busca lo que escucha, aprende y no deja que el legado de un músico muera. ¿Cómo fue ese primer momento en el que decidiste comenzar con el EP?

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Siempre he sido un gran fan de Acid y de Ray Barretto. Es un disco que me tocó porque siento que es muy exitoso, él logró mantenerlo simple y poderoso a la vez, con una producción tremenda. Entonces había pensado hacerle un tributo para reintroducirlo en la escena, pero de una manera divertida. Y un día estaba buscando videos de una banda afrocaribeña de latin jazz que se llama Clave Tres, donde tocaba mi papá, y en la búsqueda encontré un video de una presentación que papi estaba teniendo en La Escuela Libre de Música en un homenaje para Barretto. En el grupo, mi papá está tocando violín, yo estaba ahí viéndolo jamear con el resto de la banda, cuando de repente al final del clip la cámara se voltea y está Barreto al otro lado del salón con un micrófono en la mano dirigiéndole sus palabras a la banda de papi. Ahí, él habla de mantener la cultura viva, de que esto se trata de fe, de amor y todas esas cosas que coinciden con la visión que tengo como artista. Cuando vi eso sentí que fue una confirmación de que tenía que armar el proyecto. Sentí que, de alguna forma, el álbum me había elegido a mí. Es más, al final del tema “IALS” (“I Am Latin Soul”), el clip que se escucha son las palabras que Barretto dice en ese video al que me refiero y es que oírlo decir eso fue bien para pelos para mí. Yo no esperaba encontrarme con algo así.

¿Quién fue Barretto para ti y qué representa?

Para mí Barretto es el genio de la música latina. Él fue innovador, genuino. Viendo sus videos me he dado cuenta que hizo música muy valiosa, es decir, mírame a mi 40 años después… Lo tengo tatuado en mi brazo y todo. Pienso que él fue una persona poderosa y es alguien con el que siempre me sentí identificado. Él inspira la huella que yo quiero dejar con mi música, pero a mí manera. No es el único al que admiro, pero sí de los que pongo más alto en la música latina porque me ha influenciado en varios sentidos. Gracias a él también dije que quería ser conguero y es que la manera en que ese hombre manoteaba esos cueros, como los hacía retumbar, es muy para pelo. Y bueno, él fue el que me motivó a volver a mis raíces. Siento que tu propuesta es como una especie de fiesta latina de barrio pero futurista. Me preguntaba, ¿Cómo llegaste a eso? ¿Cómo han sido los tipos de fiestas que vives? ¿Cómo suelen ser las fiestas en Orlando y cómo en Puerto Rico? Bueno en Puerto Rico la fiesta es ley, los boricuas celebramos todo (risas). Entonces sí, definitivamente ese ambiente fiestero tuvo que ver pero, aunque no lo creas, en su mayoría fue la fiesta de acá de Orlando. Aquí habían unas fiestas que se llamaban Lazy Afertnoon Sundays, armadas por un dúo de DJs locales que empezaron a traer otra especie de música a Orlando, ellos pusieron a sonar lo que les gustaba. Durante cinco años, este par logró lanzar unos parties donde tocaba gente como Rich Medina, Jeremy Soule, Questlove, Kon & Amir… Estas fiestas me introdujeron un ambiente que no conocía, me introdujeron en el world music, el up-beat, el afrobeat, el funk y el soul. Eran fiestas donde siempre se pasaba bien por la calidad de lo que sonaba y gracias a los sets de estos DJs aprendí de esa música, me empecé a fijar cómo reaccionaba la gente y comencé a darme cuenta de que podía combinar la música que hacía en ese entonces, que era más boom bap, más hip-hop, más de rimas, y llevarla por la vía más bailable. Eso fue lo que me motivó a llevar mi música en esta dirección, quería que mi sonido no perdiera lo calle del rap pero que tuviera lo bailado. Ese ambiente me abrió los ojos y los oídos, entonces me empecé alejar del down tempo y empecé a ponerlo más arriba y así encontrar diferentes formas de tocar a la gente con mi música. Espero haberlo logrado.

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A lo largo de los lanzamientos mencionaste que para I Am Latin Soul usaste instrumentos análogos y máquinas. ¿Cómo fue todo ese proceso de grabación y construcción de los tracks?

