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ESPAÑA

La píldora del día después sin receta reduce como nunca el número de abortos en España

España registra la cifra más baja de abortos en nueve años y desmonta las teorías de los que sostenían que la píldora del día después sin receta y la ley de plazos, que lleva un lustro en vigor, aumentarían el número de interrupciones.
Manifestación contra el proyecto de ley del aborto que defendía el gobierno del PP. (EPA/Alberto Martín)
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España registra la cifra más baja de abortos en nueve años y desmonta las teorías de los que sostenían que la píldora del día después sin receta y la ley de plazos, que lleva un lustro en vigor, aumentarían el número de interrupciones.

En 2014, en España se produjeron 94.796 abortos, la cifra más baja desde hace nueve años, que supone además un descenso del 17 por ciento desde que en 2010 entrara en vigor la que se conoce como ley de plazos y que permite a las mujeres abortar sin dar ningún tipo de justificación dentro de las primeras 14 semanas de gestación.

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Los expertos consultados por Vice News creen que los datos, publicados a finales de año por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, avalan la venta sin receta de la anticoncepción de emergencia, más conocida como la píldora del día después, como medida para prevenir embarazos no deseados.

Pero, sobre todo, las cifras desmontan las afirmaciones de quienes decían que la ley de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo, que contempla el derecho de las mujeres a elegir sobre su propia maternidad, aumentaría el número de abortos.

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"Los datos demuestran que es una buena ley porque incluso en tiempos de crisis, cuando las mujeres no tienen dinero para seguir adelante con un embarazo, ha disminuido el número de abortos", explica a Vice News, el ginecólogo Javier Martínez Salmeán, quien formó parte del grupo de expertos que asesoró en 2008 al entonces gobierno socialista para elaborar la ley de plazos.

Para el experto el descenso se debe a varios factores y uno de ellos también puede ser la disminución de la población inmigrante, como también apuntan desde la Asociación de clínicas Acreditadas para la Interrupción Voluntaria del Embarazo (ACAI) que aglutina a más de la mitad de los centros privados que hacen abortos, y donde se realizan el 89,9 por ciento de las interrupciones.

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"Es cierto que el número de inmigrantes ha descendido en estos últimos años debido a la crisis pero también hemos notado que la población extranjera que se queda empieza a usar los métodos anticonceptivos que tiene a su disposición", subraya a Vice News el presidente de a Federación de Planificación Familiar Estatal, Luis Enrique Sánchez.

La tasa de abortos por cada 1.000 mujeres de entre 15 y 44 años es también la más baja de los últimos nueve años, 10,46, un dato más significativo en tanto que elimina factores como el aumento o descenso de la población.

"La cifra demuestra que con la ley de plazos la gente no es más irresponsable como algunos se empeñaron en afirmar", indica Isabel Serrano, ginecóloga del Programa de Salud Sexual y Reproductiva del Ayuntamiento de Madrid.

La doctora hace referencia a las críticas que desde los sectores más conservadores, como la Iglesia Católica, los grupos anti elección o el Partido Popular hicieron a la ley de plazos cuando fue aprobada por la mayoría del Parlamento a finales de 2009. De hecho, cuando Mariano Rajoy llegó al Gobierno una de las primera medidas que puso en marcha fue elaborar una nueva ley del aborto, reforma llevada a cabo por el entonces ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón.

El proyecto de ley no solo eliminaba el aborto libre dentro de las primeras 14 semanas de gestación, sino que limitaba la interrupción voluntaria del embarazo a los supuestos de violación y enfermedad grave de la mujer. Ni siquiera permitía la indicación por malformación fetal, supuesto que sí contemplaba la norma de 1985 y que estuvo en vigor en España durante 25 años.

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La contestación en la calle en contra de la ley fue de tal magnitud que finalmente el Ejecutivo del PP tuvo que dar marcha atrás con la medida y el ministro de Justicia dimitió por ello.

