Integrantes de una de las casas vogue.

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Familias diversas

Familias diversas: Casas Vogue

Conocemos un modelo alternativo de familia a través de las personas que integran tres de las Casas Vogue que existen actualmente en la CDMX: House of Drags, House of Machos y House of Apocalipstick.

El sexo y la sangre han sido las bases a partir de las cuales las relaciones entre las personas se han tenido que construir para que se consideren “familia”. El matrimonio es el ejemplo perfecto de esto: dependía de una relación entre dos personas que se unían sexualmente. Sin este componente, de acuerdo a la tradición, no se consumaba un matrimonio. En el modelo clásico, la base de las relaciones entre padres e hijos, hermanos y hermanas, tías y sobrinas, abuelas y nietos, era el vínculo biológico que compartían; vínculo que idealmente surgía gracias a la unión sexual de la pareja matrimonial. En distintas formas, esta concepción de la familia persiste actualmente. Se sigue creyendo que no hay nada como el sexo para unir a las personas y que no hay nada como la sangre para garantizar la permanencia de estos vínculos. Sin sexo o sin sangre, se dice, no hay familia. Hay, en el mejor escenario, “amistad”.

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Existen relaciones que desafían esta concepción. Que demuestran que ni el sexo, ni la sangre garantizan el afecto, el respeto, el cuidado o la armonía. Y que permiten ver que no es necesario que exista un vínculo sexual o biológico para que las personas se procuren o se apoyen como se supone “una familia” debe hacerlo. Esta tercera y última entrega de nuestra serie Familias Diversas está dedicada a mostrar precisamente estos límites del concepto tradicional de la familia, a través de las historias que relatan las personas que integran tres de las Casas Vogue que existen actualmente en la Ciudad de México: House of Drags, House of Machos y House of Apocalipstick.

Las “Casas” forman parte de la cultura ballroom, creación de la comunidad LGBTTTQ negra y latina del Harlem, en Nueva York, de la segunda mitad del siglo XX (aunque se puede argumentar que sus raíces van más atrás). Junto con el vogue —baile que, para dar una referencia, fue apropiado y popularizado por Madonna en 1990— y las competencias de pasarela —en donde la comunidad se congrega—, las casas son uno de los tres pilares que sostienen esta cultura. Funcionan, tal cual, como un refugio para los y las jóvenes LGBTTTQ que, entonces y ahora —como relatan las y los integrantes de las casas mexicanas—, buscan un espacio seguro y libre de discriminación para vivir y ser. Algo que sus familias de origen muchas veces son incapaces de garantizarles. Para dimensionar este problema: en México, según los Principales Resultados del Diagnóstico Situacional de personas LGBTTTIQ de México 2015, uno de los principales lugares en los que se reportó haber vivido discriminación fue en la familia. De acuerdo a los Resultados de la Encuesta Nacional sobre Discriminación y Juventudes LGBTI, publicada en el 2016, el 41 por ciento de las personas encuestadas reportaron haber sido excluidas o marginadas del ambiente familiar.

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Desde esta óptica, es válido afirmar que las Casas surgen, en parte, gracias al fracaso del modelo tradicional de la familia, que es incapaz de garantizarle a todas las personas una vida con respeto y libertad. Ofrecen sustento, afecto y apoyo ahí donde hay violencia o abandono. Por lo mismo, son también una muestra de la resiliencia humana. De cómo las personas son capaces de crear vínculos –bailes, comunidades, culturas– incluso en –o quizá gracias a– la adversidad. Valga mencionar que el vogue y las pasarelas –los otros dos pilares de esta cultura– tienen como eje e inspiración principal el juego con el género. A través de este baile, en estas competencias, lo que “allá afuera” es el motivo principal de discriminación es la materia prima con la que trabajan y se liberan. Según me relataron varios de los miembros de las casas mexicanas, esta es, precisamente, una de las razones principales por las que aman este baile: por la posibilidad que ofrece para sublimarse. (Y es que: sí es espectacular. Legendario, como dirían.)

Las Casas son, en sí mismas, un modelo alternativo de familia, en el que la afinidad (por el baile, al menos), el apoyo y la convivencia son la base para la construcción de las relaciones familiares. Si bien utilizan muchas de las figuras del modelo tradicional –hay madres, padres y niñxs (children), entre otras–, las maneras en la que estos roles son asignados y los vínculos son creados no es partir del sexo, la sangre o la edad (otro criterio “tradicional”), sino a partir de la experiencia y el apoyo que los miembros son capaces de dar. (Son tan cruciales estas estructuras sociales en ciertos contextos que hay investigaciones que exploran el papel de prevención que pueden jugar tratándose de la salud, por ejemplo.)

Ahora: las Casas son un ejemplo de los sistemas de apoyo que existen que son alternativos al de la familia tradicional. Hay más, por supuesto. ¿Cuántos? ¿Cuáles? No se sabe, exactamente. Parte del problema es que estos arreglos no han recibido la atención y el aprecio que, a mi parecer, merecen. Quedan comúnmente agrupados bajo la categoría de “amistades” o “compañeros de casa”, que, por lo general, se entienden como un limbo que le precede a “la familia de verdad”: la pareja sexual o los hijos.

En México, por ejemplo, el único dato con el que se cuenta para estimar cuántas personas pueden estar viviendo en un arreglo de este tipo es el que ofrece la Encuesta Intercensal 2015: son 239,512 los hogares conformados por “compañeros de casa que viven sin niños” y 47,075 los que viven con niños. Estos números, por supuesto, son una aproximación. Hay personas que no comparten techo –un “hogar”– con quienes tienen una relación familiar. Y hay “compañeros de casa” que no son nada más que cohabitantes de un mismo espacio. Y quizá, por supuesto, hay relaciones que proporcionan un apoyo increíble que no son, de cualquier manera, concebidas como “familia”. La pregunta importante, por supuesto, es: ¿qué categorizamos así y qué no y por qué?

En otras palabras: ¿Qué es una familia?