Fue bien orgánico. El proyecto lo empecé a trabajar desde el 2013, para ese época empecé a montar el concepto y darle a los tracks. Por alguna razón no tenía afán de sacarlo rápido, entonces lo trabajaba, luego lo guardaba, después lo abría otra vez y así, hasta que llegó el momento en que tuve montado todo el esqueleto del EP. Empecé a mezclarlo y a hacer los pre-mixes, y ahí fue que decidí empezar a meterle instrumentos, básicamente porque me gusta retarme para crecer. Yo no soy un músico profesional, pero me corre en la sangre y me defiendo bien en el piano, en la percusión y hago beatbox, que fue mi primera forma de hacer pistas. Comencé a usar cualquier talento que tuviera para llevar bien mi mensaje, le metí voz, sintes análogos, percusión, beatbox y mucho corazón. Todo lo grabé en casa, y el año pasado, cuando ya lo tenía casi listo se lo mostré a un amigo que se llama Adrian Rivas, que le ha mezclado a Ricky Martin, a Yandel y a Daddy Yankee, y a él le gustó tanto que se ofreció a mezclar todo el proyecto, llevándolo a otro nivel. Fue otra bendición completamente inesperada. Juntos nos sentamos y pasamos los sonidos por compresores para poder mantener ese sonido sesentero del original y al final, creo que hizo un trabajo muy bueno.

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El EP es bastante alegre, tiene el ánimo de festejo por todos lados, pero a la vez conserva una especie de nostalgia por el pasado, como si se estuviera tratando de recuperar algo que en esta época ya no existe. ¿Qué nombre le darías a ese algo que ya no existe? ¡El alma de la música!, ¡El sentimiento! En esa época se trataba de la originalidad, no de números y de vender discos, ahora todo el mundo se copia. Respeto a los artistas, pero muchos de ellos están haciendo lo mismo, no ofrecen variedad y aunque digan que están haciendo música diferente, cuando la pones es la misma vaina que has estado escuchando. Lo peor, es que la gente se acostumbra, se traga la idea de que es buena música y dejan de ver la originalidad, lo genuino, la expresión de sí mismo. ¿Cómo van a decir que la manera más genuina de expresarse es hacer música que suena igual a lo de los demás, como el reggaetón? Yo me crié en el reggaetón pero llega un momento en el que uno dice “coño, vas a seguir con lo mismo ¡vale!”. Como artista, me frustro, pero pienso que en vez de quejarme, debo ser el cambio que quiero ver y sé que todavía hay gente que aprecia la música y no solo que se traga el mainstream.

A parte del sonido latino, el hip-hop y la nostalgia del EP, también le metiste un toque de electrónica con unos momentos súper micro-moleculares y espaciales…

¡Sí! pues lo electrónico fue para enganchar a la gente que le gusta esta música electrónica. Si quiero echar esto para afuera, entonces también quiero tratar de llegarle a más personas. A mí me gusta la música electrónica, me gustan esos sonidos futuristas, espaciales y los downbeats.

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Entonces ¿qué es este EP para ti, después de todo? Tiene muchos significados, sobretodo por el momento en el que lo estoy sacando. Es un momento en el que están pasando muchas cosas en el mundo y en la isla de Puerto Rico. Creo que ahora más que nunca nos están tratando de robar nuestra identidad, están tratando de quitarnos nuestra historia y nuestra cultura. O al menos, así lo veo yo. No es secreto que allá hay una crisis económica fuerte, eso entre muchas otras cosas que están pasando. Entonces, para mí es la necesidad de alzar el puño de la manera que sé hacerlo y quiero transmitir el mensaje de que nosotros también hemos sido pioneros de muchas cosas que libros no nos dan crédito. En este momento, quiero representar más que nunca a mi gente, a mi isla, a los latinos. Hay mucho odio en el mundo, un mundo que debería ser lleno de amor y por eso quiero difundir el amor a través de la música y si esta toca al menos a una persona, sé que estoy haciendo bien mi trabajo. (risa sonrojada) La mayoría de los títulos de los temas son cómo expresiones de euforia que uno dice en la pista de baile. Esos gritos que uno bota cuando se le calienta el cuerpo de tanto moverse ¿de dónde surgen esos nombres?

¿Sabes lo qué inspiró eso? Eso fue el mismo álbum. Si tu escuchas el original te das cuenta que mientras tocan, ellos hacen esos chanteos de ‘Ajá’, ‘dale’, ‘A gozá’, y esa energía me encanta, por eso quise traerla a mi EP, porque también somos eso. Me gustan todos esos detalles y también creo que es una declaración cultural porque estoy usando los acentos como lo diríamos nosotros (risas).