El Gobierno sí modificó, sin embargo, la obligatoriedad del permiso parental para las chicas de 16 y 17 años que quieran someterse a un aborto.

Hasta hace seis meses las jóvenes de estas edades que querían interrumpir de forma voluntaria su embarazo debían informar a sus padres de ello a no ser que se dieran circunstancias especiales muy graves, como que estuvieran en riesgo de sufrir malos tratos, que sus progenitores estuvieran en la cárcel o que vivieran en otros países.

Tras el cambio del PP, todas las menores de edad deben tener el permiso de sus padres para poder abortar. La tasa de abortos en las chicas de menos de 20 años también es la más baja desde hace 2004, una tendencia que se viene produciendo desde 2011 y que en 2014 se situó en el 10,46.

Sanidad no ofrece datos de las chicas de 16 y 17 años que abortaron sin el permiso de sus padres -cuando la medida aún estaba en vigor-, pero según estudios realizados por ACAI estas apenas representan un 0,44% del total de interrupciones. Si se extrapolan estas cifras a las ofrecidas por el ministerio estaríamos hablando de algo más de 300 jóvenes.

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La gran mayoría de las mujeres que abortaron en 2014 lo hicieron a petición propia (88,9 por ciento), mientras que un 7,15 por ciento fue por grave riesgo para la vida o la salud de la embarazada y un 3,61 por ciento por anomalías fetales incompatibles con la vida o enfermedad extremadamente grave o incurable. El 87,93 por ciento interrumpió de forma voluntaria su embarazo antes de las 12 semanas de gestación, el 62,09 antes de las ocho.

"La anticoncepción de emergencia es obvio que ha influido en la bajada del número de abortos", señala Serrano, quien subraya que así lo demuestran "muchos estudios en los que se pone de manifiesto que con un acceso universal las cifras de abortos pueden bajar a la mitad". Desde 2009 la conocida como píldora del día después se puede comprar en las farmacias españolas si necesidad de receta médica.

Se trata de una medida contemplada en la Estrategia de Salud Sexual y Reproductiva que contiene la ley de plazos, si bien en los cuatro años de Gobierno del PP ha quedado prácticamente sin desarrollar, como denuncian los expertos.

"En algunas comunidades autónomas se ha desarrollado parcialmente pero la deficiencia fundamental sigue siendo la educación sexual en los centros educativos", apunta el presidente de la Federación de Planificación Familiar, quien señala que en este ámbito España está "muy por detrás" de otros países de su entorno como Francia, Bélgica y Holanda.

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"La salud sexual es un tema que no interesa al Gobierno del PP, como demuestra que no hayan puesto en marcha ninguna medida al respecto en estos cuatro años y el ocultismo con que presentan los datos", indica Serrano.

La ginecóloga hace referencia al hecho de que el Ministerio de Sanidad publicó las cifras de aborto en su página web sin ningún tipo de valoración al respecto, ni siquiera nota de prensa. Tampoco aparecen en la portada del portal. Es imposible encontrar los datos en el epígrafe de estadísticas sanitarias y solo haciendo una búsqueda a través de Google se llega directamente al informe. "Para ellos es como si no existiera porque de lo que no se habla no existe", subraya.

Un tercio de las mujeres que abortaron en 2014 no había usado ningún tipo de método anticonceptivo, una proporción que se mantiene entre las más jóvenes.

"No hay percepción del riesgo de las relaciones entre la juventud y ello se debe a una falta de educación pero también hay que ir modificando la noción de responsabilidad entre los varones, quienes suelen imponer sus criterios a la hora de no usar preservativos, como demuestran muchos estudios realizados", apunta Martínez Salmeán.

El ginecólogo explica cómo en los países nórdicos sitúan al hombre también como responsable de sus actos frente a lo que ocurre en países como España. "Si la mujer tiene una enfermedad de transmisión sexual o se queda embarazada no solo es su responsabilidad sino también de él porque no ha querido ponerse un preservativo", subraya.

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