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Por qué usamos cuentas alternativas en Twitter e Instagram

Hay gente que asegura mantener una doble vida en internet. Alerta de spoilers: no todo el mundo usa sus cuentas secretas para poner verdes a sus amigos.
MA
traducido por Mario Abad
Redes sociales alternativas

Al menos una vez al día, me encuentro con un tuit de la cuenta “alternativa” de un amigo. Por una parte, tiene su cuenta principal, en la que siempre publica una retahíla de memes de Drag Race y se queja de lo infravaloradísima que está Carly Rae Jepsen (algo con lo que no puedo estar más de acuerdo, que conste). Y por otro está su cuenta alternativa, en la que confiesa sus problemas de salud mental o echa pestes de sus compañeros de trabajo.

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Desde fuera, leer estos tuits puede resultar un poco confuso —y a veces preocupante—, pero hay muchísima gente a la que le va muy bien tener cuentas alternativas, así que decidí hablar con algunas de ellas para que me contaran sus razones para llevar esta doble vida en Twitter o Instagram y si realmente eso mejoraba su experiencia con las redes sociales.

POR PURA NECESIDAD

“Empecé a usar una cuenta alternativa de Twitter en 2011 porque aquí donde vivo, en Indonesia, ya es bastante duro ser gay por la presión y los prejuicios de la sociedad. En la cuenta alternativa puedo expresar mi homosexualidad, hablar de la cultura pop, intercambiar opiniones con varios fandoms, etc. La cuenta principal la uso para hablar de política, los medios, periodismo y acontecimientos locales. Es decir, soy la misma persona en las dos cuentas, pero dada la situación en Indonesia, no puedo expresarme como quisiera en internet.

Trabajo para el Gobierno indonesio y el anonimato es esencial. Ser gay en un estado islámico como Indonesia sigue siendo arriesgado y yo ya he hecho toda mi vida aquí. Todo el mundo se conoce y me preocupa que un día alguien de mi familia encuentre mi cuenta alternativa porque eso afectaría a mi vida profesional. Es agotador, pero es la vida que me ha tocado vivir”. Reza, 34 años

“Hace 18 meses que tengo mi cuenta alternativa, pero he tenido otras antes que esta. La mía la uso básicamente porque quería colgar publicaciones sobre la extrema izquierda y me preocupaba que mis empleados vieran los tuits. Quería un espacio en el que desahogarme sin necesidad de editarme a mí mismo. Soy autista y a veces me cuestan las relaciones en redes sociales. A veces veo las discusiones que se generan en mi cuenta principal y me superan. Hacen que me deprima. Quería tener un espacio tranquilo”. Harry, 25 años

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POR LAS FOTOS DE DESNUDOS

“Soy muy liberal sexualmente hablando y antes subía fotos mías desnudo a mi cuenta principal, pero luego pensé que era injusto plantarle en la cara esas fotos a gente a la que no le apetecía ver esa faceta mía y me abrí otra cuenta solo para eso. Ahora puedo publicar tranquilamente el contenido que quiera. Es genial porque muchos de mis seguidores a los que yo también sigo tienen cuentas alternativas de las que yo no tenía conocimiento. Mola porque en esas cuentas interactuamos de forma distinta a como lo haríamos en las normales. hay gais en Twitter que critican a los tíos que ponen fotos de desnudos y a mí eso me parece fatal. ¿Qué problema tienen, exactamente, con la desnudez y la sexualidad? No lo entiendo”. Ashton, 25 años


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COMO FORMA DE LIMITAR EL DAÑO SENTIMENTAL

“Me han herido sentimentalmente varias veces seguidas en poco tiempo y sentía la necesidad de tuitear al respecto en mi cuenta principal. Había veces en que llegaba de fiesta a las dos de la madrugada, con un pedal muy bestia, y me ponía a soltar puro veneno en lo que claramente era una petición desesperada de ayuda. Estaba saliendo con un tío y cada vez me sentía más y más infeliz y al borde de la crisis, así que decidí abrirme una cuenta alternativa. En ese momento de mi vida me ayudó, porque creo que cuando estás triste, tienes la necesidad imperiosa de hacérselo saber a todo el universo. No sé si será muy sano, pero para mí, tener una cuenta alternativa se ha convertido en una forma de limitar el dolor.

