Contra la música buena: El disco desaparecido de Los Teen-Agers

Gracias a dios todavía podemos encontrar músicas que mantienen algo de misterio. Hace unos meses buscando discos me encontré con una portada que me llamó la atención. Eran cuatro jóvenes tocando en la calle con cara de estar a punto de tirar los instrumentos para ir a alguna fiesta. Los colores eran chillones, como lo de los álbumes de cromos de tu abuelo. En la contraportada se hablaba de optimismo, de alegre informalidad y acabar el bachillerato. Les llamaban la "generación de los blue-jeans". No los conocía, era barato y pintaba bien, así que me lo llevé a casa. Esperaba un grupo de rockete 50's en castellano con algún hit que pinchar en fiestas y poco más. Al llegar a casa, me agazapé sobre el tocadiscos y aluciné.

¡¿Qué narices es esto?! Sonaba a música de feria, a Nino Rota haciendo cumbia, a jazz para bailar. Las dos Américas en una. ¡Era buenísimo! Todavía no había acabado la primera cara y ya estaba encendiendo el ordenador para buscar quien narices eran estos Tee-Agers. El disco venía sin año de edición impreso y ni siquiera aparece en la base de datos sobre discos más potente del mundo, Discogs. ¡Qué alegría! Me sentí como si hubiese encontrado el cofre del tesoro y lo mejor de todo: Podía rellenar los huecos de la historia sin que nadie me lleve la contraria.

Por el texto de contraportada, Los Teen-Agers parecen 4 jóvenes colombianos de finales de los 50. Allí hablan de su música de cabecera: el jazz y los nuevos ritmos norteamericanos. Imagino como debía ser vivir en país latino y escuchar por primera vez el rock. ¿Cuál sería esa primera canción? En todos los países del mundo enseguida surgieron como setas mil y un rockeros adaptando los ritmos de moda a su idioma, pero algo en este disco me dice que Los Teen-Agers lo intentaron un poco antes. Suenan como si quisieran deshacerse de sus propias tradiciones para mimetizarse con esos ritmos recién escuchados, como si no les hubiese dado tiempo de estudiarlos y copiarlos al pie de la letra. Eso vendría luego.

Seguí buscando entre todos los Teen-Agers de la época, pero los únicos que encontraba en Colombia estaban asociados a nombres que no aparecían en la contraportada del disco, hasta que por fin encontré un par de líneas al respecto en una biografía de Gustavo Quintero, ídolo juvenil de la época y líder de la segunda encarnación del grupo: Los Teen-Agers eran 4 amigos del instituto que grabaron un disco en 1957, casi todo instrumental. En los meses que pasaron desde su formación hasta el disco, debieron tocar en todas las fiestas de instituto de la zona, romper un par de corazones y pasar a hacer otra cosa. A medida que fueron entrando cantantes, la formación original empezaría a desperdigarse. Quizá hartos de esos nuevos liderazgos, o simplemente aburridos de andar pelando la pava de instituto en instituto. Con la partida del grupo original, Los Teen-Agers se convertirían en el clásico conjunto-franquicia a mayor gloria de un cantante. Seguirían tocando rock, twist y cumbia, pero sin ese sonido destartalado es muy fácil confundirles con un grupo cualquiera de la época.

Hay un error de base en este disco, y es que es muy difícil reconocer ese rock and roll al que se supone que debería sonar. Ellos pensaban que hacían twist, se sentían unos Chubby Checker o unos Bill Haleys pero el resultado eran unos ritmos de mentirijilla mucho mejores que sus referentes. Incluso cantando eran de una candidez tremenda, con un inglés que parece inventado por Cañita Brava. Los Teen-Agers vivieron durante una corta temporada en esta distancia entre lo que realmente eran y lo que soñaban ser. Quizá fue precisamente la rápida llegada de ese standard roquero lo que hizo que tirasen la toalla sin dejar apenas rastro. ¿Qué habrá sido de ellos?

A las semanas me topé con este enlace que probaba la existencia del disco, acompañado de tres canciones para escuchar online. Si un día aprendo a digitalizar discos os lo grabo entero.