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Cultură

Platicamos con el antiguo editor de 'Weekly World News' y creador del niño murciélago

Quería saber por qué introdujo a semejante monstruo en las pesadillas de cada ciudadano estadunidense que compraba la publicación a finales del siglo XX.

Versión recortada y en baja resolución de la célebre portada del Niño Muerciélago. La imagen original es propiedad de Weekly World News.

Hoy en día, los puestos de periódicos de EU son aburridos. Bueno, sí, hay muchas noticias sobre Lindsay Lohan y Brangelina, pero durante las décadas de 1980 y 1990, y a principios del nuevo siglo, había una publicación que recopilaba todo tipo de historias ridículas e inventadas: el Weekly World News. Inicialmente, sus titulares tenían la dosis justa de inverosimilitud como para no considerarse fraude y la veracidad necesaria para atraer la atención del lector.

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Con frecuencia recurrían a mitos y conspiraciones populares, como la historia del leñador al que Pie Grande mantuvo atrapado como esclavo sexual. En otras ocasiones optaban por imágenes religiosas, como en la noticia de la aparición de un Jesús gigantesco, —algo así como Godzilla— junto al edificio de la ONU. No obstante, ninguna noticia logró permanecer tanto tiempo en el imaginario colectivo como la del Niño Murciélago.

El Niño Murciélago fue, sin lugar a dudas, la mayor contribución del diario a la cultura pop. Según un artículo del Washington Post titulado "All the News That Seemed Unfit to Print" (noticias que quizá no debieron imprimirse), el escritor Bob Lind se inspiró en una ilustración que el artista Dick Kulpa había creado casi por accidente para bautizar la noticia con el titular “Niño murciélago hallado en una cueva”. Sin embargo, el Post no le preguntó a Kulpa en qué estaba pensando cuando, sin tener la menor intención, acabó por ser el padre de uno de los principales mitos de la cultura estadounidense. Así que fui a preguntárselo.

Quería saber qué lo llevó a introducir semejante monstruo en las pesadillas de cada ciudadano estadounidense que iba al supermercado a finales del siglo XX. Esperaba encontrar a un periodista de prensa amarilla, retirado y con cara de pocos amigos. Para mi sorpresa, Kulpa resultó ser un amable dibujante de comics aún activo, que todavía recurre al Niño Murciélago en algunas de sus obras.

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VICE: Hola, Dick. ¿Cómo conseguiste un trabajo en el Weekly World News?
Dick Kulpa: Comencé como ilustrador freelance, haciendo dibujos para ellos desde Akron, en Illinois. Había nueve artistas interesados en el puesto y todos se quedaron en el camino. Hice unos 85 dibujos en el transcurso de un año, muchos de ellos con menos de 24 horas de anticipación. Cuando se enteraron de que escribía titulares, me invitaron a que probara trabajar con el equipo y eso hice. Dos días después ya me habían dado un contrato de tiempo completo.

¿Cuáles son tus otras aportaciones, además del Niño Murciélago?
Lo que mejor se me da es la parte editorial. Toda mi vida he utilizado esta capacidad como herramienta para expresarme. Pero hay una diferencia entre los artistas y los artistas editoriales. Hace años reescribía guiones que me enviaban las revistas de cómics. Estaba muy bien porque tenía que escribir los golpes de efecto y cosas así, de manera que cuando el lector lo leyera, tuviera la sensación de que había valido la pena. Ésa era mi tarea, básicamente, mi valor. Las personas que trabajaban en esa redacción eran de lo mejorcito.

¿Cómo creaste al Niño Murciélago?
Uno de los editores me dijo que necesitaba una imagen de un bebé alienígena y la creé. Cuando lo vieron, dijeron: “Oye, esto tiene más potencial del que esperábamos". Varios años atrás había dibujado un comic de Star Trek y me encantaban las orejas puntiagudas de Spock. También había hecho otra historia en la que había un personaje, el agente Jaws (mandíbulas), de quien me gustaban mucho sus dientes. Tenía libertad absoluta, de hecho, creo que nadie sabía lo que hacía en la oficina. Tardé un día entero en crear la imagen, porque la computadora se trababa constantemente. Después de que se trabó por quinta vez, estuve a punto de abandonar el proyecto. Pero por suerte no volvió a ocurrir.

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La criatura parece un adulto disfrazado con partes de animales y la cabeza de un bebé, ¿no?
La imagen es toda de un bebé. Le agrandamos los ojos e hicimos filigranas con aquellos programas de computadora. En aquel entonces, en 1992, no había complementos. Trabajé en colaboración con el departamento de retoques para la creación de este personaje. En este caso siguieron al pie de la letra todas mis indicaciones. Así fue como nació el Niño Murciélago, aunque originalmente no se llamaba así.

Dibujo cortesía de Dick Kulpa.

