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En México, hasta el presidente reconoce que se ha sentido espiado por teléfono

"Somos una sociedad que las más de las veces nos sentimos espiados. Yo mismo, como presidente de la República", dijo Enrique Peña Nieto, cuatro días después de que tres ONGs acusaran a su gobierno de vigilar ilegalmente a periodistas.
Imagen vía Saúl López/Cuartoscuro.com
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El espionaje ilegal se ha vuelto una práctica tan común en México que hasta el presidente Enrique Peña Nieto admitió que tiene que tomar sus precauciones cuando habla por teléfono.

"Somos una sociedad que las más de las veces nos sentimos espiados, yo mismo, como presidente de la República. A veces, recibo mensajes cuya fuente desconozco pero procuro, en todo caso, ser cuidadoso con lo que hablo telefónicamente", reveló Peña Nieto este jueves durante la inauguración de un nuevo parque industrial en Jalisco.

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De ese modo, Peña Nieto abordó un tema que ha dominado la conversación en redes sociales desde el lunes pasado: un informe de tres organizaciones civiles especializadas en ciberseguridad acusó al gobierno mexicano de comprar un software antiterrorista llamado Pegasus y usarlo para espiar a periodistas y defensores de derechos humanos, en lugar de dirigirlo contra los cárteles de las drogas.

El gobierno de México usa software antiterrorista para espiar a periodistas. Leer más aquí.

Según el informe, gracias al pago de 80 millones de dólares a la empresa NSO, desde 2011 el gobierno mexicano posee un programa que le permite enviar mensajes de texto hacia los teléfonos de las personas que quiere espiar. Esos mensajes están acompañados por un enlace que, cuando se abre, infecta el móvil.

Si Pegasus infecta un teléfono, éste puede ser controlado vía remota: mensajes, fotografías, videos, libreta de contactos, calendario, pueden ser vigilados y manipulados por el espía. Incluso, se puede encender a distancia la cámara de video y el micrófono para grabar secretamente al usuario del teléfono.

El caso #GobiernoEspía provocó que el influyente diario estadounidense The New York Times le dedicara un extenso reportaje de primera plana al presunto espionaje gubernamental y que miles de mexicanos exigieran al gobierno una explicación y una investigación independiente para dar con los responsables.

Minuto 53. El presidente Enrique Peña Nieto habla de tema.

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"No faltará que alguna vez exhiban una conversación mía; ya ha ocurrido. Pero nada más falso, y nada más fácil que señalar a un gobierno que se dedica a esta actividad", continuó Peña Nieto, quien afirmó que su gobierno sí ha comprado programas de espionaje, pero negó usarlos contra reporteros y activistas. "Toda la tecnología que, efectivamente, tiene el gobierno es para combatir al crimen organizado", dijo el mandatario.

Así es como el gobierno mexicano escucha tus conversaciones privadas. Leer más aquí.

En su discurso, el presidente mexicano agregó que ya ordenó a la Procuraduría General de la República que investigue las acusaciones de espionaje ilegal para ver si tienen sustento: "He dado instrucción a la PGR a que haga la investigación correspondiente a partir de las denuncias que se han presentado, para que con celeridad pueda deslindar responsabilidades, y primero determinar si tienen sustento estas afirmaciones y saber el origen y la fuente de dichos señalamientos"

Sin embargo, su anuncio no deja satisfechas a las organizaciones que descubrieron el caso, pues éstas adelantaron que querían una investigación independiente, no una conducida por el mismo gobierno.

"Ninguna de las personas que se haya sentido agraviada (por el espionaje) puede evidenciar, siquiera, que su vida se haya visto afectada o lastimada por esas supuestas intervenciones", siguió el mandatario. "Este Gobierno rechaza categóricamente todas las intervenciones en la vida privada de cualquier ciudadano".

Este miércoles, VICE News entrevistó a John Scott-Railton, investigador de Citizen Lab —un centro de estudios de vigilancia digital con sede en Toronto, Canadá, que colaboró con el descubrimiento del espionaje ilegal—, quien aseguró que el caso podría desatar un conflicto binacional con Estados Unidos.

El espionaje a periodistas mexicanos puede desatar un conflicto diplomático con EEUU. Leer más aquí.

Uno de los espiados es Emilio Aristegui, hijo adolescente de la periodista mexicana Carmen Aristegui, quien estaba en Estados Unidos cuando recibió en su teléfono un mensaje falso de alguien que se hizo pasar por empleado de la embajada estadounidense. Ese hecho violó, al menos, dos leyes federales en el país vecino y, si se confirma que se hizo desde el gobierno, tendrá posibles consecuencias internacionales.

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