Foto por Álvaro José Peña.
Aún no sabemos exactamente cuántos, pero cada vez son más los colombianos que están recurriendo a la bicicleta para solucionar el eterno problema de "cómo voy a irme yo hasta allá". Y como todas las soluciones traen consigo nuevos problemas, ahora tenemos ciclistas que se quejan porque los peatones no respetan las ciclorrutas, porque hay conductores que no entienden qué hace una bicicleta andando delante suyo por la mitad del carril o, por el contrario, la sensación generalizada de los otros de que en la vía los ciclistas hacen más o menos lo que se les da la gana.Porque el Congreso ha tenido la buena intención de ordenar todo esto ––y porque aquí no se le niega su ley a nada ni a nadie–– el Gobierno sancionó hace un par de días la ley 1811, que modifica el Código de Tránsito y da incentivos para el uso de la bicicleta.Estos son, en resumen, los incentivos y las reglas establecidas desde el año pasado.Primero la plata: la primera página de la nueva ley dice que los usuarios del Sistema Integrado de Transporte Público "que hayan usado la bicicleta como modo alimentador del sistema" recibirán un pasaje en sus tarjetas por cada 30 "validaciones del uso de biciparqueaderos". Un pasaje gratis al mes por irse todos los días en bicicleta hasta la estación no es mucho, pero… es una cerveza al mes.Aunque antes de contar con esa cerveza usted debe saber que unas líneas más abajo la ley dice que las empresas que prestan el servicio de transporte público "podrán implementar los beneficios de acuerdo a su capacidad financiera" y que los beneficios "solo se aplicarán hasta que se abran a nuevas licitaciones o se renegocien los contratos de operación de los sistemas", lo cual da entender que ese pasaje gratis al mes se puede embolatar fácilmente.Les va mejor a los empleados públicos, quienes recibirán, sí o sí, medio día remunerado libre por cada 30 veces que lleguen al trabajo en bicicleta.
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Estas mismas dos condiciones (solo a mediano plazo y solo si hay plata) aplican para otras promesas relacionadas con el transporte público que incluye la ley, como la de los biciparqueaderos y la de instalar portabicicletas en buses de transporte público, que ya se hace en algunos buses intermunicipales de Medellín y sus alrededores.Lo que sí parece tangible es la modificación al Código de Tránsito:La ley aclara toda la discusión de por dónde deben andar los ciclistas en las vías que no tienen ciclorruta: por la mitad del carril, ocupándolo por completo. Antes el Código decía que debían por la derecha, a no más de un metro de la orilla, cosa que es incómoda y peligrosa.Prácticas tan populares y foclóricas como llevar gente en la barra de la bici, andar en bici por fuera de los bicicarriles y ciclorutas y parquear el carro sobre ellos quedaron prohibidas.La ley también establece una velocidad máxima en la ciclovía de 25 kilometros por hora, que nadie sabe con qué clase de pistola laser serán calculados.Ahí está. A pedalear.
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