Así han vivido los atentados de Bruselas los españoles que están allí

Esta mañana toda Europa se ha levantado con la noticia de la explosión en el aeropuerto de Bruselas y pocas horas después en el metro de la misma ciudad. Aunque los medios no se ponen de acuerdo en el número de víctimas mortales —ahora mismo hay confirmadas 21 personas fallecidas— el hecho ha conmocionado a los belgas, que temen que se trate de un atentado yihadista en venganza por la detención de Salah Abdeslam, el último de los terroristasimplicados en el atentado de la sala Bataclan que faltaba por caer, y quien según la policía belga podría haber estado planeando nuevos atentados en el país. Un miedo que parece confirmarse ahora que las autoridades belgas han anunciado que las explosiones se deben a dos terroristas suicidas.

Para saber cómo se está viviendo la situación en la ciudad hemos hablado con algunos españoles que están en Bruselas para que nos cuenten sus experiencias.

[Este artículo se irá actualizando a lo largo del día]

Nos hemos enterado del atentado por Twitter. Estoy en Bruselas por trabajo. Mis padres han venido también para ayudarme con mi bebé de un año. Ahora mismo me encuentro catando aguas con los mejores sumilleres europeos en el Internacional taste and Quality Institute, al lado de la Grand Place. Justo cuando nos habéis llamado había un aplauso espontaneo para dar apoyo a las víctimas de los atentados. Esta mañana sí me he fijado que las calles estaban más vacías de lo que es habitual. Mis padres están confinados en el hotel, les he dicho que por favor no salgan. Nosotros estamos en el interior de un edificio muy alto y no saldremos hasta que lo veamos seguro. Tenemos que continuar trabajando, pero claro, ahora mismo no te apetece mucho escribir dos páginas de informe para analizar la calidad de un agua. De momento nadie nos ha dicho nada. Los organizadores están reservando hoteles para todos los participantes de la cata que tenían que marchar hoy. Yo en principio me iba mañana, porque tenía que continuar trabajando, pero no sé que pasará. Estamos todos alucinando.

"Eran las ocho y veinte y estaba en la ducha cuando me he enterado de la noticia. Trabajo en el Parlamento y ahora estamos todos dentro confinados. Normalmente voy a pie al trabajo, pero tengo un colega que estaba en el metro y me ha contado por whatsapp que han sido evacuados. Mi amigo se encuentra bien y por suerte la gente que conozco también. He llamado a mis padres para decirles que estaba bien. La verdad es que mi padre ha entrado en pánico cuando ha sabido la noticia. Al principio han dado información distinta: se ha hablado de unos disparos y de alguien hablando en árabe. Creo que el atentado ya estaba preparado de antemano. Yo me esperaba que habría represalias después de la detención. Mañana empezamos vacaciones por lo que había mucha gente hoy en el aeropuerto. Aquí, en el Parlamento, hemos recibido un correo electrónico informándonos desde seguridad que han subido el estado de alerta. No nos moveremos de aquí hasta que nos digan. Estamos encerrados con dos teles encendidas: una de información en inglés y la otra en flamenco. Vemos que por las calles se ha sembrado el pánico. Hay gente corriendo por todas pares y sobretodo mucha confusión".

Soy estudiante universitaria y estoy de Erasmus en Amberes. Por ahora aquí todo es normal. Han cerrado la estación central de trenes, como en toda Belgica, pero las clases continúan con normalidad. Nos han recomendado que evitemos sitios muy concurridos y que lo mejor que podemos hacer es quedarnos en casa esta tarde, así que este es nuestro plan. Aún nos tienen que confirmar si mañana hay clase o no. Tengo un amigo español que hoy tenía que ir a Zaventem, pero todo ha pasado antes que cogiese el tren, así que continúa en Amberes. Ahora estaba mirando opciones para coger otro vuelo o ir en coche, pero la verdad es que está todo bastante liado. De momento no tenemos problemas para llamar desde aquí. La gente continúa paseando por las calles con normalidad.

"Tengo un imán bastante jodido con estas cosas. Hoy ha sido peculiar. Nos levantamos a las ocho para llevar a ESE AEROPUERTO a un amigo que está de visita en casa. Desayunando me enteré por el twitter de Le Soir. El aeropuerto ha comunicado no ir, está cerrado. Ahora mi amigo está con Iberia a ver qué hacen. Mi mujer y yo volamos mañana desde ese mismo aeropuerto, que está a diez minutos del centro. Charleroi está a 50 Km y por eso siempre volamos desde Zaventem. Lo del imán lo digo porque cuando pasó lo de Charlie Hebdó yo estaba escribiendo en mi casa y me desalojaron los artificieros toda la mañana. Había un paquete sospechoso delante del portal. Al final no fue nada, pero me tuve que ir con el gato a una cafetería toda la mañana, que llovía de la hostia. La más jodida de todas fue aterrizar en París el noviembre pasado mientras pasaba lo de Bataclán. Llegué sobre las 22h al aeropuerto y tuve que irme al centro. Aquí con el tiempo uno se va olvidando de las amenazas pero solo hasta que pasa otra como hoy. Es una ciudad muy triste. Está lleno de militares, pero uno no tiene sensación de estar seguro. Ahora mismo bajar al super da escalofríos. Vivo por la eurozona, el metro que ha explotado es el que cojo yo. Ayer lo cogí dos veces. Llevo dos años viviendo aquí. Ahora se ha aconsejado no saturar líneas y dejar todo despejado para las emergencias. Es lo típico en esos casos. Muchos han ido al trabajo y luego han vuelto a sus casas. La gente intenta hacer vida normal, pero nos acaban de pedir que nos quedemos en casa. Los niños están encerrados en los colegios y, bueno, el ambiente es de pesadumbre y tensión. Miedo no sería la palabra, pero sí un aire incómodo de: ¿por qué cojones tengo que estar así? ¿Por qué me asusto si estornuda alguien a mi lado? Mira, ahora mismo os puedo confirmar que es imposible hablar por teléfono. Bueno. Bajo a por víveres y madera.