Aguantar el verano de tus amigos en internet es posible

¿Cómo lo llevas amigo? Espero que estés trabajando y no en la playa, tumbado en una toalla haciéndote un tour por las redes a base de mover el pulgar sin parar, ignorando por completo la preciosa naturaleza que se acontece ante ti.

Espero que, como todos los perdedores que seguimos en el asfalto, estés notando en tus propias carnes la soledad de internet. El verano es ese momento en el que internet se relaja, se rasca las pelotas y se prepara un Tom Collins mientras se alegra de que nadie se acuerde de él. Supongo que en el fondo es algo bueno porque significa que la gente está, básicamente, viviendo.

Durante estas fechas ya no existe esa necesidad de estar siempre conectado y saber qué hacen los demás porque ahora tienes unos putos delfines nadando a tú alrededor mientras te meas en el mar y esos malditos mamíferos ni se dan cuenta. Por primera vez en meses estás haciendo algo mejor que ver en la red las cosas cojonudas que hacen los demás. Ahora estás en el otro lado, el lado ganador.

Es por eso que cuando termines de mear y estos delfines se larguen te tumbarás en la arena, cogerás el puto Samsung y harás una foto a esos delfines saltando en el horizonte y acompañarás la instantánea con el siguiente texto: "Estos tipos acaban de beberse mi meado. Saludos desde las Bahamas". Luego lo compartirás en Instagram y serás un poco más feliz. Luego, gente como yo lo verá y algo extraño reventará dentro de nuestros testículos.

Es una incómoda combinación entre poco contenido y contenido que genera odio. Es el Holocausto de internet. Todo lo que emana de la red son estas actualizaciones que te informan de los veranos de los demás. ¿Cómo coño podemos ignorar todos estos inputs? ¿Cómo le podemos decir a internet, amablemente, que no te recuerde constantemente que toda esa gente está de vacaciones Y TÚ NO? Es la vieja historia del regador regado. Querías una herramienta para, en definitiva, espiar y ahora lo que estás viendo no te gusta en absoluto. Espero que hayas captado la moraleja del asunto. La solución es fácil: "Configuración/Seguridad/Desactivar Cuenta", y cuando hayas aceptado la desactivación ya podrás salir a la calle y dejar que un autobús te atropelle.

No, no te rindas. Pese a que no vas a tener vacaciones o las vas a pasar en tu ciudad, intenta joder al enemigo (sí, tus colegas que se lo están pasando bien son ahora mismo tus peores enemigos) de la misma forma que el enemigo te está jodiendo a ti. Esto es una guerra, SE VAN A ENTERAR DE QUIÉN ES EL QUE MEJOR SE LO ESTÁ PASANDO ESTE PUTO VERANO. Ni que sea totalmente destructivo para tu cuerpo y tu cerebro, sal cada noche. Sal como si te fueras a morir y, por supuesto, documenta cada interacción social. Todos esos tipos que no paran de recordarte que están con su pareja en un pueblecito costero del sur de Italia van a terminar detestando la pizza, el puto pueblecito, Italia y a su puto novio al ver tus cojonudos vídeos de todos los rezagados bebiendo como locos en el Rincón del Artista la madrugada de un martes. Desearán estar contigo porque joder, "en Barcelona siempre se están cociendo cosas, ya te dije que no tendríamos que habernos ido tan lejos". Además, joder, esa gente se está gastando una cantidad de pasta indecente al día y tú solamente unos 20 euros por noche, como mucho.

En el fondo hemos ganado. Todos los que no hemos hecho NADA este verano somos los que ocupamos el lugar más alto del jodido podio del verano. En el fondo somos los que hemos aceptado de qué va todo esto. ¿Un par de semanas de vacaciones? Menuda tontería, a nosotros no nos engañan con esto de "desconectar"; la vida es el día a día, no la interrupción de la rutina. No necesitamos estos días de libertad para encontrar la felicidad porque A) ya somos extremadamente felices estando sentados ocho horas delante de un ordenador en una oficina lo suficientemente caliente como para que se derritan nuestros genitales, o B) aceptamos sin temor que somos seres tristes y que todo seguirá igual, CON o SIN vacaciones. No queremos engañar a nadie y mucho menos a nosotros mismos.

Recuérdalo; cada vez que veas una foto de un colega bebiéndose un cubata en una colchoneta hinchable o a Raquel, tu compañera de oficina, en una selva tropical acariciando a un perezoso, ellos serán los que estarán perdiendo en la vida. Tú no. Ellos. Ellos. No tú.