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Identidad

¿Nos gusta el poliamor o solo poner los cuernos?

Esta generación vive obsesionada con salir y acostarse con el mayor número de personas diferentes posibles.
Ilustración Poliamor

Imagen por

Zoë Ligon

"Vivimos en la generación de no enamorarse y no estar juntos. Pero seguimos sintiendo que estamos juntos, porque nos da miedo ver a nuestra pareja con otra persona".

Drake dijo eso hace casi cinco años. Tenía razón entonces y tiene razón ahora. Esa letra es relevante en mi vida y en la vida de mis iguales a los que les gusta publicar fotos en Instagram con frases bobas de Tumblr, porque la definición de romance de mi generación es simple: todos odiamos que nos rompan el corazón y aun así, probablemente todos estamos rompiendo el corazón de alguien.

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Los medios etiquetan a esta juventud —los famosos millennials— como "poliamorosa", es decir, que tiene una obsesión por salir y/o acostarse con varias personas. Algunos juran que se trata de "regresar a la naturaleza humana", a una época antes de que el matrimonio occidental llegara y nos hiciera creer en el amor verdadero y en los diamantes de De Beers. Otros creen que no es más que una excusa para poner los cuernos, el producto de una generación ansiosa por follar en la primera cita.

No hay estadísticas que respalden la correlación entre el aumento de las relaciones poliamorosas y el nacimiento de la repudiada generación de los millennials, aunque resulta difícil negar que la popularidad de las aplicaciones como Tinder y Grindr es una señal de que los tiempos han cambiado. Sin embargo, lo que todavía no es totalmente aceptado es cómo lidiar con los celos que suscitan las parejas múltiples y cómo es posible tener una relación a pesar de esos celos.

Contactamos con Jillian Deri, socióloga y profesora de la Universidad Simon Fraser. Deri escribió un libro llamado La refracción del amor, que se centra en cómo las parejas poliamorosas controlan los celos y aprenden a amar a su pareja, que a su vez ama a otras personas. Hablamos sobre por qué las personas de mi edad están tan obsesionadas con poner los cuernos y sobre si los millennials como yo realmente estamos listos para entregarnos a las relaciones abiertas.

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VICE: ¿Cómo describirías una relación de poliamor? Jillian Deri: Hay que distinguir entre una relación de poliamor y una relación no monógama. Las personas "poli" tienden a establecer vínculos emocionales con más de una persona, a diferencia de aquellas a las que solo les gusta tener citas informales con varias personas. Los que son monógamos de corazón y salen con varias personas hasta que por fin deciden sentar cabeza no son necesariamente poliamorosos. Los que practican el poliamor generalmente quieren amistades, relaciones profundas y amor con varias personas.

¿Existen pruebas que demuestren que hay personas capaces de apagar sus alarmas de celos y tener relaciones abiertas sin los sentimientos encontrados que asociamos con la monogamia? Claro. Hay mucha gente que lo ha logrado, pero no hay estudios científicos que lo respalden. Según mi investigación, los celos van desde un cosquilleo hasta un malestar emocional total. La teoría en la que me centré es la palabra "compersión", una palabra acuñada por la comunidad poliamorosa que significa lo opuesto a los celos. Es cuando una persona siente placer al saber que su pareja tiene otro amor. Es interesante que el diccionario no incluya esta palabra. El único resultado posible que conocemos en la sociedad occidental de estar con alguien más es tener celos.

Una forma para entender esto es como cuando le va bien a alguien de tu familia y te sientes feliz por esa persona —¡a menos que sientas celos! [risas]—. Eso es la compersión. Estudié cómo las personas que practican el poliamor hacen posible la compersión en sus relaciones.

