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Cultură

Archivo Vice: Los niños del Bosque de Chapultepec

El parque más visitado de la ciudad de México es casa de todo tipo de artistas callejeros, merolicos y actores.

El parque más visitado de la ciudad de México es casa de todo tipo de artistas callejeros, merolicos y actores.
Nuestro grupo favorito es una familia de niños que suelen disfrazarse de personajes famosos.

LAURA (arriba): Estoy a cargo de un par de puestos de fotografía aquí en el Bosque de Chapultepec. Tomamos fotos de niños con sus personajes favoritos de películas y programas de televisión. He trabajado aquí durante quince años. No hay otra manera de trabajar en este lugar—es imposible conseguir un permiso a menos de que lleves mucho tiempo trabajando aquí—. Pero mi padre ha tomado fotos en Chapultepec por más de treinta años, así que no es problema para nosotros. De hecho, él empezó el negocio de los retratos, y luego le entramos mi esposo y yo. Fue mi idea hacer los disfraces. Yo misma los hago. Los primeros que hice fueron Winnie Pooh y Tigger. Mi familia pensó que no iba a funcionar, pero les demostré que se equivocaban. Ahora nos va muy bien. De hecho, algunas personas hasta nos tienen envidia. La familia de mi esposo ha quemado mi casa tres veces. Literalmente. Entraron, derramaron gasolina en todos lados y encendieron el lugar los muy cabrones. Hoy en día, yo administro el negocio. Yo soy la que hace todo el dinero en mi casa. Mi esposo ayuda con dinero para comida y cosasbásicas, pero siempre me pide más. Sé que se gasta su dinero en cosas que no debería, pero no me molesta. Es un buen hombre. Solía ser un buscapleitos cuando era joven, metiéndose en peleas. Llevaba consigo navajas, drogas, ya sabes. Recuerdo la primera vez que lo vi: caminaba por la calle con mi mamá y le dije: "Mire, mamá, ese va a ser su yerno". Era muy guapo y fuerte. Todavía lo es. Tenemos alrededor de treinta disfraces. Spiderman es mi favorito. Alrededor de veinte niños trabajan para nosotros. Hay niños y niñas. El más joven tiene 11, y el más viejo tiene alrededor de 20. Les pagamos un salario semanal, dependiendo de los días que vengan, y también reciben propinas de los clientes. Trato de ayudar a todos los niños que me piden empleo. La mayoría de ellos realmente lo necesita— se han salido de la escuela o sus padres no los pelan—. Trato de ayudar a los que tienen problemas con drogas. Tengo una manera de curarlos: si veo que algunos se están perdiendo en el vicio, de la nada empaco todo en el automóvil y me los llevo de gira por carnavales y ferias de todo México. Los vigilo todo el día, y, como trabajamos hasta muy tarde, 3 o 4 de la madrugada, se quedan sin energía para tratar de irse a conseguir drogas. Normalmente, los chavos pobres que usan drogas en el DF inhalan pegamento, fuman mota o se meten coca. Por donde yo vivo, puedes conseguir una bolsita con unos gramos de coca por sólo 25 pesos. La ciudad no hace lo suficiente por encerrar a los traficantes, ni siquiera los que lucran con niños. Es terrible. Así que, si encuentro a uno usando drogas frente a otros niños, no lo pienso dos veces y lo despido al instante. Son por esas pendejadas que luego caen otros en el hábito. Son como mis hijos. Si haces los cálculos, he tenido cientos de hijos y los he querido muchísimo a todos. Yo tenía dos hijos, ¿sabes? El menor, Eugenio, al que más quería, fue asesinado en un robo. Lo mataron a balazos. No es que no quiera a Víctor, su hermano, pero Víctor antes estaba metido en drogas y relaciones destructivas. Ya cambió. Ahora me ayuda con el negocio. Hasta tiene su propio puesto en la misma calle. Pero fue su hermano el que me enseñó a hacer bien las cosas. No hago cosas en contra de la ley, por ejemplo, porque Gugu—así le llamábamos—nunca lo aceptaría. Lo extraño tanto. Gugu tenía un seguro de vida, y con ese dinero que me dieron invertí en una impresora y en una cámara digital nueva. También compré un león