La escena gótica de Roma fue la mejor de todas

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La escena gótica de Roma fue la mejor de todas

Dino Ignani fotografió a principios de los 80 a los góticos que acababan de surgir en la capital de Italia

¿Cuántos góticos italianos conoces? Porque al parecer hay muchos vampiros de piel bronceada, risueños y llamativos, tantos que incluso a los mismos italianos les sorprende. Es decir, ¿por qué un país del Mediterráneo y católico como es Italia, caería en el encanto de la oscuridad y de los paisajes fantasmales que evocan grupos como Bauhaus y Siouxie and the Banshees?

Puede parecer una pregunta tonta pero es más o menos la misma pregunta que planteó en 2012 Los Angeles Review of Books (una revista de crítica de libros), cuando el crítico Alan Williamson escribió sobre el pesimista italiano del siglo XIX Giacomo Leopardi: “Para los europeos del norte (y los estadounidenses), los italianos siempre han sido un pueblo amable, acogedor, sensible y que disfruta de la vida; y esta impresión es correcta. Por eso es interesante, por no decir otra cosa, que sean tan fervientes admiradores de un poeta tan pesimista como es Leopardi. Dos de los modernistas italianos más importantes, Montale y Pavese, también son dark”.

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Como podéis ver, es algo que empezó hace mucho tiempo. Una historia que el fotógrafo Dino Ignani decidió inmortalizar a principios de la década de 1980, cuando se dio cuenta que Siouxie and the Banshees estaba ganando muchos seguidores en Roma. Frecuentaba los mismo cafés y clubs que ellos; se hizo su amigo e hizo un montón de retratos magníficos. Treinta años después, recopiló todas las fotos de ese periodo en un libro llamado Dark Portraits. Me reuní con Dino para hacerle una entrevista.

VICE: ¿Cómo y cuándo comenzaste a relacionarte con la escena gótica de Roma?
Dino Ignani: Fue en 1980. Yo solía ir a una enoteca en el Trastevere que se llamaba Fidelio, un lugar donde se reunían artistas, ociosos y pensadores de todo tipo. Luego, de pronto, un día llegaron los góticos. Había como diez de ellos y eran muy jóvenes, digamos que entre 18 y 22 años de edad. Yo era mucho mayor y no sabía nada de la música gótica y menos de la moda. Pero estos chicos me intrigaban y comencé a interesarme por ellos. En cierto momento decidí empezar a tomarles fotos. Tomé más de 550 fotos.

Mencionas que para ti era una experiencia totalmente nueva.
Sí, yo tenía antecedentes distintos. Nací en los años 50 y crecí entre colectivos, manifestaciones y comunas políticas. Para mí la idea de ir a bailar era un concepto burgués y por lo tanto era reprobable. Algunos de los lugares donde los góticos solían pasar el rato eran totalmente nuevos para mí. En cierto modo, fue una experiencia liberadora.

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También fue un año de particular felicidad en Roma.
Así es, los Años de Plomo habían terminado y la gente comenzaba a salir otra vez. Los góticos me fascinaban porque mostraban una inmensa creatividad. Hacían su propia ropa, cortaban su pelo de una forma inusual y su iconografía giraba en torno a ataúdes, candelabros, vampiros… Es algo asombroso para un fotógrafo.

¿Qué clase de personas eran?
Muchos de ellos venían de las afueras de la ciudad: la escena gótica de Roma era un fenómeno de la clase trabajadora. También había un fuerte componente homosexual (en ese momento no había una comunidad gay bien organizada en Roma), entonces supongo que la escena gótica representaba un buen lugar para formar un grupo. En el ámbito político, había un poco de todo, gente de derechas y de izquierdas.

¿Y qué hay sobre las drogas?
No, los góticos no se drogaban. Si acaso bebían una copa de vino. Si llegaban a emborracharse era por casualidad. No salían con la idea de emborracharse.

La serie está conformada por retratos que tomaste entre 1981 y 1985. ¿Por qué dejaste de hacerlo?
Bueno, para empezar, comencé a trabajar en otros proyectos. Pero además los tiempos ya habían cambiado. El fenómeno gótico ya no estaba tan de moda. Las personas que había retratado empezaron a trabajar, uno se volvió panadero y otro se fue a Londres.

¿Seguiste en contacto con alguno de ellos?
Sí, con muy pocos. Ahora son diseñadores de Fendi, pintores, artistas que trabajan para la ópera o gente que terminó en la televisión. Sin embargo, algunos de ellos simplemente desaparecieron. La vida cotidiana los absorbió.

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¿Había alguien que te llamara más la atención?
Probablemente las dos personas más famosas de la comunidad eran Klarita y Rebecca. Monichetta hacía ropa muy bonita… y también estaba Rossella. Ella ya tenía 55 o 60 años y vivía en una caravana. En general todos la evitaban pero los góticos la acogieron de inmediato, no excluían a nadie. Es decir, también me aceptaron a mí y eso que yo era diez años mayor y me vestía de una manera que no tenía nada que ver con ellos.

@thalideide