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Vi que cada track viene acompañado de un arte que es tu cara, pero también vi cada vez que sacabas un tema nuevo, esa cara iba descascarándose y dejando ver una suerte de monstruo mágico. Es claro que es una analogía a dejar salir esa ‘alma latina’…

¡Sí! Eso mismito es y ya con el EP se ve la máscara completa. El artista detrás de eso se llama Enrique Estrada y fue otra bendición que llegó de la nada. Él se encargó de la dirección de arte e incluso, también diseñó la portada del cassette que saqué, y quedó demasiado. Él me estará acompañando en el evento de lanzamiento del EP el próximo 2 de septiembre en la Galería Arte Borikua, para ese día va a traer su exposición de arte que se llama La Mancha del Vejigante. ¿Sabes que es un Vejigante? No, ¿qué es? El Vejigante, es la máscara del arte. Es una máscara que siempre está presente en los carnavales y festivales de la cultura puertorriqueña y para mí, mi alma latina. Cada uno tiene su alma latina y no debería tener miedo de dejarla salir. Yo encontré la manera de expresar esa identidad a través de la máscara del Vejigante. Enrique me creó esa máscara, a partir de una entrevista que me hizo y de estudiar las canciones originales de Barretto, lo que para mí fue perfecto porque eso fue lo que inspiró mi música también. Y fue chévere porque él me daba el arte y yo le soltaba mi canción y mientras la escuchaba, se sorprendía de que encajara tan bien con la imagen.

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Supongo que ya has tenido que escuchar el EP unas mil veces. ¿Qué tema es tu favorito y cuál es el tema que dices “bah, pude haberlo hecho mejor”?

Mi favorito (risas). Está entre dos, entre “Ajá” y “Oyelój”, porque “Ajá” introduce el EP perfecto, es un sonido más clásico y tiene más de lo que yo hacía antes: slow tempo, laid-back. Y “Oyelój”, es mi evolución como artista. Me gusta porque suena diferente a las otras y muestra como puedo sonar ahora. Creo que es una canción innovadora y en la que me puse más experimental, usé diferentes voces: use mi voz como sintetizador, la samplee, la revertí, le metí efectos y la usé como un piano. Entre estas dos se puede ver el contraste, “Ajá” que es más classic-hip-hop y “Oyelój”, que es más revoluda o yo no sé qué rayos, y eso enseña la capacidad como músico y mi crecimiento.

Aunque creo que sí lo hice mejor, el tema es “Agozá” porque lamentablemente decidí publicarla en el 2014 por el sello discográfico independiente de un pana mío, pero la verdad es que yo sentía que la canción aún no estaba lista. Ahora, la estoy reintroduciendo. En este tiempo, la re-trabajé y es el track número II. Pero sí, “Agozá”, es la canción que he escuchado muchas veces antes y que a veces saltaba, esa era la que ya decía como “bah” (risas). Me arrepiento un poco de haberla sacada antes porque todo el tiempo fue parte de este EP, pero por alguna razón lo saqué y bueno… son cosas que uno aprende.

El 2 de septiembre vas a tener la fiesta de lanzamiento de tu EP en Orlando, ¿cómo esperas que se mueva esa pista de baile?

La galería es un lugar especial porque es un centro cultural, entonces yo quisiera que la función tuviera más un ambiente de aprendizaje. También me gustaría que hubiera baile y que se pase bien, pero la meta no es tener el piso repleto de gente bailando, sino que la gente le caiga y pueda apreciar la cultura y el arte que está aquí en su propio patio. Va a estar el arte de Enrique Estrada, que viene de San Antonio de Texas. También estará un artista de Chicago que se llama Lester Rey y que le mete a lo que él llama un boogaloo neo soul, un proyecto súper interesante y que lleva un mensaje parecido al mío. Estará Josue Vélez, vocalista de LGP (La Gente Pide que es mi primera banda), que es un sonero tipo Ismael Rivera o Héctor Lavoe, pero a su estilo y con sus loqueras. Van caer músicos locales y la idea es hacer un Big Jam Session abierto para que todo el que quiera caer y armar una salsota bien chévere.

En tu entrevista para Panamerik decías que siempre quieres poner la música latina al frente, ¿qué viene ahora para El Bles?

Me encantaría hacer colaboraciones. Después de por fin lanzar este proyecto, de sacármelo del pecho, mi próxima meta es colaborar con muchos músicos y aprender, intercambiar y crecer como músico para poder llevar mejor mi mensaje. Quiero conocer más propuestas y trabajar en los proyectos de otras personas.

Escucha el EP aquí abajo.

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Descarga el EP de El Bles en digital por acá y si quieres uno de sus cassettes métete por aquí. Sigue a El Bles aquí y si estás en Orlando, no dudes en ir a su lanzamiento en vivo el próximo 2 de septiembre, toda la info por acá.