con el dinero, un león de verdad. ¿Conoces el metro Xola, no muy lejos de aquí? Ahí lo compré. Venden todo tipo de animales exóticos en el metro, lo creas o no. Sólo debes saber a quién preguntarle. Le puse Gugu de Malabú al león en honor a mi hijo. Era mi bebé. Lo alimentaba con leche en un biberón. Traté de obtener un permiso para tenerlo legalmente, pero nunca lo logré, así que tuve que entregarlo a las autoridades. Lo llevaron a un zoológico en Sonora. Yo era la madre del león. Nunca me dañó. Vivía adentro de la casa, como un cachorrito. Una vez sí destruyó la sala, pero de todos modos lo queríamos. Cuando lo entregué a las autoridades, le dije a Gugu: "Si perdí a la persona que mas amé en mi vida, tengo que ser capaz de dejarte ir también". Doy gracias por haber tenido un gran hijo como el que tuve. Pero también, una vez a la semana, le agradezco a mis hijos adoptivos por sus esfuerzos y por cuidarme. Les puedo presentar a algunos de ellos. OMAR Y JAVIER
Vice: Omar, ¿cuántos años tienes?
Omar: 15. ¿Cuánto tiempo llevas trabajando aquí?
Desde septiembre. Antes de esto trabajaba en una cocina vendiendo papitas y banderillas, pero era muy cansado. Me gusta más esto. Y algunos de mis primos también trabajan aquí. Fue el más pequeño de todos el que empezó acá, a los 11 años. Él era Tigger. ¿Cuál es el nombre de tu primo?
Javier. Ya tiene 15 años. Es sordo. Vive a tres casas de la mía, en Chimalhuacán. Bastante lejos. ¿Cuánto te tardas en llegar a trabajar todos los días?
Una hora y media. ¿Puedes ayudarnos a que nos comuniquemos con Javier?
Sí. Nos comunicamos con señas. ¿Dónde aprendiste?
Yo no sé lenguaje con señas, y él tampoco, pero como hemos estado juntos tanto tiempo tenemos nuestra manera de entendernos. Okey. ¿Cuánto tiempo has trabajado aquí, Javier?
Javier: [en lenguaje de señas improvisado a Omar] Tres años y medio. Tenemos una foto de ti vestido de Spiderman.
Sí, pero me gusta el disfraz de burro. Es mejor para mí. ¿Por qué?
Porque los burros no hablan. No me gusta cuando otros usan el disfraz de burro. No lo cuidan bien y lo dejan apestoso. Soy el único que se lo lleva a casa, donde mi mamá lo lava. ¿Qué te gusta hacer cuando no estás trabajando?
Jugaba basquetbol para discapacitados. Una vez hasta fui a Washington a jugar. Era muy bueno. Pero dejé de jugar porque me aburrió y las canchas de entrenamiento estaban muy lejos. En esta calle vi a unas chicas coqueteando con alguien vestido de Elmo. ¿Pasa seguido?
Omar: Sí, muchas niñas se van de pinta y vienen a coquetear con el burro. Les presentamos a Javier, pero se van y ya nunca pasa nada. ¿Le puedes preguntar a Javier si hace mucho calor dentro del disfraz?
Dice que se ha acostumbrado. Otros sienten el calor y no quieren volver a usar un disfraz. A él no le importa porque le gusta ser el burro. Omar, ¿estudias? ¿Quieres seguir trabajando aquí?
No. Me gustaría ser fotógrafo. Pero no fotógrafo de aquí. Quiero se un fotógrafo de eventos. ¿Alguna vez te has preguntado qué les pasa a las fotos en las que
apareces?
La verdad, no. Hemos salido en tantas. MIGUEL
Vice: Cuéntanos sobre ti.
Miguel: Me llamo Miguel Ángel. Tengo 19 años. Cuando estuvimos tomando fotos para la revista, otra persona tenía
el disfraz de Elmo. Sí, a veces cambiamos. Por ejemplo, temprano me tocó ser Elmo, pero hicieron que me cambiara al de Winnie Pooh. No me gusta Pooh porque su panza es muy incómoda y grande. Aparte, da más calor que el de Elmo. Me choca cuando a alguien más le toca ser Elmo. ¿Cuánto tiempo has trabajado aquí?
Un par de meses. Trabajé aquí antes, pero nos tuvimos que ir al pueblo natal de mi mamá. Cuando regresé, pedí de nuevo el trabajo. Me gusta porque puedes jugar con niños y hacerlos reír, y nos dan un salario, más las propinas que recibimos. ¿Cómo haces reír a la gente?
Me gusta actuar como si estuviera muy feliz. A veces finjo caerme de una silla: eso siempre funciona. Por eso me gusta Elmo: puede ser más gracioso. Es difícil moverse en el disfraz de Pooh. ¿Estudias?
