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Cultură

Así es tocar la guitarra con un zumbido en la cabeza

El cantante de Disco las Palmeras! nos cuenta cómo es vivir con acúfeno, un ruido que se cuela en tu cabeza y suena constantemente sin que nada externo lo provoque. Por suerte, lo ha detectado a tiempo.

Diego Castro (en el centro) con su grupo Disco las Palmeras!. Foto: Javier Rosa

Diego Castro es guitarrista de Disco las Palmeras!, técnico de sonido de Triángulo de Amor Bizarro y jefe de producción de Giradiscos. Es también un ser risueño que el mes que viene estrena disco (Asfixia) y viaja con su grupo al SXSW pero, sobre todo, es la primera persona del mundo que me habló del acúfeno. Él me explicó lo que es tener un zumbido (tinnitus) que escuchas constantemente sin que nada externo lo provoque. Por suerte, lo ha detectado a tiempo y tiene un mensaje para los músicos que someten a sus oídos a burradas, como él solía hacer. ¿Recordáis aquellos episodios de series noventeras que acababan abrazados diciendo "no toméis drogas"? Pues Diego dice: "no maltratéis vuestros oídos".

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VICE: ¿Recuerdas la primera vez que notaste el zumbido maldito?

Diego Castro: Alguna vez después de tocar o salir de copas. Notaba algo pero luego se iba. Hasta que un día me di cuenta de que seguía ahí. Ahora a veces parece que se ha ido, pero cuando estoy en total silencio lo vuelvo a notar. Sobre todo al acostarme.

Es como si fuera tu compañero de piso.

El cabrón está ahí siempre fiel. Oscila un poco de intensidad, a veces más bajito y otras más alto. Creo que influye la circulación sanguínea, porque de resaca lo noto más. Y al fumar porros, pero será paranoia. Mi caso no es grave. Lo he parado a tiempo porque me lo diagnosticaron pronto y me cuido los oídos. Saber que si no te cuidas va a más, hace que me lo tome en serio.

Si no lo detectas a tiempo es como para volverse tarumba.

Totalmente. Lo mío es solo como cuando vuelves de fiesta, te metes en la cama y notas que no hay un silencio total. La diferencia es que cuando me despierto sigue ahí. Noto que está ahí pero me olvido de él. Es una buena putada y, aunque no hay remedio, sueño con que un día se vaya. Tengo suerte de que sólo lo oigo si está todo en silencio, no como los que lo oyen mientras ven la tele o hablan con alguien. Eso tiene que ser muy jodido.

Mucho. Suena cien veces peor que un dolor de muelas.

Los casos graves afectan mucho a tu calidad de vida y no puedes ni dormir. He oído casos de gente que no se cuidó y la cosa terminó fatal, afectándoles el ánimo hasta volverse locos. En la antigüedad ni siquiera sabían lo que era y se llegaban a suicidar, supongo que en casos muy extremos.

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¿Cómo recibiste el diagnóstico?

Había oído hablar del acúfeno. Y como nosotros tocamos muy alto, siempre he barajado la posibilidad. El día que noté que el zumbido seguía ahí, me asusté y fui a hacerme una audiometría. Me dijeron que no oía mal así que me quedé tranquilo, el médico insistió en que no afectaría a mi trabajo. Me gasté 200 pavos en unos tapones con los que puedes oír una enorme gama de frecuencias. Insisto en que lo único que puedes hacer es pararlo. No se cura.

¿Conocías otros casos de músicos con acúfeno?

Sí, otros me habían advertido de que podía pasar, aconsejándome que me cuidara. Alguna vez tocando incluso llegaron a dolerme los oídos acercándome al ampli, pero no les hacía mucho caso. El primero que me avisó fue el batería de El Columpio Asesino, aunque en su caso pensé que sería porque tocaba con cascos. Y luegoÁlvaro, de Niño y Pistola; Luis de Holywater y Guerrera… y alguno más.

Pero no les hiciste caso.

No. Hice bastante el becerro. Lo típico, pensaba "son unos lilas, ¡qué me va a pasar eso a mi!". Mi razonamiento era: "si hasta ahora no ha pasado nada, con la caña que les he metido, debo estar inmunizado". Pero no era así. Este es un tema del que no se sabe mucho. Y nadie parece interesado en informarse. Cuando sale en una conversación, hay gente que dice que lo nota pero no le da importancia.

Lo cuentas como si habláramos de sida y heroína en los ochenta.

Es que empieza por muy poco y la gente no le da importancia. La gente prefiere ir tirando, como si no tuviera importancia o se fuera a pasar. Pocos toman precauciones. ¡Dios, es verdad, parece que hablo de droga!

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¿Has hecho sometido tus oídos a muchas burradas?

Pues, por ejemplo, estar a todo trapo tocando y pegar la cara al ampli. Acercarme al bombo hasta casi meter la cabeza dentro. Subir hasta la frontera entre placer y dolor. Ponerme al lado de un bafle a todo trapo para notar el bombo en el pecho. No sé, burradas… El caso es que hasta me reía. Y ahora ya no me ando con hostias. Tocar con tapones no mola mucho, pero los hay que te permiten oír agudos, ya no es como antes. Hay que proteger los oídos.

Como técnico de sonido, los cuidarás al máximo. Son tu herramienta de trabajo.

Como técnico siempre he sido más precavido que como músico. Yo siempre he usado tapones para subir al escenario y andar entre bambalinas, además no tienes tanto problema, porque la mesa está alejada del escenario. También depende del grupo, no es lo mismo trabajar con Triángulo de Amor Bizarro que con Sr. Chinarro. Los Blows, Delorean, Unicornibot, We are standard… en función del grupo te adaptas.

Te guías por el sentido común.

Sí, haces lo que crees que la música necesita. Si trabajas con un grupo acústico la presión sonora no es tan alta, porque la música no lo pide. Pero para que un grupo de dance haga mover el culo al personal, se necesita más volumen. Triángulo de Amor Bizarro es un grupo que necesita presión, está claro. Les gusta sonar muy alto y es lógico, haciendo la música que hacen.

En un grupo como el tuyo, que se caracteriza por el ruido, el volumen también forma parte del discurso.

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Sí, siempre hemos utilizado el volumen como arma estética. Lo seguimos haciendo, porque no tiene sentido hacer ruido bajito. Pero todo tiene un límite, no quiero jugar con fuego. Piensa que en el escenario tenemos siempre aún más volumen que fuera. Es curioso que en muchos países regalan tapones para el público en la entrada, pero aquí no. En general, desconocemos nuestra salud auditiva. Y el oído es frágil.

My Bloody Valentine sí reparten tapones, pero ya te digo que no es suficiente.

Cuando incluso con tapones el ruido es insoportable, lo que buscan es algo más físico. Lo he visto con grupos como Sunn O))), que también juegan con eso. Amí me interesa como experimento, porque se alejan del concepto de canción. Quieren provocar sensaciones nuevas, notar como se desplaza el aire por las compresiones y descompresiones. Intentan ir un poco más allá. No me gusta el cine de palomitas y lo mismo me pasa con la música.

Entonces ¿la música atronadora sería el equivalente al cine de autor?

Yo la pondría más cerca del arte conceptual. Estos grupos juegan con las fronteras y no todo se hace para gustar, en el sentido clásico. El disfrute es la experimentación en sí misma y el discurso puede ser feísta o incómodo. Es como cuando ves películas sobre la guerra, que al final son divertidas y de pronto estás disfrutando con algo que se supone que no es bueno. Perdona, me he ido por los cerros de Úbeda.