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La asfixia erótica: el fetiche potencialmente mortal del que nadie habla

Hablamos con algunas personas que se vienen al asfixiarse sobre placer, vergüenza y los peligros involucrados.

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"Para mí se trata de sentirse segura con alguien. Quiero estar con alguien que sepa leerme y que pueda leer lo que mi cuerpo está haciendo. Que pueda entender que cuando estoy gritando tiene que parar, que podría no ser capaz de decir la palabra clave. Se trata de la confianza que tenemos", dijo Jess, una mujer de negocios que me contó cómo practica la asfixia erótica con su pareja.

También mencionó que la habilidad de su pareja para leer su cuerpo minuciosamente cuando ella estaba teniendo los primeros espasmos de agonía, provocados por el apretón de sus manos, los ha acercado más en un nivel emocional.

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La asfixia erótica es un acto sexual que involucra la asfixia. Probablemente ya sabes eso. El llegar a ese punto depende de cada individuo. Puede ser con una cuerda, con las manos, con una bolsa, con Vinipel o con agua; se puede elegir el método según el efecto que se desee. Hay a quienes les excita sentirse dominados con la mano de otro sobre la garganta, otros dicen que la sensación del oxígeno escapando del cerebro aumenta la intensidad del orgasmo. Para algunos el objetivo es desmayarse por completo. Los efectos secundarios negativos pueden ir desde un daño cerebral permanente hasta un paro cardíaco. La probabilidad de que esto ocurra aumenta cuando una persona lleva a cabo la práctica sola, lo que se conoce como "asfixia autoerótica".

Si bien lo anterior puede ser bien conocido por alguien que haya tenido más de un encuentro sexual casual o que haya visto más de un video porno, como sociedad no sabemos cuántas muertes son causadas por la asfixia erótica y autoerótica. Nadie parece querer hablar de cómo encuentran a sus seres queridos en cuartos oscuros al lado de sus laptops. La policía no siempre puede decir mucho sobre el tema, ya que a menudo las cuerdas y las bolsas plásticas son escondidas por los familiares avergonzados antes de que lleguen las autoridades. Los informes forenses suelen no ser concluyentes y esto nos impide poder entender la asfixia sexual como el fenómeno social que sospechamos puede ser.

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Pero las historias sobre asfixia erótica también tienen un lado mucho más oscuro. Hablé con tres hombres que han estado restringiendo su propio suministro de oxígeno mientras se masturban desde que tienen más o menos diez años. Ninguno era consciente de que lo que estaba haciendo se conocía como asfixia autoerótica, o de que otras personas en el mundo también lo practicaban. John, un hombre de 44 años me contó su historia:

"Cuando era pequeño, la idea de ser estrangulado me emocionaba. Mi primera experiencia fue cuando tenía seis o siete años, mientras jugaba con el hijo de unos vecinos con un lazo. Realmente no recuerdo de quién fue la idea de lo que pasó después, pero recuerdo estar en el garaje de pie sobre una caja mientras él intentaba amarrar una soga alrededor de mi cuello y luego a un gancho. Por suerte alguien entró y nos interrumpió, sino quién sabe cómo habría terminado eso. Que nos interrumpieran me enseñó que tenía que avergonzarme de lo que habíamos hecho. Supongo que esto le pasa a la mayoría de la gente y es por eso que el tema se mantiene todavía a puerta cerrada".

Fue en ese momento que John se dio cuenta del peligro y trató de detenerse. "Eso no funcionó", dijo después. "El sentimiento siempre estaba presente: cuando veía una escena de estrangulamiento en televisión o en una película, al ver a dos niños jugando a pelear en el parque, incluso cuando me ponía la corbata en la mañana y arrastraba hacia arriba el nudo, todo esto me producía una erección. Desde que estaba en el colegio hasta mis veinte años practiqué la asfixia autoerótica en solitario, aislado, pensando que yo era la única persona en el mundo que se hacía esto a sí mismo".

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Al igual que John, un gran número de niños adolescentes descubren la asfixia autoerótica solos y en lugar de poder involucrarla en sus relaciones de una manera positiva, se convierte en una parte reprimida de su sexualidad. DanielGuy, un escritor erótico, me contó que descubrió la asfixia erótica como un mecanismo de defensa a su miedo a la oscuridad: "La usé para tratar de sobrevivir. Creo que lo que hice fue erotizar ese miedo y convertirlo en deseo. Así que por la noche, en lugar de sentir miedo de los monstruos, empecé a invitarlos. Y luego la fantasía siguió evolucionando. En algún punto consideré la idea de una bolsa plástica y en el momento en que lo hice, se convirtió en algo parecido a una adicción al crack".


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En una conversación particularmente perturbadora, un tipo llamado Craig me dijo que era una maldición de la que no podía deshacerse. Él empezó nuestra conversación telefónica diciendo: "Me odio completamente por eso. Yo lo clasificaría a veces como una maldición y muchas veces me siento atormentado por la culpa". Él nunca se adentró en las razones sicológicas de por qué se sentía atraído al ver videos de mujeres ahogándose, pero al final resultó que alguien en su familia se había ahogado cuando él era joven. Craig era un hombre de más o menos 50 años y antes de contarme a mí nunca había hablado en voz alta con nadie sobre el tema.