No. Estaba en la escuela, pero la tuve que dejar para ayudar a mi mamá a cuidar a mis hermanitos y ayudar en la casa mientras ella trabajaba. Vende champú. Compra botellas, las llena con champú y las vende de puerta en puerta. ¿Dónde está tu padre?
Se fue a Los Ángeles. Allá trabaja con maquinaria. Cruzó la frontera ilegalmente hace como un año. ¿Cuánto tiempo le tomó llegar a Los Ángeles?
Alrededor de dos o tres semanas. Me dijo que lo atraparon dos veces y lo deportaron, pero intentó una tercera vez y lo logró. Recuerdo sentirme desesperado mientras esperaba su llamada. Hasta lloré algunas veces. Quiero mucho a mis papás y estaba muy preocupado por él. ¿Qué había en su bolsa cuando se fue?
Era una mochila con algunos pantalones, camisas y un par de zapatos. ¿No se llevó fotos de su familia?
No, no se llevó nada más. Se fue porque quería comprar un automóvil. Nos gustan mucho los Mustangs. Hace poco me dijo que ya tiene uno y que quiere hacer los arreglos para que yo y uno de mis hermanos vayamos con él. Hablamos por teléfono una vez a la semana. ¿Qué haces en tu tiempo libre?
Estudiar. Yo mismo me enseñé a leer. No aprendí mucho en la escuela, porque no soy muy listo. Traté de leer los libros que nos dieron los profesores, pero no supe cómo. Después decidí poner más atención mientras iba por la calle viendo señalamientos y anuncios y logré entender las letras y juntarlas en palabras. También me gustan mucho las luchas en la tele. Y una telenovela llamada La Central de Abastos. Y ver caricaturas. Si veo una caricatura con uno de los personajes delos que me disfrazo, siempre le digo a mis hermanitos que soy yo en la tele. Me gusta eso. ¿Tienes novia?
Tenía una, pero terminamos. A veces, cuando estoy en el disfraz de Elmo, las chicas me coquetean. Pero pienso que, si me quito la máscara, se asustarían. Con un disfraz las abrazo y les mando besos. Si me regresan los besos, me río y me cubro la cara como si me pusiera rojo. ¿Actuarías así sin utilizar máscara?
Creo que sí, pero no creo que me pondrían atención. No me gusta mi cara. Creo que es fea. Estoy ahorita en un tratamiento contra el acné. Me cobran 55 pesos por sesión. Se supone que debo ir todos los días, pero sólo puedo los lunes. Mi mamá me prometió que se encargaría de eso. Me ha comprado muchos productos, pero ninguno< ha funcionado. JESÚS
Vice: ¿No has visto a Shrek por aquí? ¿Chiquito, como de 10 años,
gordito, con pelo naranja?
Jesús: Ah, sí, ya sé. No, ya no trabaja aquí. ¿En serio? ¿Por qué dejó de venir?
Creo que se llama Cristian, pero le decíamos Carnitas. Creo que su padrastro le prohibió que viniera. Todavía va a la escuela, así que igual le quitaba mucho tiempo de sus tareas. Era muy gracioso. Nos caía muy bien. ¿Cuánto tiempo has trabajado aquí?
Dos años. ¿Estudias?
No. Apliqué para estudiar medicina, pero no pasé el examen. Voy a hacerlo otra vez, pero en esta ocasión para contabilidad. Es más sencillo entrar así a la universidad. ¿Pero qué no quieres estudiar medicina?
Sí, pero es más sencillo cambiar tu carrera después de pasar el examen. Una vez un profesor me mostró un libro de medicina y realmente me gustaron las fotos. Ahí fue cuando decidí que quería ser un doctor. ¿De qué eran las fotografías?
Enfermedades. Las que más me gustaron fueron la gangrena y la sífilis. ¿Qué personajes has sido?
He sido Barney y el oso de Coca-Cola. Pero esos disfraces eran muy chiquitos y daban calor. Ahora soy Spiderman. Me gusta más. Me identifico con él: las cosas no siempre le salen bien y a veces la caga, pero después lucha para mejorarlas, como yo: en ocasiones, puedo dañar a la gente que quiero, pero después trato de ganármelos de vuelta. ¿Hay algún otro personaje que te gustaría ser?
Sí, el Capitán América. Soy fan de los cómics, y el Capitán América siempre ha sido mi favorito. Le pedí a doña Laura que hiciera el disfraz. Ya casi lo termina, pero la máscara todavía no está bien.

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