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¿La compersión es algo que aprendes o hay personas más propensas a tener una personalidad menos celosa? No lo sé. Depende de cada relación y de lo seguro que te sientas. Puedes estar con una persona que te vuelve loca de celos o con una persona que te hace sentir segura. A veces depende de la dinámica de poder y de hacia dónde va a la relación o si es posible que avance o no. También hay varios tipos de celos. Algunas personas pueden trabajar para controlarlos y sentir más comprensivos de lo habitual. Al principio o al final de una relación, tendemos a sentirnos más celosos porque nos preguntamos cómo se siente la otra persona o si ha perdido el interés en ti.

Muchas personas de mi edad dicen que la monogamia es antinatural porque es muy difícil de mantener. Se requiere un alto nivel de compromiso y de conciencia de uno mismo para estar con una sola persona. ¿Crees que la no monogamia se acerca más a la naturaleza humana? Es una pregunta muy interesante. Creo que es algo muy personal. Muchas veces, cuando decimos monogamia, hacemos una serie de suposiciones sobre ese lazo. Cosas como: nunca vas a tener fantasías con otra persona, nunca vas a ver a alguien más, nunca te va a atraer otra persona que no sea tu pareja. No creo que las relaciones monógamas funcionen así; ninguna persona cumple con todas esas categorías.

¿Qué es más natural? La verdad, no estoy segura. Estamos programados desde el nacimiento. Si crecemos en un entorno religioso estricto, eso puede cambiar nuestro concepto del amor y el sexo. No hay una naturaleza que pueda aplicarse a todo el mundo. No obstante, es un hecho que históricamente la humanidad, en gran parte, no ha sido monógama y que pasa lo mismo en el reino animal. Esto me hace creer que no estamos diseñados para ser estrictamente monógamos.

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¿Crees que las personas que tratan de tener una relación abierta o poliamorosa sienten que sus relaciones son más sanas porque ser infiel ya no es algo grave? Creo que hablar sobre lo que sientes y cuáles son los límites es muy útil para cualquier relación. Si una atracción es tabú, lo único que va a pasar es que se va a hacer más grande. Si se habla, es posible neutralizarla. Muchas relaciones monógamas terminan porque uno empieza a sentir atracción por alguien más y como no encuentran la forma de resolverlo, se crea un resentimiento. La persona a la que están atados se convierte en el problema.

La gente cree que si ves a otra persona [y estás en una relación monógama], significa que ya no amas a tu pareja. Eso es peligroso porque puede arruinar una conexión o un vínculo verdadero. Creo que ser abierto con los demás sobre lo que nos atrae ayudaría a no sentirnos tan tentados a engañar. En el poliamor, engañar es romper una regla, no precisamente la de exclusividad sexual.

Casi todas las personas que sé que han intentado tener una relación abierta han fallado porque alguien empieza a sentir celos de que su pareja tenga más compañeros. ¿Esta tendencia es común en las relaciones poliamorosas? No necesariamente, es algo que requiere planificación y madurez. Es posible que uno quiera salir con tres personas en una semana y el otro solo con una al mes. En general es más problemático establecer un estándar porque entonces el paso puede ser muy lento o muy rápido para alguno de los dos. Puede haber diferencias siempre y cuando las dos partes estén contentas con eso.

Hay muchos problemas que pueden surgir en las relaciones poliamorosas pero creo que el tiempo y los celos son los más difíciles. Se necesita mucho tiempo: no solamente por las citas sino por toda la comunicación que debe haber.

¿Crees que este aspecto es lo que hace que la gente tenga miedo a estar en una relación abierta? Definitivamente. Es necesario analizarlo con tiempo y anticipación, lo cual genera ansiedad, aunque eso no es nada nuevo. Hay muchos beneficios. Se elimina el estrés de la monogamia y las etiquetas, y satisface la curiosidad que como mencionas, tienen los millennials. Es una opción que funciona, en especial en una cultura con tantas opciones, tanta disponibilidad, tanto Tinder. Concentrarse puede ser muy difícil y a todos nos encanta tener el control.

Zoë es educadora sexual y artista visual y reside en Detroit, Michigan. Echa un vistazo a su sitio web.

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