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Esta especie de vergüenza parece ser lo más peligroso de la asfixia erótica, porque provoca que la gente la practique en secreto en la intimidad y que no busque una educación adecuada. Daniel Guy me dijo que, en retrospectiva, puede darse cuenta de que estaba yendo por un camino alarmante cuando era joven. "Estaba haciendo las cosas de una forma tan peligrosa que sólo era cuestión de tiempo para que alguien me encontrara muerto". Craig también buscaba situaciones cada vez más peligrosas, sin tener idea de los efectos de la asfixia autoerótica. Me contó que cuando era joven, solía "salir a un lugar apartado, me ponía una bolsa plástica en la cabeza y luego me ponía el casco de la moto encima por un momento". Después de una pausa agregó: "Una vez no pude aflojar la correa del casco, y empecé a asfixiarme. Sentí que me iba a morir, pero finalmente la pude soltar".

¿Por qué no buscaron entonces una comunidad que los educara y apoyara en estas experiencias? Por desgracia, a pesar de la interacción sicológica entre la dominación y la sumisión que comparte la asfixia erótica con la comunidad BDSM, la relación entre las dos sigue siendo bastante turbia y poco clara.

Representantes de las comunidades BDSM y de salud sexual afirman que el BDSM cubre la asfixia erótica y otros tipos de "RACK" o juegos de alto riesgo como el chemsex. Un gurú de Internet del BDSM llamado Ambrosio me dijo que si bien "la asfixia erótica es parte integrante de la comunidad BDSM y no es algo que se discrimine, no es algo que se practique abiertamente en las fiestas de BDSM porque no todo el mundo se siente cómodo con que otros lo practiquen en su presencia".

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Otros, como Susan Wright de la Coalición Nacional para la Libertad Sexual, me dijeron con vehemencia que la asfixia erótica "no es BDSM; es un acto que la gente practica y del cual la gente en la comunidad BDSM conoce muy bien los peligros".

Esta falta de claridad entre los dos campos es un gran problema todavía: "Es una pena para los que practican la asfixia erótica a solas", dijo Ambrosio antes de colgar. "La gente que lo está haciendo a solas ni siquiera es parte de la comunidad". Y continuó diciendo: "Podrían encontrar amigos con quienes hacerlo y a la vez disminuir —aunque no eliminar— los riesgos implicados".

El punto crucial en la comunidad online de BDSM es que aunque la asfixia erótica y la asfixia autoerótica sean peligrosas, la gente no va a dejar de practicarlas. Para algunos, parte del encanto de la asfixia erótica se debe a su potencial fatídico. Jess dijo que "antes y después, soy muy, muy consciente del hecho de que él podría matarme, pero de cierta manera, es ese riesgo lo que hace agradable; porque estás desafiando los límites de lo que crees que tu cuerpo puede hacer".

Las personas con las que hablé me dijeron que, con su experiencia y con la investigación que habían hecho, se sentían completamente en control de sus acciones. Jess me contó que ella pone su mano sobre la rodilla de su compañero para indicarle que pare y DanielGuy dice que cuando está a punto de desmayarse puede simplemente rasgar la bolsa que se pone alrededor de la cabeza. Sin embargo, Jay Wiseman, un portavoz importante del BDSM en Estados Unidos, dice resueltamente de la asfixia erótica que "no hay forma de reducir tus probabilidades a cero". Él resalta un punto importante al afirmar que nadie sabe realmente que se va a desmayar hasta que se desmaya… hasta que se le olvida poner la mano sobre su rodilla o rasgar la bolsa de plástico.

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¿Debería prohibirse entonces? "No podemos legislar contra el riesgo", me dijo DanielGuy. "Yo pongo la asfixia erótica en la misma categoría del paracaidismo o saltar de un acantilado: va a haber gente que muera haciéndolo, pero no lo prohibiría. Simplemente es importante que la gente sepa cuáles son los riesgos antes de hacerlo".

En general, el punto conflictivo para todas las personas con las que hablé sobre asfixia erótica era el rápido ritmo con que internet está representando la práctica. Considerando la disponibilidad cada vez mayor del porno extremo para los jóvenes, es obvio que la legislación no puede mantenerse al día con lo que las personas están descubriendo por sí mismas. "La gente debería educarse, porque si te topas con eso sin ninguna educación es más probable que lo hagas mal", me comentó Jess.

Mientras la gente tenga cuerpos y cuartos oscuros con los que pueda experimentar, será difícil que disminuya el número de personas que practican la asfixia erótica. La única responsabilidad que tenemos es tratar de evitar que la gente muera. Lo mejor que podemos hacer es intentar equilibrar la prevalencia del porno con información confiable, honesta y objetiva. Incluso Jay Wiseman cree que más información, y no menos, sobre la asfixia erótica es algo bueno: "Me he dado cuenta de que cuando se educa a la gente sobre la gravedad y la impredictibilidad de los riesgos, menos personas optan por jugar en esta área, y aquellos que deciden seguir haciéndolo lo hacen con menos frecuencia".

No está claro qué forma ética tendría la educación sobre asfixia erótica. Es difícil imaginar que se enseñe en las escuelas. El único hecho claro sobre la asfixia erótica es que su puerta está oficialmente abierta y no puedes, ni deberías, tratar de cerrarla de nuevo.