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Creators

La Universidad De Buenos Aires está introduciendo feminismo al diseño urbano

Una de las principales universidades públicas de América Latina busca que los estudiantes de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo complementen su formación con estudios de género.

¿Por qué las ciudades son como son? ¿Desde qué punto de vista están pensadas? ¿A qué responde su funcionalidad? Estas y otras preguntas componen una de las primeras experiencias en América Latina que combina la educación pública superior de grado, el urbanismo, el diseño en general y la mirada feminista. Hablamos de la Cátedra de Diseño y Estudios de Género de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires (FADU). Coordinada por la profesora Griselda Flesler, la cátedra se abrió tras tres años de trabajo puertas adentro de la FADU y se sumó a la cursada como materia optativa en abril último.

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Para conocer más sobre una iniciativa que puede producir profesionales y espacios urbanos ajenos a la heteronorma, Creators se entrevistó con Griselda y uno de sus alumnos, Facundo Revuelta.

Cabe destacar que las carreras de la FADU, así como todas las que dependen de la Universidad de Buenos Aires, están abierta a personas de todas las nacionalidades de manera gratuita.

Creators: La materia se propone señalar la heteronormatividad del diseño urbano y aprender a emplear una perspectiva ajena a la violencia discriminatoria. ¿Qué herramientas, cuestionamientos o nociones podemos tener a mano para ver esa desigualdad en nuestra vida cotidiana?

Griselda Fleser: Lo interesante del concepto de heteronormatividad es que despliega un panorama de desigualdades que son atravesadas también por otros ejes como la clase, la edad, la etnia, etc. Si pensamos en el diseño urbano como un espacio de intercambios que muchas veces no son amables porque son intercambios donde se pueden ver las tensiones y las reproducciones de relaciones de poder. Los estudios de género son una excelente herramienta teórica pero también política y propositiva para discutir estas cuestiones. Cuando se habla de derecho a la ciudad, y no se piensa con perspectiva de género, se invisibilizan las desigualdades más naturalizadas.

¿Qué ejemplos de viviendas o espacios construidos desde una perspectiva no heteronormada podrías mencionar?

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Según Preciado los baños divididos en el sistema binario varones/mujeres son cabinas de vigilancia del género. Con los objetivos de garantizar en la Universidad un ambiente libre de discriminación de cualquier tipo y de hostigamiento y violencia por razones de identidad sexual y/o de género, y de adoptar medidas de prevención como principal método de combatir este tipo de acciones; desde la Unidad de Género de la FADU se decidió intervenir un baño destinado exclusivamente a varones y transformarlo en un baño sin distinción de género. De los 38 baños operativos en el enorme pabellón de la FADU, seis de ellos están adecuados en cumplimiento de la ley de accesibilidad y uno de los ubicados en la planta baja, frente al hall por el que a diario circulan miles de estudiantes, se proyectó un baño sin distinción de género, para todas las personas que quieran utilizarlo. Asimismo una de las características del proyecto participativo es que la señalización del mismo cambia cada bimestre, con los diseños propuestos por el estudiantado y enviados a un correo administrado por la Unidad de Género.

Foto: Ismael Menegolla

¿Se puede mencionar algún ejercicio o trabajo práctico que utilicen para llevar a la práctica las ideas teóricas?

Durante el cuatrimestre, estudiantes presentan proyectos atravesados por perspectiva de género, en muchos casos se discuten los contenidos o trabajos de otras materias permitiendo analizar los parámetros que atraviesan las decisiones de diseños proyectuales. Los proyectos son diversos: juguetes, cortos audiovisuales, piezas de indumentaria, diseños urbanísticos, propuestas de diferentes carreras que buscaron perspectivas de inclusión y discusión con los modelos heteronormativos.

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Algunos ejemplos:

Imagino que esta materia complementa el perfil de egresado de la Universidad. ¿Qué tipo de profesionales buscan impulsar? ¿Puede este tipo de formación crear una tensión con el mercado?

La modalidad estratégica de la materia reside en incentivar a estudiantes a incorporar la perspectiva de género como un excelente dispositivo para abordar las diferencias y las desigualdades en todos los órdenes. El diseño ocupa un lugar central para comprender las necesidades de personas concretas con sus particularidades, para proveer entornos más habitables. La principal meta es desnaturalizar el discurso hegemónico del diseño centrado en la producción, la funcionalidad y la retórica de la neutralidad. Neutralidad puesta al servicio del estereotipo de lo masculino en clara oposición a “lo otro”: decorativo, femenino y lo afeminado desestimado por el Movimiento Moderno en los inicios de la formalización de las disciplinas del diseño. Los estudios de género son ideales para discutir los límites del campo profesional, los discursos hegemónicos, las prácticas regulatorias de lo que se considera buen diseño y lo que queda fuera.

Facundo Revuelta: Soy estudiante de arquitectura y lo primero que me llamó la atención de la cátedra fue la cuestión interdisciplinaria, que no sucede mucho en la facultad. También la temática, porque siento que me era muy ajena en cuanto a la enseñanza que tenía por parte de la Facultad y de la sociedad en general. De hecho, un chiste recurrente con mis amigos era que decía no querer hablar en las clases porque sentía que no iba a saber o que iba a ver gente más capacitada para emitir opiniones o críticas sobre los textos que leíamos. Cursando me encontré con un mundo completamente nuevo y lo que más me llevé son preguntas. Se trata de una deconstrucción constante tanto de mi disciplina, la arquitectura, como de mi cultura general. Me llevó a deconstruir muchísimos discursos que como argentino, hombre y heterosexual se me daban por implícitos.

