columna 19 dic

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La columna rota

Valeria, de 12 años, sólo iba a la tienda y la asesinaron

Pasaron cinco minutos y Adriana salió de su casa para ver si Valeria venía de regresó. No la vio. Caminó hasta la tienda, donde le dijeron que Vale nunca llegó.

“Íbamos a comer cuando le pedí que fuera a comprar un refresco”, me cuenta Adriana, madre de Valeria. Ese 14 de octubre de 2018, en la casa de los Rivera Romero, habían preparado espagueti. Vale, la más pequeña de la familia, estaba contenta. Melchor Ocampo, en el Estado de México, es un municipio pequeño y todos se conocen. Pasaron cinco minutos y Adriana salió de su casa para ver si Valeria venía de regresó. No la vio. Caminó hasta la tienda, donde le dijeron que Vale nunca llegó. “Sentí que el corazón me dio un vuelvo”, me cuenta Adriana, “comencé a gritar”.

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Los gritos eran desgarradores y los vecinos comenzaron a salir. Algunas vecinas le dijeron que habían visto a un hombre jalar a Vale; otras, que la llevaba de la mano y pensaron que era su papá; algunos más, que tres sujetos se la habían llevado. La noticia se regó y la mayoría de los vecinos salieron a buscarla. Bloquearon el bulevar Centenario del Himno Nacional, ubicado frente a la presidencia municipal, y revisaron todos los automóviles particulares que circulaban por ahí. Más tarde se unió la policía municipal, la regional y la estatal. Peinaron la zona durante toda la noche, buscando a la niña de 12 años, y entrada la mañana dejaron de buscar.

El 15 de octubre, cerca de las 10 de la mañana, un vecino, que salía de su casa, vio el cuerpo de la niña. Medios nacionales e internacionales dieron cuenta del hecho. El 18 de octubre, Jesús N fue detenido y vinculado a proceso, el cual sigue en desarrollo.

Lo más indignante del suceso que enlutó y quebró a esta familia, fue saber que Jesús ya había sido detenido en otras ocasiones, acusado de violación. En el año 2000, fue detenido acusado de violación y homicidio, con una sentencia de 22 años, pero fue liberado en febrero de 2018.

En el Estado de México, aproximadamente 15 niñas, menores de 14 años, fueron violadas y asesinadas a golpes por padres, padrastros, madres y vecinos, este 2018. A nivel nacional fueron 97 las vidas arrancadas que he podido documentar a través de notas periodísticas, pero la estadística puede ser mayor.

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Los medios de comunicación se olvidaron rápidamente del asunto y pocos han dado seguimiento. El 21 de octubre recibí un mensaje en mi celular: “Frida, soy la mamá de Valeria”, desde entonces Adriana y Jorge forman parte de las Voces de la Ausencia. El pasado 12 de diciembre nos encontramos físicamente por tercera ocasión. Gruesas lágrimas no dejan de rodar por el rostro de Jorge, papá de Valeria, quien se siente culpable. “Debía cuidarla y no estuve”, me cuenta. Adriana, por su parte, no deja de llorar a diario por su pequeña, por su güera.

Esta es una carta que Adriana y Jorge escribieron a la pequeña Valeria, que hoy los medios ya olvidaron, a la pequeña que hoy formar parte de esos fríos números para la mayoría de la sociedad.


Para mi hermosa y amada Valeria:

Naciste el 19 de febrero de 2006 y fuiste la niña más hermosa e hija de mi vida, ¿sabes? Te extraño tanto, eras mi hija la más pequeñita. Recuerdo tanto tus manitas, gorditas y chiquitas, ¿te acuerdas, hija? Olías a pollito mojado. Recuerdo las tardes, nuestras pláticas y hacer las tareas contigo. Mi vida, te fascinaba ir a la escuela, eras tan ordenada y tenías una letra muy bonita. Me acuerdo que te fascinaba exponer y decir los lunes las efemérides de la semana. Tenías muy poquitas amigas porque eres muy especial, siempre hablabas con la verdad y directo, eso me encantaba, mamita, pensabas como una niña grande.