¿Hay alguna parte de ti en el Niño Murciélago?
Pasé cuatro años aquí, y lo único que hacía era ir de casa al trabajo y de regreso. Pasé de ser una persona sociable que acudía a fiestas en casas de congresistas a convertirme en un recluso. El Niño Murciélago es, en parte, un reflejo de mi estado entonces, como diciendo: "¿Qué carajos estoy haciendo aquí?" No lo hice intencionadamente, fue más bien cosa del subconsciente.

¿Perduró la expresión primitiva del personaje a medida que evolucionaba con el tiempo?
Ya no tengo ninguna relación con el Niño Murciélago. Según la etapa por la que atravesaba el diario, se daba un tratamiento distinto al personaje. Los nuevos propietarios lo trataron de forma distinta a lo que yo había esperado. Más poder para ellos, si eso es lo que interesa a la gente. Para mí, el Niño Murciélago era un mocoso que quería arrancarle la cabeza de un bocado a quien se le acercara.

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¿Te arrepientes de lo que acabó convirtiéndose?
Es un personaje corporativo y van a hacer con él lo que les dé la gana. En su momento de gloria, el niño Murciélago llegó a ser inmensamente popular y se vendieron miles de camisetas con su imagen.

¿Por qué crees que el personaje tuvo tanta repercusión?
Hay algo en su cara que te atrae. La gente se identifica con él. Imagino que habrá millones de personas que sienten lo mismo que yo. Ven emoción en su cara. Cuando ves una película de Pixar, que son tan populares, ves emoción. Los personajes son el centro de todo. Lo mismo ocurre con la cara del Niño Murciélago. Su cara dice “¡Sácame de aquí!”. Mira cómo está el mundo. A lo mejor hace falta que venga el Niño Murciélago a enderezarlo. Quizá él sea el reflejo de lo que millones de personas —o incluso miles de millones— piensan en el fondo. Somos esclavos, ahora más que nunca. Veo a los chicos sufrir, trabajando por una miseria sin seguro. En mi época podías avanzar, cambiar, pero yo veo que cinco años después, esos chicos siguen con los mismos trabajos. Yo también he trabajado en restaurantes. Soy caricaturista.

¿Tu trabajo tiene influencia de las bellas artes?
El Grito, ese famoso cuadro de hace tantos siglos. Pues el Niño Murciélago podría compararse con esa obra, aunque no la tenía presente en el momento en que creé la imagen.

¿Alguna vez te sentiste culpable por participar en un montaje?
Nunca hicimos cazas o mapas del tesoro, por ejemplo, porque sabíamos que habría gente que se gastaría la mitad de su dinero intentando encontrarlo. Lo que hacíamos tenía, de alguna forma, un componente político. No queríamos dar especial importancia a ningún montaje. Queríamos sentirnos bien haciendo algo y Weekly World News hacía sentir bien a la gente.

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Entonces, ¿estabas realmente orgulloso de trabajar allí?
Fue una experiencia maravillosa por varias razones. No se trataba sólo de si la gente se creía las historias o no, lo importante es que les gustaran, que las disfrutaran. Ahí había periodistas muy respetados en el sector. No eran chicos, eran reporteros de verdad. La gente leía este diario y hacía suposiciones. Lo que de verdad importa es la sustancia y todo el mundo quiere sustancia.

Pero, ¿qué pasa conmigo, por ejemplo? Todavía tengo pesadillas con ese número de Weekly World News en el que la cara de Satán aparecía sobre la Casa Blanca.
¿La cara de Satán sobre la Casa Blanca? Eso fue obra de Jim Johnson, el retocador de planta del periódico. Hizo cosas muy buenas.

Pues me asustó.
¿Cuándo fue la primera vez que viste El Mago de Oz con Margaret Hamilton haciendo de bruja? Ella asegura que se sentía fatal asustando a los niños. Los niños son muy impresionables porque ven muchas cosas por primera vez. Ahora ven sangre, asesinato, violencia, gore y todo tipo de cosas que no deberían ver por televisión.

¿A qué te dedicas últimamente?
Creé mi mejor personaje hace unos seis años, antes del Niño Murciélago, y se llamaba Gangbuster (algo así como Cazador de pandillas). Ahora estoy trabajando en un libro, una novela gráfica en la que aparece Gangbuster en todo su esplendor. Trata sobre por qué Gangbuster persigue a las pandillas callejeras. También quería hacer que Gangbuster persiguiera al Ku Klux Klan.

¿Te preocupa que haya un personaje de DC Comics con el mismo nombre y la misma misión en la vida?
El suyo apareció en 1987. Mi Gangbuster es de 1986. Además, ya no se ve mucho ese Gangbuster, ¿verdad? Digamos que sólo hacen falta un par de llamadas, una carta, y demostrar quién usó primero al personaje con artículos de periódico con su fecha correspondiente. Problema resuelto.

Nota: no hemos podido confirmar la afirmación de Kulpa sobre la cesión por parte de DC Comics de la marca registrada del personaje de Gangbuster en su favor.

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