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Las emergencias sociales y políticas y los tiempos de las instituciones no suelen ir de la mano. ¿Le podrías dar algún consejo a alguien que esté intentando hacer algo similar en otro espacio?

Les diría que lo sigan intentando, cuando hace quince años comencé a interesarme en cómo pensar el diseño desde una perspectiva de género, me topé con múltiples prejuicios y objeciones respecto a la pertinencia de introducir estos temas en el campo proyectual. Generalmente, en los talleres de mi facultad, “género” se asociaba a una lectura lineal del término “feminismo”, es decir, se interpretaba de manera esencialista, al asumir que el foco estaría en hablar exclusivamente de las mujeres arquitectas y diseñadoras, en detrimento de sus pares varones. Esta perspectiva binaria y reduccionista se construyó como un muro de hormigón armado. Y de allí el desafío de poder producir grietas. En 2014 luego de dar todos los años una clase sobre el tema en una materia teórica de la carrera de Diseño Gráfico, presenté el proyecto de la materia electiva. En un principio me pidieron que comenzara dando un curso de posgrado, y eso he estado haciendo desde entonces. Sin embargo me parecía fundamental que estos temas se vieran en el nivel de grado y finalmente, con el apoyo de un grupo de consejeros directivos, en 2016 se aprobó por unanimidad el proyecto de la materia para todas las carreras de la FADU-UBA. Son procesos donde la táctica y la estrategia son tan importantes como el contenido.

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Facundo Revuelta, ex alumno: Me llevo de la cátedra la posibilidad de ver el proceso de construcción de discursos hegemónicos sobre otros y los juegos dialécticos que eso conlleva. El privilegio de poder ver eso, de que no sea invisible . Esta materia nos ponía frente a una luz nueva y nos exponía a situaciones a las que no nos habían expuesto antes. Y encontrar en mi último año de carrera una materia en la que aprenda cosas nuevas clase a clase y que me haga sentir cómo hay miles de debates en los cuales no puedo aportar desde mi conocimiento general sino leyendo e informándome constantemente es super valorable. Por eso recomiendo mucho la cátedra, porque fomenta un espíritu crítico que no se suele ver en la carrera para nada. En FADU Arquitectura es como la carrera más importante y esta materia nos saca de ese lugar y nos pone a converger con alumnos y alumnas muy diferentes. Eso se fomenta también con el trabajo final que mezcla a todos aunando ese espíritu común crítico y proyectual. Ahí uno descubre que más de estudiar diseño gráfico o textil o industrial, todos tenemos en común una cuestión proyectual y a la hora de desarrollar un trabajo -compartí con chicas de indumentaria y de diseño gráfico- sentí que había muchos lenguajes en común que podíamos hablar. La materia me sirve y me seguirá sirviendo porque me abrió los ojos en muchos sentidos.

Griselda Flesler (C) Sandra Cartasoo

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UBA es una universidad muy abierta a estudiantes del exterior. En caso de que alguien fuera de Argentina quiera acceder al material teórico o participar de alguna manera de la cátedra, ¿cómo podría hacer?

La cátedra tiene una página web donde está toda la bibliografía utilizada en la materia y una página de Facebook donde se suben las novedades. Este año se organizó una charla sobre arquitectura con perspectiva de género dictada por Zaida Muxi y participamos de la Bienal de la FADU con un taller en contra de la violencia de género en conjunto con el colectivo gráfico Onaire. Ambas actividades fueron gratuitas y abiertas a la comunidad.

Desde tu experiencia, ¿qué ciudades que hayas visitado te parecen las más desiguales y cuáles las que mejor “cuidan”?

Quizás solo podría hablar de Buenos Aires porque es la ciudad en la que vivo y no he estado el suficiente tiempo “usando” otra ciudad como para poder hacer un análisis profundo de ella. Sin embargo puedo decir que las ciudades que más cuidan son aquellas que piensan en las personas que caminan la ciudad y que lo hacen no para ejercitarse, sino para desplazarse de un lugar a otro, muchas veces estando a cargo de otras personas. Hoy hay un auge de las bicis como solución a todo y yo podría decir que es muy difícil si uno es ancianx o esta con niñxs desplazarse de esa forma. Es interesante cómo se piensa solo en personas jóvenes y “productivas”. La iluminación, el cuidado y diseño de las veredas, los tiempos de los semáforos, el equipamiento urbano que acompaña los recorridos, son todos temas importantes a tener en cuenta. Recomiendo volver a leer a Jane Jacobs, quien hace ya muchas décadas echó luz sobre este asunto. Hoy el Col·lectiu Punt 6 es una de las agrupaciones que mejor trabaja estos temas. He tenido la suerte de compartir varios encuentros en Buenos Aires y en España con Adriana Ciocoletto, arquitecta feminista e integrante del grupo. Algo muy propio de las feministas es que disfrutamos del intercambio colectivo.

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