Extraño tanto ver tu carita rosadita, esos ojitos cafés tan hermosos, ¿sabes? Mi cielo, me estoy muriendo de tristeza, todos los días para mí son iguales y ya no le encuentro sentido a la vida.

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Tú tan chiquitita y cómo cuidaste a tu abuelito sus últimos días, te desvivías, le sobabas los pies, lo acompañabas a todos lados, aunque chocará porque ya no veía bien, le dabas sus medicamentos a la hora que fuera, amabas a tu abuelito demasiado. Tan chiquita, mi vida, eras una personita única, muy inteligente y obediente. Te extraño, mi cielo. Extraño esas tardes con tu papi, tus hermanitos, cuando jugábamos almohadazos, era divertido y hermoso. Cuando jugábamos lotería o dominó, y cuando te tocaba morder el chile tu carita que hacías; esos hoyitos, hermosa, que se te hacían en tus cachetitos.

Mi pequeña bebé, ¿sabes que extraño tantos momentos? Cuando tus manitas acariciaban mi cara, te encantaba peinarme, esas pláticas de amigas, tus cartitas. Siempre que regresabas de la escuela me traías un dulce, o ese “mamita hermosa, ya llegué, mami te amo”.

Mami, extraño tu voz tan hermosa y esa risa que te hacía única. Ese maldito día, 14 de octubre de 2018, que te arrebataron de mi vida quería correr, volar, tener poderes, mami, fue y es horrible, hija de mi corazón. Perdóname por favor por no haberte ayudado, perdóname princesita hermosa, perdóname por no haber cumplido la promesa que les hacía. Yo les decía, a ti y a tus hermanitos, que siempre los iba cuidar y proteger, perdóname, mi cielo, mi güerita chula, estoy muerta en vida, ya nada es igual y ya no será igual. Ya no río, ya no me arregló, a veces ni me baño, no como, a veces no duermo.

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Valeria Rivera Romero, la niña más hermosa que Dios me prestó, eres única, te llevas mi corazón contigo, mi muñequita hermosa, no dejo de llorar, ¿sabes? Mi corazón se pone frío y me duele, el corazón también llora.

Dios, regrésame a mi niña por favor o llévame con ella, es tan chiquita.

Mamita, tú perrita Luna te extraña, sus ojitos se pusieron tristes y tu tortuga ya no sale ni aunque llueva. Mami, te extraño demasiado y tu papi, no tienes idea, ¿sabes qué tú papi te ama demasiado? Eras su bebé.

Nos cambió la vida en un abrir y cerrar de ojos. Mi vida ya no tiene sentido, hija de mi vida, perdóname, mi amor, ven por mí por favor.

Esta navidad no es navidad para mí, es un día cualquiera como todos, ¿sabes? Veo los juguetes y la ropa de niña, los aretes y diademas que te gustaban yme quiebro, hija, bebé hermosa.

Esa fiesta de 15 años que tanto añorabas ya no sucederá porque te cortaron tus alitas, te truncaron tu vida, mi cielo. Eras una niña amada y feliz, te prometo, hija, que no voy a descansar hasta que no vea a ese maldito sufrir y llorar mil veces más de lo que te hizo, hija, mi vida, mi chiquita, te amo y te amaré toda la vida, no te olvides de mí.

Chiquita hermosa. Mi niña hermosa. Mi princesa. Mi Vale, te amo, hija de mi corazón, pronto estaremos juntas. Como decíamos: “juntas por siempre”.

Tú mami: Adriana Romero.


Desde FridaGuerrera agradecemos que lean las historias de vida de mujeres y niñas que han sido asesinadas en este país, sólo con el objetivo de que las conozca y entendamos que, en estas historias de vidas arrancadas, el único culpable es el asesino, y que tú nos ayudes a que #NIUNAMÁS se vuelva realidad.

Eres madre, padre, hermana, hermano, hija o hijo de una mujer víctima de feminicidio, desaparición o intento de feminicidio, búscame y ayúdame a visualizarlas. Voces de la Ausencia.

@FridaGuerrera

fridaguerrera@gmail.com