A veces me parece injusto obligar a la gente a ser testigo de tu tristeza cuando no puede ayudarte. Y en ocasiones, precisamente por el hecho de tener una cuenta alternativa, puedes caer en la dinámica de revolcarte en tus propia miseria”. James, 26 años

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COMO REFUGIO

“En 2011, sufrí mucho debido a un trastorno alimentario y solo quería gritar al vacío, pero sabía que no podía hacerlo en Twitter porque la gente que conocía fuera de la red social empezaría a hablar y, como soy surasiática, habría parecido que estaba aireando los trapos sucios en público. Para mí era importante encontrar una forma de expresarme sinceramente; decidí crear una cuenta anónima en Twitter solo para eso. Empecé a usarla para hablar abiertamente de mi trastorno y de la depresión. De esa forma hice amigas que estaban muy vinculadas emocionalmente a mí, muchas de las cuales también sufrían trastornos alimentarios. Sentía como que había encontrado una comunidad a la que pertenecía y en la que me sentía comprendida.

A veces borraba la cuenta porque pensaba que debía ser capaz de expresarme libremente en la principal, pero el alivio que me proporcionaba la posibilidad de hablar de salud mental desde el anonimato era demasiado fuerte. Todavía sigo en contacto con algunas de las chicas que conocí a través de la cuenta alternativa e incluso me atrevo a llamarlas amigas íntimas. Ahora uso la cuenta alternativa unas pocas veces al mes porque estoy mejor, pero siempre sé que está ahí, que es mi refugio”. Raaesa, 30 años

COMO DESAHOGO

“He tenido cuentas alternativas de Twitter de forma intermitente desde hace cinco años. Ha etapas en las que las usaba a diario y otras en las que me doy cuenta de que llevo más de un mes sin usarlas. Ahí es donde subo fotos que no quiero publicar en mi cuenta principal de Instagram porque son selfies supercutres o lo que sea. En mi cuenta de Twitter o me pongo extrasentimental y hablo de mis problemas de salud mental o hablo de cosas de las que no puedo hablar en foros públicos porque se refieren a gente del trabajo. Si se enteraran, no sé qué pasaría.

Me gusta usarlas porque para mí son como una válvula de escape, sobre todo cuando no tengo a nadie con quien hablar. Puedo contarle al vacío lo que me preocupa y luego, cuando lo leo al día siguiente, me siento mejor y lo borro. Es una forma de desahogarte, sin importar si alguien te lee o responde. Una vez, en la universidad, sufrí una crisis y me desahogué en la cuenta principal y de repente todo el mundo se preocupó por mí. La situación me superó y me dio mucha vergüenza, aunque sé que no debemos tener miedo de hablar de salud mental. Por eso ahora, en vez de permitir que se entere todo el mundo, cuando siento la necesidad de expresar esa faceta de mí lo hago en mi cuenta alternativa”. Liam, 23 años

PARA DIFERENCIARME DE MI IMAGEN 'OFICIAL' DE REDES SOCIALES

“Cuando tienes una cuenta principal, a veces parece que eres más selecto con los contenidos porque tienes un público específico, pero con una cuenta alternativa puedo ser más sincero y abierto con mis sentimientos. Si me siento como una mierda o quiero expresarme sexualmente, publico en la cuenta alternativa. Es muy buen ejercicio de catarsis. En todo caso, en esa cuenta solo tengo unos 20 seguidores y todos son cuentas alternativas, también, así que cada uno va a su rollo. Me ha ayudado mucho a disfrutar más las redes sociales porque en Twitter hay mucho drama. Entiendo que haya gente que piense que si te abres una cuenta alternativa estás siendo falso o solo buscas llamar la atención, pero oye, cada uno usa sus redes sociales como quiere. Si alguien quiere hablar de sus problemas mentales o subir una fotopolla, tiene todo el derecho a hacerlo. A no todo el mundo le gustan las mismas cosas y no pasa nada”. Kameron, 26 años

@colouroffensive

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