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En una conversación particularmente perturbadora, un tipo llamado Craig me dijo que era una maldición de la que no podía deshacerse. Él empezó nuestra conversación telefónica diciendo: "Me odio completamente por eso. Yo lo clasificaría a veces como una maldición y muchas veces me siento atormentado por la culpa". Él nunca se adentró en las razones sicológicas de por qué se sentía atraído al ver videos de mujeres ahogándose, pero al final resultó que alguien en su familia se había ahogado cuando él era joven. Craig era un hombre de más o menos 50 años y antes de contarme a mí nunca había hablado en voz alta con nadie sobre el tema.
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¿Debería prohibirse entonces? "No podemos legislar contra el riesgo", me dijo DanielGuy. "Yo pongo la asfixia erótica en la misma categoría del paracaidismo o saltar de un acantilado: va a haber gente que muera haciéndolo, pero no lo prohibiría. Simplemente es importante que la gente sepa cuáles son los riesgos antes de hacerlo".En general, el punto conflictivo para todas las personas con las que hablé sobre asfixia erótica era el rápido ritmo con que internet está representando la práctica. Considerando la disponibilidad cada vez mayor del porno extremo para los jóvenes, es obvio que la legislación no puede mantenerse al día con lo que las personas están descubriendo por sí mismas. "La gente debería educarse, porque si te topas con eso sin ninguna educación es más probable que lo hagas mal", me comentó Jess.Mientras la gente tenga cuerpos y cuartos oscuros con los que pueda experimentar, será difícil que disminuya el número de personas que practican la asfixia erótica. La única responsabilidad que tenemos es tratar de evitar que la gente muera. Lo mejor que podemos hacer es intentar equilibrar la prevalencia del porno con información confiable, honesta y objetiva. Incluso Jay Wiseman cree que más información, y no menos, sobre la asfixia erótica es algo bueno: "Me he dado cuenta de que cuando se educa a la gente sobre la gravedad y la impredictibilidad de los riesgos, menos personas optan por jugar en esta área, y aquellos que deciden seguir haciéndolo lo hacen con menos frecuencia".No está claro qué forma ética tendría la educación sobre asfixia erótica. Es difícil imaginar que se enseñe en las escuelas. El único hecho claro sobre la asfixia erótica es que su puerta está oficialmente abierta y no puedes, ni deberías, tratar de cerrarla de nuevo.